19 de septiembre 2021
En uno de los márgenes San José, la capital de Costa Rica, se ubica La Carpio, un barrio de unos 23 kilómetros cuadrados que surgió hace unos 28 años, producto de la toma de unos terrenos estatales pertenecientes a la Caja Costarricense de Seguridad Social. Lleva su nombre en honor a uno de los organizadores de la ocupación de las tierras, describe el doctor Carlos Sandoval en su investigación La Carpio. La experiencia de segregación urbana y estigmatización social.
El nombre de ese ensayo dice mucho de este barrio josefino que alberga a unas 25 000 personas, de las que, por lo menos, la mitad es nicaragüense o de origen nicaragüense. Es, dice Sandoval, "la comunidad binacional más grande del país". Pero es también un barrio marcado por la falta de servicios básicos y de titulación de las propiedades, por la pobreza, el hacinamiento y la "fama" de peligroso. Es, además, una comunidad rodeada por dos ríos contaminados, una planta de tratamiento de aguas residuales y un depósito de basura.
La exclusión geográfica o espacial, la social y la simbólica a las que alude Sandoval, han creado un estigma sobre La Carpio. Sin embargo, un par de visitas bastan para apreciar que, debajo de ese estigma, hay mucho más. A lo mejor producto de esa misma exclusión es que sus habitantes han creado un ecosistema de autosuficiencia que da mucha vida y personalidad a este barrio.
Los negocios formales e improvisados de todo tipo de servicios son muestra de ello. En La Carpio hay de todo. En la calle principal, en cada cuadra interna y callejón encuentra una pulpería, una tortillería, una zapatería, puestos de lotería, salones de belleza, talleres de vehículos o ventas improvisadas de pinol y pinolillo. El comercio vibra por doquier, todos tienen algo que vender y algo que comprar. Hay, además, varias organizaciones sociales, iglesias, una escuela cuyas instalaciones lucen aún bastante nuevas, salones comunales. El bullicio no para durante todo el día, todos los días. Indira Rojas, fotógrafa nicaragüense residiendo en Costa Rica, capturó con su lente esos rostros y escenas de La Carpio, más allá del estigma.