8 de mayo 2021
Los precios de los combustibles no dan tregua en el país y su incremento desmedido ha provocado que las perspectivas económicas, al menos las relacionadas a las proyecciones de inflación no sean tan positivas.
Según el reporte del Banco Central de Nicaragua (BCN), publicado en marzo, refleja los datos de enero y febrero, la presión que están poniendo los precios de los combustibles obligan a pensar que la inflación este año podría cerrar con un 3.5% o 4%.
Esto representaría un incremento en comparación con el año 2020, cuya inflación acumulada, según datos del BCN cerró hasta diciembre con 2.93%, mientras que en 2019, ese mismo valor fue de 6.13%.
En el informe del Banco Central se explica que el aumento en la inflación se generará, “debido principalmente al crecimiento en los precios internacionales de los combustibles y el aumento de precios de las principales economías, los que se están ajustando por la mayor demanda y por el aumento de costos originado por la reasignación de la producción y el comercio que sucedió después de la pandemia”.
“El alza de los precios del combustible podría ocasionar un efecto ingreso negativo importante, constituyéndose en un riesgo que podría ralentizar la recuperación económica”, añade el informe.
La inflación es ese valor económico que define el incremento de precios que sufren los bienes y servicios en un país. Se considera un aumento generalizado y sostenido de tal manera que cuando la inflación es muy alta, la población tiene menos capacidad para adquirir los productos alimenticios o contratar servicios. En el caso de las empresas, puede afectar la adquisición de insumos necesarios para sus operaciones.
Según el mismo informe del BCN, la variación interanual de la inflación entre enero y febrero fue de 3.77%, 0.84 puntos porcentuales más que en el mismo período de 2020.
“El impulso inflacionario de febrero en términos de contribución se derivó del rezago de oferta ocasionado por el impacto de los huracanes Eta e Iota, por la mayor inflación importada y por aumentos en los precios de los combustibles, resultante de la mayor demanda mundial”, se explica en el documento.
Esquema cambiario
El economista Maykell Marenco explica que el esquema cambiario que tiene Nicaragua permite que la inflación esté un poco más controlada.
En octubre de 2019, el régimen orteguista a través del Banco Central decidió reducir en dos puntos porcentuales la taza de deslizamiento anual del córdoba frente al dólar, dejándola en 3%, aunque, no se había tocado desde 2004 cuando se ubicó en un 5%.
“Las personas van a contemplar este aumento y lo van a internalizar en sus precios. Primero lo van a internalizar como aumento de costos operativos y segundo lo van a transferir a precios para poder subsanar ese déficit, con ello se genera un efecto de encadenamiento”, explica Marenco.
El economista detalla que en Nicaragua se da algo que se llama “efecto pluma y efecto cohete”, que se trata de que, cuando los precios internacionales del petróleo disminuyen, el efecto a la baja en los precios de los combustibles en el país se da de forma lenta, en cambio, cuando hay un incremento estos se disparan inmediatamente.
“Esta disrupción del mercado es la sensibilidad ante variaciones en los precios internacionales a la alza y a la baja. A la alza son muy lentos y a la baja son increíblemente rápidos. Ese tema de que constantemente están variando los combustibles, podría provocar escalonadas en la inflación, podría, todavía no (lo ha provocado)”, explica Marenco.
Combustibles vuelven a subir
El panorama no parece que vaya a mejorar. Para este nueve de mayo se prevé la sexta alza consecutiva en los combustibles. Según el sitio de educación financiera Dele Peso a sus Pesos, la gasolina súper subirá 0.77 centavos o 2.91 córdobas por galón, mientras que la regular ahora costará 0.80 centavos más o 3.03 córdobas por galón.
A diferencia de otras semanas, el diésel esta vez subirá de precio en 0.56 centavos o 2.12 córdobas por galón.