9 de septiembre 2021
La opositora Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB) anunció este jueves su decisión de trabajar exclusivamente de manera clandestina en Nicaragua, para evitar que los integrantes que permanecen en el país sean arrestados, como ya ha ocurrido con 12 de sus dirigentes desde el 28 de mayo pasado.
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“La resistencia en Nicaragua no ha desaparecido. La UNAB y otros espacios persisten en ella, no podemos enumerar de manera pública qué espacios integran este plan, porque pondría en riesgo nuestras bases y a otras personas que son objetivos del régimen”, dijo la miembro del Consejo Político de la Unidad, Alexa Zamora, en teleconferencia de prensa.
Desde fines de mayo pasado en Nicaragua persiste una ola de arrestos que ha llevado a prisión a 36 líderes disidentes y profesionales independientes, la mayoría de los cuales ya enfrentan cargos por delitos de menoscabo a la integridad nacional o lavado de dinero.
Los arrestos contra opositores y críticos del Gobierno se dan en el contexto de las elecciones del 7 de noviembre próximo, en las que el presidente Daniel Ortega, quien gobierna desde 2007, y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, buscan una nueva reelección.
Entre los integrantes de la UNAB detenidos están los aspirantes a la presidencia Félix Maradiaga y Medardo Mairena, los exguerrilleros Dora María Téllez y Víctor Hugo Tinoco, las dirigentes Violeta Granera, Tamara Dávila, Suyén Barahona y Ana Margarita Vijil, el exvicecanciller Víctor Hugo Torres, y el politólogo José Antonio Peraza.
Zamora reconoció que los arrestos han llevado al exilio a decenas de líderes opositores locales, y ha provocado la dispersión de la disidencia, sin embargo sostuvo que las acciones de repudio a Ortega continúan.
“Hay pequeñas labores de resistencia, pero por muy insignificantes implican un alto nivel de compromiso de quienes le dicen a Ortega que no vamos a dejar de pedir la libertad de Nicaragua y no vamos a parar hasta obtenerla”, indicó.
El también dirigente de la UNAB Ariel Sotelo afirmó que existen acercamientos con otras “fuerzas vivas” de la oposición, que mantienen “un fin común, que es la renuncia de la dictadura y el trabajo para que sea desconocido el Gobierno de Ortega y Murillo”.
La Unidad Nacional está conformada, según su dirigencia, principalmente por los manifestantes “autoconvocados” que dirigieron las protestas antigubernamentales en abril de 2018, que fueron reducidas por ataques armados que dejaron cientos de presos, muertos o desaparecidos, miles de heridos y decenas de miles en el exilio.