19 de agosto 2021
Fuera de la competencia electoral, que culmina con las votaciones del 7 de noviembre, los bloques opositores en Nicaragua continúan apostando a la búsqueda de una unidad opositora y la exigencia de condiciones electorales mínimas para arrebatarle el poder a Daniel Ortega y Rosario Murillo, quienes buscan su cuarto mandato consecutivo.
Con los principales líderes opositores encarcelados o en el exilio, y tras la cancelación de la personería jurídica del partido Ciudadanos por la Libertad (CxL), el único que era considerado opositor, no existe en este momento un liderazgo y una estrategia clara a seguir. Pero fuentes de varias organizaciones políticas aseguran que a lo interno se está dando un proceso de reingeniería.
El dirigente de Fuerza Democrática Nicaragüense (FDN), Luis Fley, lidera desde el exilio a la Coalición Nacional, un bloque opositor que —aunque no reconoce el actual proceso electoral— está convencido que se debe seguir presionando al régimen para obtener las condiciones mínimas de transparencia y estar preparado para el escenario poselectoral.
“No reconocemos el proceso electoral que está en marcha y la meta es que haya un solo bloque opositor, un solo interlocutor válido, dentro y fuera de Nicaragua, para los acontecimientos que se avecinan cuando Daniel Ortega sea declarado (por la comunidad internacional) un Gobierno ilegítimo a partir de noviembre”, puntualizó Fley.
Alexa Zamora, de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), explicó que en la oposición “no hemos renunciado a la vía electoral como un proceso cívico y pacífico para la salida de la crisis sociopolítica y la dictadura” en Nicaragua. Sin embargo, para lograrlo “debe haber una serie de condiciones” que la oposición tiene que arrebatar al régimen, aunque sea para otro periodo electoral.
La propuesta, a mediano plazo, de la UNAB pasa por “ejercer la denuncia activa” con respecto a todas las irregularidades que puedan presentarse en el actual proceso electoral, ya que eso serviría de soporte para “activar todos los mecanismos internacionales que nos permitan poder llegar a obtener estas condiciones”, dijo Zamora.
Bajar el perfil
Pero a escasos dos meses y medio de las elecciones generales, la oposición sigue fragmentada y ante la escalada de arrestos, desde que fue convocado el proceso electoral, los líderes políticos han decidido “bajar el perfil” y continuar el trabajo organizativo “en silencio”.
“La Coalición está golpeada, con casi toda la dirigencia en la cárcel, pero la Coalición existe y está estructurada a nivel nacional”, enfatizó Fley. No obstante, “hemos instruido a la gente en nuestra estructura que baje el perfil, aplicando aquel principio de que cuando el mar está bravo los marineros bajan la velas”, continuó.
Otro bloque opositor que ha optado por mantener un “perfil bajo” es la Alianza Ciudadanos por la Libertad (ACxL), conformada por la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD) y el partido CxL. Luego que fueron sacados de la competencia electoral algunos de sus integrantes se han resguardado por temor a ser encarcelados y la presidenta del partido CxL, Kitty Monterrey, fue forzada al exilio, porque el Consejo Supremo Electoral (CDE) la despojó de su nacionalidad nicaragüense.
Un miembro de la Alianza Cívica, que solicitó mantener en reserva su identidad, explicó que en esa organización se están realizando “elecciones internas”, pero que el proceso ha resultado “complicado” porque la mayoría de sus integrantes son perseguidos por el régimen de Ortega y Murillo.
Zamora recordó que el consejo político de la UNAB está integrado por 12 miembros y aunque las personas más conocidas están encarceladas, ese cuerpo colegiado continúa trabajando “desde diferentes espacios”, aunque no sean figuras visibles.
“Hay algunos procesos de reingeniería que pasan por el hecho de cambiar algunos mecanismos de trabajo, de tal forma de que no se exponga la seguridad física y la integridad de los liderazgos que todavía se encuentran en libertad”, explicó Zamora.
Buscar la unidad
La Coalición Nacional y la Alianza Ciudadana han mantenido posturas opuestas sobre la forma de enfrentar al régimen; en un extremo la Coalición decidió desconocer el proceso electoral y en el otro, la Alianza se mantuvo firme hasta que fue sacada de competencia. Ahora, valoró Fley, “estamos de igual a igual” y a partir de este punto “hay que buscar la unidad”.
“Me he tomado la atribución de llamarlos (a la Alianza Cívica) y no he recibido respuesta de ellos. Algunos han cambiado sus números de teléfono o no contestan llamadas, pero a nosotros nos interesa la unidad en el terreno con la gente que es opositora al Gobierno”, agregó Fley.
Zamora insistió también en la necesidad de la unidad o “por lo menos la unificación del discurso de la oposición”, de cara al escenario poselectoral y la demanda permanente de libertad para los más de 140 presos políticos del régimen y elecciones libres, justas y transparentes.