20 de junio 2021
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En los primeros cinco meses de 2021, más de treinta mujeres nicaragüenses fueron asesinadas, y siete de ellas murieron por extrema violencia. El número de femicidios consumados en Nicaragua repite la tendencia de 2020, que no es poco considerando que el año anterior fue el más violento de los últimos nueve años.
“El año pasado (en este período) se registraron 32 femicidios y ya vamos casi por los 40”, señala una integrante de la Red de Mujeres contra la Violencia (RMCV), quien debido a la persecución del régimen en contra de opositores, entre ellas las feministas, solicita no ser identificada.
La feminista agrega que, entre enero y mayo de 2020, los femicidios en grado de frustración fueron cuarenta y solamente en 2021 ya se registran más de 60. "El aumento es evidente, lo vemos a diario en todos los espacios y no hay medidas para la prevención, ni para hablar sobre este tema porque todas estamos vulnerables", lamenta.
Según datos del monitoreo de la organización Católicas por el Derecho a Decidir, este año la cifra de femicidios frustrados, identificados entre enero y mayo, tuvo un incremento del 50% en relación al mismo período de 2020, y a su vez, el aumento es 2.2 veces superior a la cifra que se reportó en 2019. Marcando una tendencia ascendente que advierte el riesgo de ser mujer en Nicaragua.
Los datos apuntan que el incremento de violencia contra las mujeres ha sido marcado desde 2018. Sin embargo, fue en 2020, el año de la pandemia de la covid-19, que se superó con 71 casos, la cifra de femicidios más alta reportada desde 2012. Y el año pasado, el número de femicidios frustrados incrementó un 60% en relación al año anterior, al acumular 115 en ese año.
Por su parte, el Estado minimiza la muerte de las nicaragüenses. El anuario estadístico de la Policía Nacional de 2020, explica que en el año esta institución solo recibió denuncias de 22 femicidios, uno más que los admitido en 2019. Mientras, hubo otras 30 muertes que fueron clasificadas como asesinatos u homicidios. Y se desconoce la cantidad de femicidios en grado de frustración.
Casi 40 huérfanos por femicidios, mientras reina la impunidad
La cantidad de niños, niñas y adolescentes que quedaron en orfandad durante los primeros cinco meses de este año ya asciende a 39, según cálculos de Católicas por el Derechos a Decidir. No obstante, pocos de los femicidios han tenido un proceso judicial como corresponde.
“La impunidad es otra causal de la violencia. Los femicidas y agresores no están cumpliendo con una pena o no están siendo castigados por un delito cometido. Más bien, se trata de invisibilizar la problemática y hemos visto la liberación de agresores, de femicidias que no cumplieron la pena; de mujeres que no se les toma la denuncia o no hay proceso investigativo, tampoco no hay medidas cautelares de protección”, lamenta la RMCV.
El año pasado, la Red de Mujeres contra la Violencia denunció que más 500 hombres que habían sido condenados por delitos de violencia de género fueron incluidos por el Estado en los grupos de reos que decidieron liberar, como una política de “perdón presidencial” que la gestión de Ortega hace desde hace varios años ante la saturación de los penales.
CONFIDENCIAL conoció el caso de una mujer de Estelí, quien sufrió acoso y hostigamiento de parte de su expareja, quien estuvo durante menos de un año en prisión, pues fue liberada, a pesar de que fue señalado por los delitos de abuso sexual, golpes y amenazas de muerte.
Uno de los últimos femicidios que consternó al país, fue el de Cheyling Munguía, de 21 años, quien era estudiante de Medicina, y fue asesinada por René Maltéz, de 22 años, y está siendo procesado. Aunque esta semana fue remitido al hospital psiquiátrico porque presenta ideas suicidas.
Violencia de género en el olvido
La preocupación por el incremento de la violencia hacia las mujeres es una demanda que solo ha sido demandada por los movimientos feministas, opina la integrante de la RMCV, quien pidió no ser citada por seguridad, y señala que ni el Estado ni los opositores han incluido este tema.
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“Siempre hemos sido nosotras las que hemos querido posicionar esta problemática, nadie ha puesto dentro de sus acciones, dentro de sus políticas y no solo hablo de las instituciones del Estado como tal, sino se la empresa privada, de la Iglesia, de la oposición, nadie se ha puesto a analizar la situación de violencia contra las mujeres y menos en este contexto. Hemos visto completamente una indiferencia total”, lamenta.
