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Movimiento Campesino confía en que quiebra de Wang Jing entierre concesión canalera

El Movimiento Campesino se opuso a la concesión canalera de Daniel Ortega al empresario chino, Wang Jing, líder anticanal

El Movimiento Campesino de Nicaragua se opuso a la concesión canalera de Daniel Ortega al empresario chino

Iván Olivares

30 de septiembre 2021

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La expulsión de Wang Jing y el Grupo Xinwei, de la Bolsa de Valores de Shanghai –y la quiebra económica que eso supone– debería llevar a la reflexión a Daniel Ortega, considera el directivo del Movimiento Campesino, Nemesio Mejía, para quien Ortega también debería disculparse con la nación, por haber creído las historias fantásticas que le contó el asiático, y por haber causado tanto sufrimiento a los campesinos nicaragüenses.

En junio de 2013, convencido por su propio hijo y asesor presidencial para inversiones, Laureano Ortega, el dictador hizo que sus diputados en la Asamblea Nacional aprobaran la conocida como ‘ley canalera’, que dio una concesión a Wang Jing, para construir un canal interoceánico por el territorio nacional, junto a otras obras conexas, permitiéndole expropiar todas las tierras que requiriera el proyecto.

Nemesio Mejía, directivo del Consejo Nacional en Defensa de Nuestra Tierra, Lago y Soberanía, llamado también ‘Movimiento Campesino’, dijo en una entrevista en el programa Esta Noche, que solo se transmite en línea por causa de la censura televisiva de la pareja gobernante nicaragüense, que Ortega “ha cometido muchos errores”.

“Es sabio que reconozca que se equivocó. Que su Gobierno se equivocó. Que sus asesores lo mandaron a equivocarse, y ahora debe rectificar, mandando a derogar esa Ley, porque es lo que más le conviene, no solo al propio Ortega, y su Gobierno, sino que al país entero y a la región”, agregó.


“Cuando las cosas inician mal, van a terminar mal. Bien, por el sector campesino, que se opuso al canal; mal por el Gobierno, porque lo engañaron. El sector campesino le dio cátedra a Ortega. El Gobierno debería ser humilde, y reconocer que se equivocó con un desconocido que le robó, y que si no le robó a los campesinos, fue porque nos opusimos, pero le robó al Estado… y dejó las cosas mal hechas, así que el Gobierno tiene que asumir responsabilidad por sus culpas”, insistió.

“Nosotros seguimos organizados. Seguimos en resistencia, y no vamos a permitir que nuestras tierras, y que la soberanía de Nicaragua le sea entregada a manos desconocidas, y a manos de nadie. Nicaragua es de los nicaragüenses”, sentenció.

 Mérito al valor campesino

El anuncio de la aprobación de la ley canalera, con su amenaza de expropiar cuanta propiedad fuera necesario –incluso, si estaba fuera del área entregada en concesión– generó una ola de inconformidad que golpeó especialmente a los sectores campesinos, al comprobar que existía riesgo de desarraigo, al punto que organizaron alrededor de un centenar de marchas en contra de la iniciativa legal promovida por Ortega.

Mejía opina que “el sector campesino desarrolló un papel muy importante, porque le dio vida a Nicaragua cuando nos opusimos a algo que era ilegal, que no iba a funcionar, y nos adueñamos de esa soberanía de Nicaragua, que el Gobierno había entregado a un desconocido”.

“Por eso, mérito a quien mérito tiene, y no estoy hablando de Nemesio, ni de Medardo [Mairena], sino de los campesinos humildes que salieron de los últimos rincones de Nicaragua, para ir a una protesta. A ellos me refiero. A las mujeres que se quedaron a cuidar los hijos, las propiedades, las cosas, cuando el marido iba a la protesta”, refirió.

El líder campesino opina que ellos hicieron su trabajo, al igual que el periodismo nica que “siguió la noticia del movimiento que hicimos los campesinos, pero el que se equivocó se llama Daniel Ortega, y debería reconocer su error”, así como los diputados del PLI que votaron por aprobar esa ley “y ahora juegan de demócratas”, reclamó.

Si bien la concesión sigue vigente, Mejía descarta que tenga alguna utilidad, porque “no tiene ninguna fuerza, y más cuando tenés a un país desmontado, una economía desbaratada, una comunidad internacional que no reconoce ya los proyectos de Daniel Ortega, y al país agobiado por el covid - 19, con el nivel de vacunación más bajo” de tierra firme continental.

“Eso significa que el Gobierno de Nicaragua no puede pensar en un proyecto. Eso se acabó para él y para Nicaragua. Por supuesto que la Ley va a quedar escrita, pero también creo que un Gobierno democrático deberá borrarla del mapa, porque al final, un canal por Nicaragua, según los estudios, no nos conviene”, enfatizó.

Reorganizando al Movimiento Campesino

Después de lo que parece el golpe final a los negocios de Wang, dado por la Bolsa de Valores de Shanghai, la comunidad anticanal nicaragüense –con el movimiento campesino a la cabeza– puede enorgullecerse de haber cumplido su misión, sin que eso signifique que es momento de disolverse. Antes bien, ellos están trabajando para crecer, incluso en Centroamérica.

Mejía relató que el Movimiento Campesino sigue fortaleciendo sus bases, aunque las cosas son diferentes, no solo porque parte de su liderazgo está fuera del país, y los que están dentro ni siquiera pueden salir a marchar, sino también porque quieren ampliar la organización con campesinos que no viven en las áreas que habrían sido usurpadas por Wang Jing, sino también con sus pares del istmo.

El movimiento está en reorganización, ampliando el trabajo con las bases territoriales, “no solo con las de la ruta canalera, sino extendiéndonos a otros departamentos en los que tenemos presencia. El movimiento debería haberse ampliado desde antes, porque los campesinos están en todos lados”, recordó.

Y ese ‘todos lados’ es algo más, mucho más que solo Nicaragua.

Al argumentar que la construcción del canal perjudicaría de diversas formas a todos los países de la región, Mejía, que reclama el honor de ser “el movimiento más grande y más organizado de Latinoamérica”, reconoce que “tenemos más responsabilidades”, entre las cuales incluye, sumar a sus hermanos de Centroamérica.

“Estamos buscando acercamiento con otros movimientos campesinos de Costa Rica, Honduras, Guatemala y El Salvador. Vamos avanzando, porque debe haber un bloque de campesinos a nivel centroamericano, y no solo pensar en un bloque campesino de Nicaragua. Los problemas de la región nos incumben a todos los campesinos, y es posible que necesitemos de la sabiduría, de la experiencia de otros países, para desarrollar al campesinado en Nicaragua”, concedió.

“Hasta 2013, el campesino no existía en Nicaragua, más que para labrar la tierra, pero de esa fecha a este momento, el sector campesino es una línea muy importante para el país”, que se ganó el reconocimiento de los nicaragüenses, concluyó.


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Iván Olivares

Iván Olivares

Periodista nicaragüense, exiliado en Costa Rica. Durante más de veinte años se ha desempeñado en CONFIDENCIAL como periodista de Economía. Antes trabajó en el semanario La Crónica, el diario La Prensa y El Nuevo Diario. Además, ha publicado en el Diario de Hoy, de El Salvador. Ha ganado en dos ocasiones el Premio a la Excelencia en Periodismo Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, en Nicaragua.

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