3 de octubre 2021
En un contexto en el que miles de familias nicaragüenses han migrado, algunos en busca de un mejor futuro, otros huyendo de la represión del régimen de Daniel Ortega, monseñor Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa, afirmó que el país vive “otro éxodo por una migración que desangra Nicaragua”.
“Una vez más los nicaragüenses sufrimos la pérdida de tantos de nuestros hermanos, hombres y mujeres inteligentes, audaces, creativos, emprendedores, trabajadores, constructores del campo y de la ciudad, jóvenes y hasta niños, que representan el futuro de nuestra patria”, indicó Álvarez durante la homilía de este domingo.
Añadió que “caravanas completas de nuestros hermanos nicaragüenses, que no encontraron en nuestro país lo que necesitaban para vivir dignamente, buscan -arriesgando incluso su vida- otros horizontes, es este otro dolor en el alma, nos duele el alma tanto dolor”.
El religioso lamentó que “Nicaragua vive otro éxodo con un pueblo que busca un mejor futuro porque se les han cerrado las puertas en su propia patria”.
La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR, por sus siglas en español) ha informado que más de 108 000 personas de Nicaragua se han visto obligadas a abandonar Nicaragua desde la crisis sociopolítica de 2018. Los principales tres destinos de los nicaragüenses son Costa Rica, Estados Unidos y España, seguido de Panamá y Canadá.
Monseñor Rolando Álvarez recordó que “Nicaragua es de todos y todos tenemos derecho a vivir en paz y en libertad”. Además llamó a que se “detenga la espiral de violencia contra las familias, que no se siga desintegrando a las familias nicaragüenses”.
Monseñor Báez: Aislamiento forzado “es cruel y contrario al plan de Dios”
El obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, Monseñor Silvio José Báez, en la homilía que realizó en Miami, Estados Unidos, también recordó que es “cruel y contrario al plan de Dios condenar a otros al aislamiento forzado”, tal como ha ocurrido con la mayoría de los 37 nuevos presos políticos, encarcelados por el régimen orteguista en el contexto electoral.
“No es bueno que el ser humano esté solo, no hace bien aislarse e ignorar a los demás, pues la soledad es una realidad cercana a la muerte, por eso también es cruel y contrario al plan de Dios condenar a otros al aislamiento forzado”, indicó.
Añadió que “todos debemos construir y cuidar el sueño de Dios que nos pensó para el amor”. Mencionó que “vivir en el amor solo es posible gracias a la acción del Espíritu del Señor que sana y transforma los corazones endurecidos y rehace continuamente el amor roto por el egoísmo y las infidelidades humanas”.