3 de julio 2021
“Graciela”, de 20 años, cursa el tercer año de su carrera de Comunicación Social y quiere abandonar el país. La crisis política le ha provocado la necesidad de irse, y la escalada represiva lo ha convertido en una “urgencia”.
Sus limitaciones financieras, sin embargo, la mantienen anclada en Nicaragua. Cuenta que desde hace años su familia ha atravesado por una situación económica muy complicada, que casi la hace perder sus estudios. Pudo seguir, porque obtuvo una beca en la universidad.
“A futuro me gustaría irme del país a trabajar en lo que a mí me gusta. Siento que aquí no se puede por la situación que está pasando. Desde el año pasado, tengo ganas de irme. Tengo amistades que ya se han ido y me pongo a pensar que no quiero estar en este ambiente”, comenta “Graciela”.
La única razón por la que no ha logrado irse del país, cuenta, es porque no tiene dinero para realizar el viaje y tampoco cuenta con ningún familiar en España, el destino que más le atrae para estudiar una carrera.
“Siento más la frustración de irme. Pero conforme pasa más tiempo, me cuestiono muchas cosas como, si así estamos ahorita, ¿cómo vamos a estar en dos meses o ya en noviembre para las elecciones? Uno se llena de temor. Si tuviera la oportunidad de irme me iría”, afirma la joven.
Larga filas en Migración
El deseo de “Graciela” ha sido una realidad para miles de nicaragüenses que en las últimas semanas han copado las oficinas centrales y delegaciones de Migración y Extranjería, donde se han visto largas filas de ciudadanos que llegan desde las seis de la mañana para hacer una solicitud de pasaporte.
Según datos oficiales de la Dirección de Migración y Extranjería, desde el 29 de mayo hasta el 25 de junio, se han extendido 11 801 pasaportes en las diferentes delegaciones del país; además de 2573 visas de salida de menores.
En la semana del 29 de mayo al 04 de junio, Migración entregó 2080 pasaportes, mientras que la siguiente semana del 5 al 11 de junio, las solicitudes aumentaron a 3074.
En la última semana, cuyos datos están publicados en la web de Migración y Extranjería, se habían entregado 3136 pasaportes.
En febrero pasado, la firma Cid Gallup publicó una encuesta en la que reflejaba que dos de cada tres nicaragüenses estaban dispuestos a migrar hacia Estados Unidos, España o Canadá, si tuvieran la oportunidad.
“La incertidumbre e inseguridad política genera un sentimiento latente del deseo de emigrar si tuviera las capacidades para hacerlo —y alrededor de dos terceras partes— se irían del país, en especial a los Estados Unidos, Canadá y España”, señaló el estudio, que consultó a 1200 nicaragüenses mayores de 16 años.
La encuesta reflejó además que seis de cada diez nicaragüenses estaban dispuestos a dejar el país si tuvieran la oportunidad, lo que predominaba en la población joven.
La represión espanta a la juventud
El día que la Policía Nacional invadió la vivienda y puso en arresto domiciliario a la ex directora ejecutiva de la Fundación Violeta Barrios de Chamorro (FVBCh), Cristiana Chamorro Barrios, en la mente de Fernando Antonio se reafirmó una sola idea: “quiero irme del país”.
Era un 2 de junio y aquel pensamiento, que antes había surgido con la intención de buscar una mejor calidad de vida para ayudar a su familia, ahora también incluía la idea de resguardar su seguridad, ya que “la cacería de opositores solo había empezado”.
“(Emigrar) es una idea que uno siempre tiene, pero en vista de todas las cosas que están pasando en este país, ya no es una situación solamente política, tiene que ver también la parte económica. Los salarios aquí están por el suelo y todo está muy caro”, comenta Fernando.
Él es encargado de redes sociales en una firma de abogados, un puesto más estable, luego de haber laborado por años en zonas francas.
Ana Navarro, desempleada y graduada de la carrera de Comunicación Social, escribió a inicios de junio en Twitter: “Si pudiese irme de Nicaragua no lo dudaría ni un segundo”.
Navarro se siente amenazada por ser opositora y periodista, aunque ha ejercido poco tiempo la profesión, ya que se graduó en 2019. Entre sus opciones para migrar están Estados Unidos o algún país europeo, aunque necesita un plan que le permita obtener el dinero, pagar la visa y un lugar donde quedarse si lograra viajar.
“Estoy pasando por una situación bastante difícil, en cuanto a mi economía y no poder ejercer mi profesión, porque, como ya sabemos, uno se pasa estudiando y te quedás sin laborar. Te da depresión”, expresó.
Régimen obliga a las personas a migrar
Gonzalo Carrión, abogado del Colectivo Nicaragua Nunca Más y quien se encuentra exiliado en Costa Rica, recordó que tras el estallido social de abril de 2018, el régimen intenta atemorizar a los opositores, a quienes amenaza con cárcel para ellos o sus familiares.
“No capturamos a Gonzalo, capturamos a Juan”, ejemplifica. “El objetivo de esto es golpear siempre, para mandar mensajes. Conocemos a gente ‘retornada’ (del exilio), que si no les caen (atacan), directamente a él, le caen a un ser querido o cercano, para provocar e infundir terror. Ese terror es siempre callar, para silenciar y que las personas no sigan ejerciendo sus derechos”, explica Carrión.
El abogado abandonó el país en diciembre de 2018, por amenazas del régimen de Daniel Ortega, luego que el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), donde trabajaba, documentó la quema de una vivienda en el barrio Carlos Marx, en la que murió calcinada una familia completa.
Opina que el régimen no solo provoca que la gente se vaya del país, sino que los niveles de represión “son tan altos”, que a la vez intenta impedir que quienes ya se fueron “retornen”.
Subraya que la detención de algunos exiliados que volvieron al país, pretendía enviar un mensaje de inseguridad para todos aquellos que estuvieran valorando regresar. Esto ocurrió, según él, con el activista político Yasser Morazán, quien decidió volver del exilio y fue detenido en el aeropuerto durante más de tres horas.
“Ahora no solo te intimidan, sino que también te echan preso”, recalca el defensor de derechos humanos.
67 229 nicas buscan asilo
La oficina del alto comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (UNHCR, por sus siglas en inglés), refleja en sus estadísticas que, hasta 2020, al menos 67 229 nicaragüenses buscaron asilo en diferentes países del mundo.
Aunque los datos no expresan las razones por las que esas personas migraron, los datos muestran que muchos decidieron irse del país a partir de la crisis de abril de 2018.
En 2017, según UNHCR, 2722 personas eran solicitantes de asilo; esta cifra increm entó hasta 32 265 solicitantes en 2018. Sin embargo, ese dato se duplicó a 67 150 en 2019.
Los datos oficiales de la Dirección General de Migración y Extranjería de Costa Rica reflejan también un leve aumento en la cantidad de solicitudes de refugio de nicaragüenses, en el primer trimestre de 2021.
En enero pasado, 1282 nicaragüenses solicitaron refugio, mientras que otras 1382 lo hicieron en febrero, y 1485 en mayo. En total, de enero a mayo 6711 personas oficializaron su solicitud de refugio en Costa Rica.
La situación podría agravarse en los próximos meses, según advirtió el presidente guatemalteco Alejandro Giammattei, quien recomendó a Nicaragua cesar la represión, ya que esto “podría convertirse en una migración muy grande, que afectaría, inicialmente, a Honduras y Costa Rica”.
“No estamos preparados para recibir a cientos de miles de personas huyendo de un régimen como el que se pretende instalar. Sugiero al Gobierno de Nicaragua que eche marcha atrás y libere a los presos políticos, para que todos los países de Centroamérica podamos consolidar nuestras democracias”, dijo el mandatario el pasado 10 de junio.