24 de agosto 2021
Los nicaragüenses siempre tienen tiempo para la risa. Así lo demuestra la acogida que reciben los humoristas nicas en las redes sociales cuyos usuarios acompañan y aplauden el talento que tienen para ridiculizar al poder.
Les celebran también la rapidez con la que actúan elaborando caricaturas y memes, textos, así como piezas visuales que después transitan a toda velocidad por las redes sociales y que contribuyen a enriquecer el debate político y público desde el lado más inesperado.
Los usuarios acompañan con cientos de visualizaciones por YouTube a Locuin y Juan Carlos Ampié, quienes elaboran piezas visuales humorísticas a la manera de sketchs. A Pedro Molina (PxMolina) le celebran sus dibujos satíricos en Twitter y Facebook. Y los memes del Mapache Jambado se vuelven virales en WhastApp.
Mapache Jambado: “la lucha sigue”
“Lo mío siempre fue la edición de video, nunca esperé que la gente agarrara la vara”, dice el Mapache Jambado @mapachejambado, que con 21 años está escribiendo con letras grandes la historia del humor político nicaragüense, pues usa un formato –el meme— nacido en la época de la internet. Desde la presentación de su página en Twitter ya ridiculiza la cultura política anclada en las consignas de los 80 y se atreve con uno de los intocables: “El meme vive, la lucha sigue”, expresa tornando aquella consigna política: “Sandino vive, la lucha sigue”.
“Los memes son algo de subir en caliente. Son un termómetro social”, dice quien en sus memes le ha puesto las gafas pixeleadas de “Turn down for what” a Carlos Tunermann y al sacerdote Rolando Álvarez, cuando ellos han expresado frases contundentes, como la de éste último: “Respete la patria”.
La agilidad del Mapache Jambado para elaborar los memes tiene método: un archivo jugoso y ordenado al que recurre cuando viene la idea. “Soy diseñador, trato de entregar cosas de calidad, no pixeleado, entrego algo que tenga ritmo. Me guío por la música, para llevarle el tempo, porque los videos tienen ritmo narrativo”.
Los memes del Mapache trajeron la cultura juvenil, su modo de reírse de la política y sus personajes, al humor político nacional. Y aquello se descontroló por la fértil irreverencia al combinar imágenes de la cultura juvenil, de aquellos que se han educado más por la televisión, las películas, cómics y la internet, que por los periódicos de papel y los discursos con voces engoladas de los políticos.
El héroe, por ejemplo, ya no es el o la nicaragüense que toma las armas y se autoinmola. Sino, alguien con más superpoderes. Por eso a su público le pareció natural ver representados como héroes de los Vengadores a “La banda de los aguadores”, aquellos 16 jóvenes que Ortega metió presos solo por llevar agua a la gente que protestaba. En ese meme Thanos, el dios de la muerte, es Daniel Ortega derrotado y convertido en polvo que se lleva el viento.
La Última Mirada News: una manera de observar
A los seguidores de Juan Carlos Ampié se les hace muy largo esperar su pieza humorística –fuertemente impregnada por la ironía y el sarcasmo— hasta el domingo cuando aparece en el último segmento del programa televisivo Esta Semana. De hecho piden que el programa de Carlos Fernando Chamorro empiece con los chistes visuales de Ampié, pero los productores temen que no se queden hasta el final del programa.
“Se ha convertido en la manera de observar y entender la realidad de mi país. Y para mantener la perspectiva de lo que pasa”, dice Ampié sobre su motivación.
“El humor ayuda a recordar que los poderosos son seres humanos, no son extraordinarios, que la codicia, los vicios de la corrupción son endémicos en Nicaragua”, explica quien con su segmento “La Última Mirada News” –de 10 minutos— no baja de las 90 mil visualizaciones por edición en YouTube.
“Pretender hacer humor en medio de la tragedia que vivimos es un gran desafío. Pero hay algo básico: crear ese espacio en el que te podés reír de los gobernantes y así recuperar tu espacio de poder, el que han querido quitarte”, reflexiona Ampié, quien agrega: “la gente del régimen no son monstruos. Cuando les das esa cualidad los liberás. Son criminales y ridículos”.
Locuin: la gente hace catarsis
Locuin se pone serio cuando le pregunto sobre qué cree que piensa la gente cuando mira sus exitosos sketch de humor político: “La gente hace catarsis. El daño recibido es muy grande y hago aparecer al verdugo y lo ridiculizo, así se siente más ligero el viaje. El humor ayuda a curar, cicatrizar, sanar un poco el daño. Y alejar el instinto de venganza y maldad”.
Es una potencia teatral y el guión es improvisado, se planta ante la cámara y lo suelta. Locuin tiene 42 personajes representados: “el Nuncio, la Chayo, Wálmaro, Bayardo Arce, toda la crema de la Asamblea Nacional, el canciller Moncada, ministros, gente de la oposición, Cristiana Chamorro, personajes del FSLN, Arnoldo (Alemán), Maria Fernanda (Flores de Alemán), Kitty (Monterrey)…Y Xiomara Blandino”.
Nacido en 1979 y en zona de guerra del norte de Nicaragua. Es de un grupo social donde “si tenés oportunidad de comer sos el éxito del barrio”, señala. “Más que talento es la dedicación de 35 años. Estuve ensayando en el baño, en la calle, remedando, absorbiendo contenido del vivir nacional para adornar la sátira. He sido el remedador del barrio. Las creaciones llevan el lenguaje del barrio, lo satírico, la burla y también lenguaje técnico”, explica el creador de Locos Cuerdos Intencionados (Locuin).
En su más reciente representación de Ortega como “Talibache Ortegalah”, respondiendo con inmediatez a la información de actualidad con la llegada de los talibanes al Gobierno en Afganistán, afina con demasiado parecido el acento y la manera de hablar del presidente de Nicaragua. Porque Locuin –imitador, parodiador— desarrolla el personaje en sus maneras, rasgos físicos, vestuario, su tono de hablar y el contenido de lo que habla, en una historia de 25 minutos. En YouTube publica sus videos para una audiencia general y cobra a visualizar otras historias. Presenta una particularidad: se equivoca en vivo, lo acepta y continúa. Con eso también hace autosátira.
Dice que hay tres sketch con mayor audiencia y son cuando representa a Ortega, en un ataúd como un muerto hablando. “La gente no es que sea mala, sino que siente una necesidad instintiva de que se acabe todo”, aclara y añade que lo mismo ocurre cuando representa a Murillo: “Fabriqué una Rosario, la Chayoker, una rosario mala y al verla el pueblo se alegra al saber que ella muestra su verdadera cara como es. Rosario ha logrado sacar la peor versión de los nicaragüenses”.
PxMolina: incomodar al poder
Cuando a la vicepresidenta de Nicaragua, le da por hablar en contra de los nicaragüenses los usuarios de las redes sociales estallan en risa y los humoristas se ponen a trabajar porque ha llegado insumo para la sátira y el humor.
Así, de pronto aparece una caricatura en su sección en CONFIDENCIAL: le sale una rata de alcantarilla de la boca a Murillo y la rata repite a la gobernante: “¡Traidores, vendepatrias, peleles, criminales, terroristas, sirvientes, arrodillados, malignos, chingastes, serpientes, puchos!”. La crítica a lo que dicen Ortega y Murillo, en relación con cómo actúan, es el tema favorito de los humoristas nicaragüenses. Recogen el pulso de la calle: nadie les cree. Molina tiene una serie que aborda esa incongruencia. En otro dibujo le sale una serpiente con lengua bífida por la boca a esta mujer mientras de los lóbulos de las orejas le cuelgan calaveras y ataúdes a modo de pendientes.
Murillo y Ortega son representados por Molina con rasgos afilados, no hay redondez en el trazo. Ese recurso gráfico le sirve para transmitir la dureza de los gobernantes y el daño punzante que han ejercido contra la gente.
Con 45 años, dos hermanos lisiados por la guerra de los 80, es diseñador gráfico. Es un gran conocido del humorismo nicaragüense y había publicado siempre en papel. Hasta que se integró a las redes sociales donde ahora sus caricaturas y tuits dinamizan el debate público. “El humor es un vehículo para hacer cuestionar a la gente, para incomodar y también para mostrar a la gente que no está sola, que la rabia, la tristeza también es compartida”, dice desde su segundo exilio, el primero fue, cuando adolescente, la familia se exilió en Guatemala en los 80.
Se define resiliente y cree que aporta al debate público eso: “la resiliencia, tratar de levantar el ánimo”. “En las redes se mezcla todo: caricatura, comentarios”, reconoce quien además vive la dinámica del influencer social –el que no vende productos comerciales, sino ideas— pues en su página de Twitter @PxMolina se escenifican auténticas y valiosas polémicas políticas que ya las quisieran los líderes políticos para un rato.
“No estoy conforme con mi papel de figura pública en las redes sociales”, dice Molina, que prefiere asegurar su espacio de creador y que sean sus dibujos quienes hablen. Periodista de opinión, sus dibujos hablan y viajan por el mundo, su trayectoria ha sido reconocida con varios premios internacionales, entre ellos el María Moors Cabot que otorga la Universidad de Columbia.
De aquel primer humorista –Hideki Visión— que representó a Rosario Murillo, todos han centrado su representación del ridículo en ella y en Ortega. Con su ingenio y chispa también abonan al debate público Guillén, Lafito, Chavarría, Cako y una multitud de creadores espontáneos de memes que circulan por la red . Desde el régimen, Rozú con su trazo fino y elegante, rindió su discurso político para favorecer a los propagandistas.
Son los cronistas de la tragedia nicaragüense. Reflejan el enfoque del absurdo que le impregnan los gobernantes. Los humoristas nicaragüenses encienden la chispa para detonar la reflexión y la risa. Sus representaciones de los políticos nacionales y de las escenas políticas reflejan más que la dura y cruda realidad. Gracias a ellos observamos la tragicomedia cuando los poderosos solo quieren hundirnos en la tragedia. Y con sus aportes configuran el debate político haciendo menos poderosos a los que se creen poderosos.