20 de junio 2021
La escalada represiva del régimen de Daniel Ortega, que ha apresado a cuatro candidatos presidenciales y líderes opositores y empresariales, ha impactado en las últimas semanas a la Unidad Demócrata Renovadora (UNAMOS), el antiguo Movimiento Renovador Sandinista.
Sin embargo, su vocero Héctor Mairena asegura que siguen trabajando tras la detención de seis de los miembros de su directiva nacional, empezando por su presidenta Suyen Barahona y su vicepresidente, el general en retiro Hugo Torres.
“No estamos descabezados. Este partido tiene una historia de 26 años; una institucionalidad democrática interna que funciona y tiene sus órganos, métodos de trabajo”, dijo el portavoz, quien asumió la vocería que estaba en manos de Barahona, por ser la presidenta, tras la escalada represiva.
Mairena dijo que estaban claros que se podía dar un acto represivo en contra de su organización y por eso estaban “preparados” cuando sucedieron los arrestos entre el 12 y 13 de junio pasado.
Los otros directivos de UNAMOS detenidos son la ex comandante sandinista Dora María Téllez, Ana Margarita Vijil, Tamara Dávila y el ex canciller Víctor Hugo Tinoco.
De acuerdo con los comunicados oficiales, la Fiscalía General de la República, que se encuentra bajo control oficialista, los investiga por “tener indicios de que han atentado contra la sociedad nicaragüense y los derechos del pueblo”, en el marco de la ley 1055 o Ley de Soberanía.
Esa ley es usada, de acuerdo a organismos de derechos humanos locales, para criminalizar de manera generalizada a la oposición. Mairena afirmó que no podría decir si hay alguna venganza de Ortega en el caso de Téllez y Torres—ambos héroes antes de la revolución sandinista y críticos ahora del régimen—, aunque aceptó que probablemente exista una saña particular, pero “sabemos lo que es el orteguismo, que utiliza la maldad”.
Rechazo y rabia entre las bases
Para el vocero, el impacto inmediato de las medidas represivas en su membresía se ha dado en dos vías: a una parte de ella le causó rechazo y a otra rabia, pero explicó que posteriormente provocó “un compromiso renovado de continuar en la lucha por la democracia”.
Mairena añadió que la escalada represiva de Ortega “ha matado” la posibilidad de elecciones en Nicaragua, pero, a pesar de la adversidad de condiciones, seguirán apostando por la lucha cívica y demandarán la unidad en la oposición, la libertad de los presos políticos y acciones de resistencia en las expresiones donde tengan participación, tanto las internas, como aquellas en las cuales actúan como aliados.
Lamentó todas las 17 detenciones realizadas desde inicios de junio por el régimen, las cuales no hacen distinción entre la procedencia social, política, o condición económica de los opositores, lo que puede concluirse al revisar los nombres de quienes se encuentran sometidos a una investigación de 90 días, en tanto están encarcelados.
“Continuáremos con la denuncia de la dictadura, demandando mayores esfuerzos en las distintas expresiones de la comunidad internacional”, prometió Mairena vía telefónica.