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¿A qué intereses responden los medios?

Acusación contra Cristiana Chamorro, el allanamiento de CONFIDENCIAL y las citas de periodistas a la Fiscalía ensombrecen el panorama nacional

Foto: Nayira Valenzuela | Confidencial

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1. Discutir o plantear que cierto periodismo es independiente, es la manera que tienen medios y periodistas de identificarse con la intención de resaltar su distanciamiento crítico con el comandante Daniel Ortega. No supone ubicarse más allá del bien y el mal. La prensa en sus distintas variantes: económica, financiera, religiosa, cultural  y política, asume posiciones a favor o en contra de estos sectores. En Nicaragua la insistencia por llamarse independientes, subraya su discrepancia con la gestión del comandante Ortega. Son medios disidentes. No hay que engañarse. Un rápido vistazo permite comprender que absolutamente todos los periodistas nicaragüenses, sin excepción alguna, gravitan alrededor de determinados intereses. Ninguno escapa.

2. Las recriminaciones de los periodistas oficialistas devinieron en una discusión bizantina. La valoración de ambos grupos son exactas, en tanto prácticas destinadas a exponer su visión de la sociedad. Los medios condensan versiones y visiones sobre la manera como estructuran la realidad. En Nicaragua sus caminos se bifurcan por la forma que utilizan el lenguaje, la manera como operan, el espacio que dejan los gobernantes para el ejercicio de la libertad de expresión y los compromisos adquiridos con quienes luchan por la democratización del país. Tienen agendas distintas. Unos fiscalizan al poder político y son perseguidos; los otros se distinguen por su mansedumbre e incapacidad para cuestionar a quienes ejercer el poder público.

3. La polarización alentada por la clase política provoca, se quiera o no, alineamientos automáticos. La división entre medios y periodistas es propiciada por quienes controlan los aparatos de Estado. La máxima a la que se atienen es simple: están con nosotros o en contra nuestra. Una exigencia que se traduce en asumir como suyo el discurso gubernamental. El parteaguas ha sido lesivo para el periodismo nicaragüense. Las contradicciones cumplen su propósito: enfrentarlos unos contra otros. El rechazo al disentimiento se convirtió en caldo de cultivo para agredir, allanar sedes y confiscar por las vías de hecho, equipos y propiedades. El rechazo y enfrentamiento mediático con quienes gobiernan el país, transformó el ejercicio del periodismo en Nicaragua en una profesión letal.

4. Desde dentro y fuera del país resulta fácil discernir a favor de quiénes y con qué intención laboran los periodistas. La naturaleza de los medios y el carácter de su profesión, invitan actuar a favor de determinados actores políticos, económicos y sociales. Con la crisis sociopolítica, económica y sanitaria que padece el país, los periodistas ratificaron su voluntad de mantenerse firmes aun a riesgo de sus vidas. Es un contrasentido seguir hablando de objetividad y neutralidad. Conviene deslindar los campos para transitar por otras veredas. El poder de los medios radica en su capacidad para configurar la agenda nacional. En Nicaragua los periodistas tuvieron que conformar un frente común, para denunciar las agresiones y las persecuciones que son víctimas.


5. La forma más fácil de percibir a qué intereses responden los medios, es a través de la manera que asumen la defensa de las libertades públicas y los derechos humanos. Importa cómo protegen y reclaman estos derechos al ser conculcados. En Nicaragua resulta sencillo comprobar que los medios oficiales y oficiosos, carecen de la más mínima posibilidad para criticar al Gobierno del comandante Ortega. No hay cabida para actores sociales, políticos, económicos y religiosos en desacuerdo con su manera de ejercer el poder. Solo hay espacio para el elogio y la complacencia. Funcionan con la lógica de la agitación, propaganda y contrapropaganda. La diferencia estriba en que su agenda está hipotecada a favor de los gobernantes.

6. La independencia y credibilidad de medios y periodistas marchan al unísono. La desconfianza surge cuando audiencias y lectores pueden comprobar cómo algunos medios responden a las directrices de sus dueños, sin que los periodistas en cargos de dirección, tengan la mínima posibilidad de articular una agenda propia. No cuentan con el más mínimo espacio. Se sabe de antemano que carecen de autonomía. La paga recibida es alta, pero no compagina con la pérdida de confianza ante la sociedad. La prensa oficial y oficialista no tiene mayor incidencia. Todo cuanto dicen viene dictado desde las esferas de poder. Olvidaron que una prensa sometida goza de mala reputación. Al final resulta una pésima inversión política y económica.

7. Dos ensayos resultan claves para entender la necesidad de generar confianza entre medios, dueños y audiencias. Uno es del periodista Lionel Barber; llevó a la fama Financial Times. “La clave está en ir construyendo una relación de confianza”, con los dueños. Primero, “convertirlo en un producto de calidad indiscutible. Segundo, no perder dinero. Tercero, asumir que el producto tiene un propietario al que hay que respetar, conocer y, sobre todo, evitar sorpresas”. Barber creó relaciones transparentes y las críticas contra las empresas de Financial Times, fueron permitidas. Imposible en Nicaragua. El control sobre los periodistas oficiales es férreo. Juegan un rol secundario. Son convidados de piedra. No les permiten hacer preguntas incómodas.

8. La otra tesis es de Joseph Oughourlian; el mayor accionista de El País, apunta: De todos los accionistas, yo, por ser financiero, soy la persona para quien la independencia de los medios es más fundamental, porque si perdemos nuestra independencia yo como accionista voy a perder muchísimo valor”. Discípulo de Carlo de Benedetti, aprendió que “si quieres crear valor con un periódico o con los medios en general tienes que ser completamente independiente. Si no, se convierte en una basura de periódico y a lo mejor consigues algunos favores, pero esos favores nunca te van a compensar la pérdida de lectores”. Sin obviar sus compromisos, los medios responden a lectores y audiencias. Esto sucede cuando dueños, directivos y periodistas tienen las reglas claras, algo que les permite un margen de libertad.

9. Es inaudito que algunos periodistas se refocilen hablando de compromisos, todos los tienen, ¿será que desconocen el abc del periodismo o qué asimilaron mal las lecciones en la universidad o qué no se las explicaron bien o qué padecen la ceguera que nace de la obcecación por defender a un Gobierno? Cosa que no estaría mal, lo cuestionable es la manera cómo proceden. Pierden el sentido común. Critican y condenan a quienes sostienen posiciones contrarias a las suyas, dando a entender que por no aceptar sus puntos de vista, todos los demás están equivocados. Un mal de la prensa oficialista. Todavía no aprendemos a discutir sin recurrir a la adjetivación y la ofensa. En las crisis es donde los periodistas tienen oportunidad de mostrar su talante y talento.

10. En Nicaragua la discusión sobre cómo llamar a los periodistas, debe orientarse en otra dirección. Los cuestionamientos que les formulan deben dirigirse a comprobar la naturaleza de los intereses que defienden, la autonomía que les permiten sus dueños y los márgenes que deja el poder establecido para el ejercicio de la libertad de expresión. La praxis concreta explica por sí misma el carácter de un régimen político. La tolerancia a las críticas supone estar frente un régimen democrático. En países donde los márgenes son estrechos y se les impide ejercer su labor sin temor a represalias, las libertades están restringidas y asediadas. ¿Cómo nombrar a un régimen político que actúa de esta manera? Estamos ante indicadores insustituibles para saber cómo llamarlo.

PD. Como adelantaba en CONFIDENCIAL, el 21 de marzo de este año 2021, (Las elecciones calientan los ánimos), el país se encuentra hoy sumergido en una crisis de mayor envergadura. El mapa mediático sigue reconfigurándose. La acusación contra Cristiana Chamorro, tiene intención de inhibirla políticamente para que no corra como candidata a la presidencia de la República. El allanamiento de Confidencial y el despojo de sus equipos, las citas a la Fiscalía del director de la Corporación, Fabio Gadea, María Lilly Delgado, corresponsal de Univisión-Nicaragua, María Lourdes Arróliga, Verónica Chávez y Guillermo Medrano, ensombrecen una atmósfera cargada de escepticismo y condenas, frente un proceso electoral ayuno de credibilidad, libertad e independencia.

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Guillermo Rothschuh Villanueva

Guillermo Rothschuh Villanueva

Comunicólogo y escritor nicaragüense. Fue decano de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Centroamericana (UCA) de abril de 1991 a diciembre de 2006. Autor de crónicas y ensayos. Ha escrito y publicado más de cuarenta libros.

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