1 de julio 2021
La crisis nicaragüense volverá a ser tema de agenda en el Parlamento Europeo. Un grupo de eurodiputados han preparado una resolución en la que condenarán la ola de arrestos contra dirigentes opositores, empresarios y periodistas. Para la europarlamentaria Tilly Metz: “Necesitamos palabras claras condenando lo que está pasando en Nicaragua”.
Desde el estallido cívico de abril de 2018, el Parlamento Europeo ha aprobado cuatro resoluciones sobre la crisis en Nicaragua. Una en mayo de 2018; otra en marzo de 2019 —tras la visita de una delegación de europarlamentarios al país—; una tercera en diciembre de 2019; y la última en octubre de 2020.
Metz, presidenta de la delegación para las relaciones con Centroamérica del Europarlamento, adelantó que, además de la resolución, los europeos “necesitamos ver qué más podemos hacer” en el caso de Nicaragua. “Tenemos ya sanciones específicas (contra funcionarios del régimen), creo que deberíamos seguir con estas sanciones específicas para ampliarlas”.
La Unión Europea (UE) sancionó el 4 de mayo de 2020 a seis altos funcionarios del régimen orteguista, entre ellos cuatro jefes policiales —el director de la Policía Nacional, el primer comisionado Francisco Díaz, y los comisionados generales Luis Alberto Pérez Olivas, Justo Pastor Urbina y Ramón Avellán—, y los asesores presidenciales Néstor Moncada Lau, y la exministra de Salud, Sonia Castro.
Durante un entrevista con el programa Esta Noche, la eurodiputada por Luxemburgo comentó que “debemos tener un acercamiento coordinado de la Unión Europea con otros países”, en relación a las sanciones contra funcionarios del Gobierno.
Los seis funcionarios castigados por la UE ya habían sido sancionados por Estados Unidos, además Díaz, Castro y Moncada Lau también fueron sancionados por Canadá.
Metz destacó que Europa mantiene “un espacio abierto para cualquier comunicación” con el Gobierno de Daniel Ortega. “Hay mucho qué hacer, pero no creo que cortando todos los puentes de la comunicación y diplomacia en general, sea la solución”.
¿Cómo describiría lo que sucede en Nicaragua y por qué es de especial preocupación para usted?
Creo que lo que oímos sobre Nicaragua desde abril de 2018, la crisis en la que hubo muchos heridos y muchas muertes. Ahora con la elección que viene en noviembre, la situación está poniéndose peor. Ortega se está separando más y más del funcionamiento democrático.
Alrededor de 20 líderes de oposición están encarcelados, tenemos la persecución hacia periodistas, tenemos una sociedad civil bajo presión, sin la posibilidad de vivir libremente. Así que está muy claro que la próxima elección de noviembre no será justa, ni tampoco libre, así que eso es muy preocupante para nosotros.
Probablemente en el próximo plenario —la próxima semana— vayamos a tener otra resolución y debate sobre Nicaragua. Necesitamos palabras claras condenando lo que está pasando en Nicaragua.
¿Qué nos puede decir sobre esta próxima resolución?
Sobre la resolución no te puedo decir mucho, en este momento; porque todavía estamos trabajando en ella. Todavía hay que decidir sobre ella; vamos a trabajar en una resolución con un lenguaje claro, condenando lo que está pasando.
Seguimos teniendo un espacio abierto para cualquier comunicación. Nos seguimos comunicando con la sociedad civil y tenemos una delegación de la Unión Europea (en Nicaragua) muy fuerte; el embajador de la Unión Europea en Nicaragua (Pelayo Castro), y también todos los embajadores de la Unión Europea están haciendo un gran trabajo para estar presentes, para mantener los esfuerzos diplomáticos, instando a la diplomacia y al diálogo, promoviendo también los derechos humanos, así que están haciendo un trabajo muy importante.
Sobre la resolución que viene, necesitamos ver qué más podemos hacer. Tenemos ya sanciones específicas, creo que deberíamos seguir con estas sanciones específicas para ampliarlas, pero es muy importante para nosotros no dañar a la sociedad civil, no hacerle daño a la población nicaragüense con las sanciones porque ya están sufriendo mucho.
La Unión Europea ya ha sancionado a varios de los funcionarios leales al presidente Ortega y la vicepresidenta Murillo, ¿Qué otras acciones están siendo contempladas para abordar la situación en Nicaragua?
Deberíamos trabajar más de cerca con otros países. El Gobierno estadounidense anunció sanciones contra cuatro altos funcionarios del Gobierno de Ortega, incluyendo a su hija (Camila Ortega Murillo). Argentina y México llamaron a sus embajadores para discutir la situación, así que creo que debemos tener un acercamiento coordinado de la Unión Europea con otros países.
Otros miembros del Parlamento Europeo han pedido la suspensión de Nicaragua del Acuerdo de Asociación con la Unión Europea. ¿Es esa una posibilidad? ¿Qué piensa sobre ese tipo de medidas?
El Acuerdo de Asociación no está completamente implementado ahora mismo; Bélgica aún no lo firma. El pilar comercial está funcionando, por eso el intercambio se está dando de todas maneras, y los pilares de cooperación y el político de este acuerdo de todas maneras no está realmente implementado. Pero creo que eso tendría consecuencias también para la población nicaragüense, así que tenemos que realmente pensar.
Es importante tener sanciones específicas, pero, por otro lado, mantener los puentes para la diplomacia y la comunicación. Soy bastante escéptica sobre expulsar a Nicaragua de ese acuerdo. Debemos poner presión en el Gobierno nicaragüense, eso es seguro. Hay mucho qué hacer, pero no creo que cortando todos los puentes de comunicación y diplomacia en general, sea la solución.
Me reuní (de forma virtual) con una mujer de Nicaragua, cuyo esposo fue detenido de forma brutal, no tiene abogado y no sabe dónde está su esposo. Debe ser horrible, así que pienso en todo el dolor para estas familias, para esta gente en Nicaragua. Tengo muchos sentimientos de solidaridad; quisiera decirles que no están solos, la Unión Europea debe asumir su responsabilidad y no solo con palabras de solidaridad, sino también con acciones.
Usted ha dicho que el diálogo es una herramienta muy importante para lidiar con la situación. ¿Ha habido algún intento o están planeando algún intento como Parlamento Europeo? La ministra de relaciones exteriores de España recientemente mencionó que sus intentos de un diálogo con el Gobierno nicaragüense fallaron, el Gobierno de Nicaragua incluso respondió rápidamente con una carta bastante hostil. ¿Usted cree que deban hacerse nuevos intentos y cómo?
Tengo mucha confianza en el Servicio Europeo de Acción Exterior y en nuestras delegaciones de la Unión Europea que se encuentran en el sitio, buscando soluciones y tratando de mantener la comunicación. Sobre la elección de noviembre, sabemos que no habrá una delegación oficial y ellos (Gobierno) no quieren una misión de observación electoral, ni del Parlamento Europeo, ni del Servicio Europeo de Acción Exterior, pero igual es importante mantener nuestra presencia y sigamos intentando conectar.
Queríamos tener también una misión en Nicaragua el año pasado, pero fue rechazada. Por el momento, las misiones no son posibles por la situación de covid; para otoño posiblemente preguntemos nuevamente y posiblemente no querrán vernos, así que es muy difícil. A nivel internacional, Ortega y su Gobierno están aislándose más y más, así que hasta cierto punto no puede seguir en esa dirección.
¿Cuáles creen que deben ser las condiciones mínimas para establecer un diálogo con el Gobierno nicaragüense?
Primero que todo, es muy importante que todos los prisioneros políticos sean liberados. Hablo de los líderes de oposición que son aproximadamente 20, pero hay más presos políticos, he oído que son 130 o 140, a quienes se los llevaron sin que sus familiares sepan de ellos. Después proceder a reformar la Ley Electoral, garantizar la libertad de movilización, la libertad de expresión. Esos pasos en esa dirección serían muy importantes para tener un diálogo.
¿Considera que Nicaragua se dirige hacia la misma situación de Venezuela, en cuyo caso la Unión Europea consideró la última elección como ilegítima?
El riesgo es bastante claro. Si las cosas siguen como van, no será una elección libre ni justa. No puedo hablar en nombre de todo el Parlamento, pero si las cosas siguen así, esa sería una consecuencia lógica. Si nada cambia, ¿qué hay de democrática en esa elección si reprimes a la gente, encarcelándola y viviendo con miedo en Nicaragua? No es una elección que podamos reconocer, eso es seguro.
Como presidenta de la delegación para las relaciones con Centroamérica, ¿cómo la situación en Nicaragua afecta al resto de la región?
Tiene consecuencias cercanas en los países vecinos. Muchas personas en Nicaragua tratan de escapar de la situación. Nosotros queremos apoyar a estos países para que sean democráticos y fortalezcan sus instituciones democráticas. Debo decir que estamos conectados muy de cerca con la gente de Centroamérica y mucha gente como yo quisiéramos estar allí para ver la bondad y las bellezas de estos países. Es una catástrofe que este país no pueda vivir en paz y libertad.
Usted es miembro del Grupo de Los Verdes/ Alianza Libre Europea, una alianza de izquierda y centro izquierda que defiende el derecho a la autodeterminación, ¿cómo valora la justificación del Gobierno de Ortega, que se considera a sí mismo de izquierda, que alega que se defiende de la injerencia cuando otros países le señalan violaciones a los derechos humanos?
Ser de un partido de izquierda es ser cercano a la gente, es garantizar la justicia social, estamos muy lejos de eso ahora en el caso de Nicaragua. Veo a un presidente que quiere mantener el poder bajo cualquier situación. Honestamente, me pregunto: cómo sucedió esta evolución, que no es en pro de la población, sino más bien en contra.
¿Puede la Unión Europea hacer más para apoyar el fin de la crisis en Nicaragua? ¿Veremos más acciones antes del 7 de noviembre?
Eso es exactamente lo que vamos a debatir la próxima semana en el plenario (del Parlamento Europeo) y espero que tengamos esta resolución. Ahí estaremos sentados juntos, trabajando de cerca con el Servicio Europeo de Acción Exterior, con la gente que se halla en el sitio, porque una cosa es estar en Europa y otra estar en el sitio tratando de hallar soluciones constructivas, porque nuestra principal preocupación son los ciudadanos de Nicaragua.