8 de mayo 2021
Desisto de abogar por la inclusión de la Coalición Nacional en una unidad opositora, quienes formen parte de esta organización o simpaticen con ella tal vez no se sientan motivados a continuar la lectura de éste artículo o puede que hasta les haya irritados mi afirmación, pero eso es parte del debate público. No se puede fingir demencia con lo ocurrido con Yatama, con el PLC y con la filtración de listas, hay un tema estructural de fondo y mañana puede ser el PRD quien los sorprenda y afecte la imagen y el compromiso que muchos integrantes de esta organización tienen.
Veo rostros jóvenes en la Coalición Nacional con deseo de cambio y compromiso por el restablecimiento de la democracia en Nicaragua, son ellos quienes motivan estas palabras. En los inicios del régimen Ortega-Murillo tomé la decisión de ingresar a la política y fui víctima de la inhibición política del CSE en Matagalpa, pero fui consistente en mi oposición al régimen a punto tal de ser amenazado por Alfredo César cuando el régimen le dio el control del Partido Conservador. En la Nicaragua de hoy, el paso de los jóvenes por la política es efímero, porque las instituciones político partidarias adolecen de institucionalidad que garantice consistencia en las posturas opositoras.
La forma en que se integra la Coalición Nacional per se no puede ofrecer esas garantías de institucionalidad a los jóvenes, el colaboracionismo con el régimen de algunas organizaciones y la oferta de hueso que pende sobre otras, son la mayor amenaza de consistencia en la lucha opositora que enfrenta la organización. Veamos el pasado reciente del país, a Eduardo Montealegre se le hizo fácil usar la casilla de ALN en 2006 y le fue despojada, los mismo ocurrió con la casilla del PLI años más tardes. Entendamos que el problema no es que el régimen controle el CSE, sino que la clase política es una holgazana que quiere evitarse la fatiga de obtener un nuevo registro. Dicen que cuando la limosna es grande, hasta el santo desconfía, entonces, sigan aceptando casillas gratis y se las seguirán quitando.
No sé cuántas organizaciones (de membrete o no) formen la Coalición Nacional o quienes estén detrás de éstas, créanme que el promedio de nicaragüenses tampoco lo sabe. Lo que se sabe es que su principal activo y rostros más visibles son los de la UNAB, son quienes incluso han tenido que dar la cara por los tragos amargos de la Coalición Nacional, es decir, es a quienes está desgastando el régimen con sus intrigas y maniobras políticas. Es más, me atrevo a especular que si la UNAB sale de la Coalición Nacional al día Siguiente Alfredo César se integra. Defender la unidad opositora, no debe entenderse como sinónimo de defender a la Coalición Nacional.
Uno de los líderes políticos que más admiro en la historia es Winston Churchill, aunque su legado es enarbolado por los conservadores en el mundo, lo cierto es que tuvo una trayectoria no menor por el partido liberal, de ahí que llegó a afirmar que: “Se puede cambiar de partido por cuestiones de principios, pero no los principios por cuestiones de partido”. En correspondencia con ello, creo la UNAB tiene dos opciones, seguir asumiendo el costo político del zancudismo y huesos que acepten los aliados desconocidos de la Coalición Nacional o iniciar un movimiento político desde cero, que brinde garantía de consistencia en la lucha política a los jóvenes y cuadros emergentes de esa organización.
Ese podría ser el mejor legado que la UNAB deje a sus jóvenes, después de todo, como dijera el mismo Churchill: “El político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones”. En Nicaragua mucho se habla de lo que se debe hacer ante la llegada de la transición democrática, pero el pluralismo político auténtico (no suma de organizaciones de membrete) es igualmente importante como un sistema de contrapesos en la toma de decisiones trascendentes para el país.
*Maestro en Derechos Humanos