19 de octubre 2021
La situación de los medios de comunicación empeora cada día más: a los atentados mortales en contra de los periodistas, o las limitaciones que los gobiernos imponen a los medios, se suma la crisis en el modelo de financiamiento del periodismo, las complicaciones derivadas de la pandemia de covid-19 en la organización de las salas de redacción, y el cierre de medios o despido de periodistas por causa de la merma en los ingresos.
“Los periódicos tuvieron pérdidas de $30 000 millones alrededor del mundo” al punto que la ONU propuso la creación de un fondo de apoyo a los medios, de un millón de dólares, aseguró Jorge Canahuati, presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), en el conversatorio “Los medios de comunicación en Centroamérica; situación actual y perspectiva”, organizado por el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).
El hondureño, que también es presidente de la Organización Publicitaria Sociedad Anónima (Grupo OPSA) lamentó la predominancia de la impunidad por los crímenes contra los periodistas, así como el cierre de los espacios de comunicación.
“Aquí en Centroamérica tenemos el triste y terrible caso de Nicaragua, donde vemos las decisiones de la dictadura Ortega Murillo”, en contra del periodismo independiente, dijo el empresario, recordando cómo en El Salvador, el presidente Nayib Bukele también ataca al periodismo independiente, mientras el crimen organizado sigue amenazando y asesinando periodistas en Brasil, Colombia, México u Honduras.
Aunque en muchos otros países los medios no viven realidades tan graves, hay otras naciones donde no se permite el acceso a la información pública, por lo que Canahuati opina que “es un panorama bastante oscuro”, recordando que hace cinco o diez años, los medios eran económicamente fuertes, y eso les daba capacidad para ser independientes para cumplir su rol de la mejor manera posible.
“La pandemia ha creado conciencia en la sociedad, de volver a valorar al periodismo de calidad, serio, con credibilidad. Toda esa infodemia, que fue creada por la pandemia, ese universo de información, mucha de ella falsa, hizo que el público buscara refugio para poder validar qué estaba pasando, y ahí los medios serios, que hacen periodismo de calidad, jugaron un rol importante, lo que corroboró su importancia en la sociedad”, definió.
“Los medios juegan un papel como pilares de la democracia. En los países donde los medios han sucumbido, se han creado ‘desiertos informativos’. Hay estudios que documentan cómo se ha deteriorado el manejo de las sociedades y los asuntos públicos, por la ausencia de un auditor social, un medio de comunicación que haga esa labor”, relató.
También recordó que 18 organizaciones internacionales de medios plantearon que Facebook y Google “puedan retribuir y honrar los derechos de autor de los medios de comunicación, porque usan sus contenidos para facturar publicidad, sin que los medios reciban ninguna retribución por su uso”, debate global que se vive por igual en Europa como en Australia.
“El 80% de la publicidad le queda a esos gigantes, y el 30% de esa publicidad, viene por los contenidos de los medios de comunicación”, detalló.
Cuidar la buena imagen propia
Al inaugurar el evento, el presidente ejecutivo del BCIE, Dante Mossi, se congratuló porque, “por primera vez en 60 años, el Banco tiene una Política de Acceso a la Información”.
Además de sus palabras y las de Canahuati, el evento también contó con la participación de periodistas y editores de periódicos de la región, quienes opinaron sobre los hallazgos hechos por el Monitor Global de Comunicaciones 2020-2021, introducido por Ángeles Moreno, presidenta de la Asociación Europea de Relaciones Públicas, Educación, e Investigación (Uprera).
El documento está basado en una encuesta continental que respondieron más de 1680 hombres y mujeres de prensa en 20 países (19% en Centroamérica), de los que 67.2% son mujeres; 32.8%, hombres, con una edad promedio de 38.7 años.
El director del estudio, Alejandro Alvarez Nobell, dijo que uno de los hallazgos es que “un tercio de los profesionales no tenía planes de crisis, previo a la pandemia, y el 85% de los que sí tenía, tuvo que modificarlos”.
Del mismo modo, se encontró que el 70% de las organizaciones periodísticas no otorgan permiso a su personal femenino para ocuparse de las obligaciones familiares.
En términos salariales, se encontró que el 75.1% de los periodistas que respondieron la encuesta tenían un salario básico anual que es menor a los 30 000 dólares. En Centroamérica, Panamá es el que paga los mejores salarios, y es el tercero en el continente, solo después de Chile, un país con una economía avanzada, y Puerto Rico, cuya economía está enlazada con la de Estados Unidos.
En otros ámbitos, se señaló que los periodistas de Panamá, Venezuela y El Salvador, son los que más temen por sus infraestructuras básicas de comunicación digital, aunque no son los únicos preocupados por ese tema.
Jéssica Raudales, representante de la cadena HRN, de Honduras, refirió que el de la ciberseguridad “es un tema de debate profundo en los medios de comunicación de Honduras, porque la mayor parte de los contenidos ha tenido que migrar a lo digital, así que hay una mayor necesidad de combatir las noticias falsas”.
Fabio Parreaguirre, presidente del Diario La República, de Costa Rica, llamó la atención a cómo hay mucha gente (influencers, blogueros) que cree que sabe de comunicación, lo que obliga a los medios a ser más precisos al informar, en especial cuando “estos influencers terminan desinformando al público”, sea por ignorancia, o para beneficiar a una marca.
Yanancy Noguera, directora de Punto y Aparte, de Costa Rica dijo que la reputación de los medios mejoró mucho durante la pandemia, pero que se trata de una tarea constante, ante la cual no se puede bajar la guardia, y que en ese contexto “una vulneración a la seguridad digital puede afectar a esa reputación, y afectar la relación con los lectores”.
Rita Vásquez, directora ejecutiva del Diario La Prensa, de Panamá, destacó lo importante que es para los medios de comunicación, ser transparentes en la aplicación y el funcionamiento de su política de ciberseguridad.