26 de abril 2021
Juan Sebastián Chamorro es el primer candidato inscrito en el mecanismo de competencia interna de la Alianza Ciudadana, pero apuesta a ser “el candidato único de la oposición”. Aboga por que se forme una alianza electoral y ofrece tender “puentes” entre las organizaciones opositoras agrupadas en torno a la Coalición Nacional y la Alianza Ciudadana.
El precandidato, economista, ex viceministro de Hacienda en el gobierno de Enrique Bolaños, y exdirector de Funides, llegó al Diálogo Nacional en mayo 2018 como delegado del sector empresarial, y afirma que su candidatura representa “el sentimiento de esperanza que hay en todos los nicaragüenses”.
Asediado por la Policía desde septiembre del año pasado, el exdirector de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia tiene “Managua por cárcel” y admite que en este momento no hay condiciones para votar bajo el estado policial, pero se inclina por “participar en las elecciones”, como una forma de “denuncia y rebelión”, incluso para “documentar el fraude”.
¿Qué significa tu inscripción como precandidato presidencial en la Alianza Ciudadana? ¿Estás apostando a ser el candidato de uno de los dos bloques de oposición?
Estoy apostando a ser el candidato único de la oposición, visualizando una unificación de los dos bloques, y evidentemente en Ciudadanos por la Libertad o Alianza Ciudadana, que es mi casa.
La Coalición Nacional ha demandado un mecanismo único para escoger a los candidatos presidenciales, ellos dicen que, incluso, congelaron su elección interna. ¿Cómo se escogería el candidato único?
Los dos mecanismos son idénticos: utilización de encuestas, debates públicos; así que en términos metodológicos estamos hablando prácticamente del mismo proceso; este elemento se puede utilizar para que en la práctica se haga un proceso unificado. Cuando nosotros firmamos el acuerdo de unidad “Nicaragua primero”, decíamos que tenía que haber un proceso participativo, democrático, transparente, para la población, y no necesariamente hablaba de un proceso específico, sino genérico. Entonces, independientemente de que los dos bloques lleven elementos separados, en el fondo también estamos haciendo lo mismo.
La alianza electoral de la oposición
No entiendo, ¿estás hablando de que cada bloque escoja un candidato y después hagan una nueva elección? ¿O que de esas dos elecciones, separadas, va a surgir el candidato único?
No, lo que yo visualizo es que los dos bloques lleguen a un acuerdo político, a una alianza electoral para que no llegar al final del tiempo con dos candidaturas, yo creo que eso sería una equivocación. Hay que hacer todos los puentes, y por eso decía el día de la inscripción de mi candidatura, que hay que tomar las decisiones pertinentes.
Yo tomé la decisión de inscribirme porque se nos está acabando el tiempo, y lo que visualizo de aquí a poco tiempo es que, efectivamente, las fuerzas opositoras de los dos bloques hagan un diálogo político para que se haga la plataforma unitaria que integre la mayoría.
¿Cuál es el plazo político de este proceso en el que vos estás iniciando con la Alianza Ciudadana? ¿Cuándo debe estar electo el candidato?
Yo creo que no puede pasar después de inicios de junio. En lo que falta de abril y mayo deben de darse estos procesos, hay que acelerar porque tenemos encima el calendario electoral, y para junio, julio, se tienen que inscribir alianzas electorales y los candidatos, entonces tenemos que apresurar este proceso de negociación a la unidad.
En la metodología de la Alianza Ciudadana se habla de evaluar el resultado de una combinación de encuestas, debates y experiencia política, ¿pero cómo se va a escoger a los candidatos a diputados? Parece que este es un tema tabú.
Ese es un tema que lo va a abordar la estructura de Alianza Ciudadana. La lógica te dicta que debería de haber un proceso similar donde pueda participar la población nicaragüense; en el caso de los departamentos, y en el caso también de los 20 diputados nacionales.
En realidad, las discusiones que tuvimos con Ciudadanos por la Libertad (CxL), previo a la inscripción, yo hice observaciones referente al proceso de selección de candidaturas a la Presidencia, pero igualmente son pertinentes para la selección del listado de diputados porque eso le va a permitir a la organización política tener un buen pie de legitimidad frente a la población.
Pero hay también una negociación política entre partidos y los movimientos sociales, sobre todo los que surgieron después de la Rebelión de Abril, para la selección de estos liderazgos de diputados nacionales y departamentales. ¿Tienen una ventaja, un privilegio, los partidos que tienen una casilla jurídica electoral?
Yo creo que la casilla te da legalidad de poder entrar al proceso, y las organizaciones de la sociedad civil tenemos la legitimidad de la lucha, de las reivindicaciones políticas. No estoy diciendo que los miembros de los partidos no hayan participado en las marchas ni en las manifestaciones, ni en la actividad política, pero las organizaciones de la sociedad civil le dan este elemento de legitimidad, que también es importante complementarlo al tema de legalidad.
En todo proceso de negociación política de una alianza, se tiene que hablar de los pesos y la importancia de cada una de las organizaciones, y creo que esto es lo que ha detenido un poco el proceso de unificación. ¡Ojalá se pueda dar! Desde el punto de vista de este servidor, como precandidato, lo que estoy tratando de hacer es ayudar a establecer estos puentes de comunicación entre las organizaciones.
Del lado de la Coalición, algunos sectores dicen que estarían dispuestos, incluso, a aceptar que la casilla electoral que se utilice sea la del partido CxL, lo que dicen es que esperan que se haga realmente una negociación política entre dos grupos como iguales, y no subordinados al dueño de la casilla electoral.
Yo he escuchado de manera privada a muchos miembros de la Coalición Nacional decir que Ciudadanos por la Libertad es la casilla, cosa que yo comparto evidentemente. Creo que se va caminando a un proceso de negociación donde efectivamente se pueda llegar a un acuerdo.
Este pronunciamiento que se hizo en contra de la contrarreforma electoral es un buen indicio donde ya las distintas organizaciones políticas empiezan a firmar documentos juntos, proclamas, y pronunciamientos.
Hay que moverse de la firma de documentos a la acción concreta, en este momento tiene que ser la conformación de una alianza electoral, una plataforma electoral que integre a la inmensa mayoría de las fuerzas opositoras nicaragüenses. Y esta unificación lo que permite es que, efectivamente, se movilice la gente el 7 de noviembre a votar y vencer el fraude.
¿Cuál es el siguiente paso? Suscribieron ese documento pero ni siquiera han hablado cara a cara. ¿Pueden las principales fuerzas políticas concertar, al menos, una unidad en la acción?
Yo creo que sí. Por ejemplo, una unidad en la acción que debe estar ya trabajándose es el ejército de personas para defender el voto, más de 120 000 personas necesitamos, ya deben estar capacitadas, deben estar alineadas a dónde van a ir en los centros de votaciones.
La resistencia al estado policial
Pero estás hablando de defender un voto cuando la mayoría de la población están, unos presos; otros, casa por cárcel, incluso algunos precandidatos, como vos. ¿Se puede ir a votar bajo este estado policial?
No. Estas no son condiciones para ir a votar. Lo que estoy diciendo es que tenés que prepararte, en caso de que vayás a ir a votar. Dentro de unos dos meses se va tener que tomar una decisión, vamos a tener que tener una discusión seria sobre ir o no ir a las elecciones, porque evidentemente estas son condiciones muy precarias.
Yo, en lo personal, creo que participar siempre tiene una ventaja porque podés ir documentando el fraude, la persecución, el tema de los presos políticos, el acoso, tener Managua por cárcel. Si no participás, se quita ese elemento de denuncia. Entonces, yo he expresado que como una forma de lucha, como una forma de rebelión y desafío a la dictadura, hay que estar participando en el proceso.
Todas estas fuerzas están rechazando la reforma electoral del FSLN, pero la dictadura ni siquiera se ha dado por enterada. ¿Puede la Alianza Ciudadana relanzar la resistencia cívica y ejercer otros elementos de presión, o creés que Ortega ceda una reforma electoral?
Yo he hecho un llamado a la desobediencia civil y a la manifestación cívica y pacífica, he estado participando en piquetes. Obviamente, las condiciones de represión son bien fuertes, hemos visto cómo está Managua y los distintos puntos de Nicaragua, militarizados por la Policía orteguista; impidieron la misa de Franco Valdivia, echaron presos a sus familiares en Estelí; acosan al padre Edwin (Román) en San Miguel (Masaya), cualquier tipo de acción, por muy pequeña que sea, es grande en realidad.
Lo que yo visualizo es un proceso gradual, más actos de desobediencia. En el 18 y 19 de abril se dieron más actos de desobediencia de lo que en realidad estábamos esperando a pesar de la represión, pero estos hay que continuarlos y seguirlos intensificando.
Tu involucramiento en la lucha cívico-política empezó a partir de la Rebelión de Abril, cuando el sector empresarial te delegó, como director de Funides, como parte de la delegación del sector privado en el diálogo nacional, que después se integró en la Alianza Cívica. ¿Tu precandidatura presidencial representa al sector empresarial?
Representa los intereses del pueblo de Nicaragua en toda su integridad, donde hay pequeños empresarios, medianos, grandes; sector social; estudiantes; campesinos, familiares de presos políticos, y asesinados, mi candidatura le he querido imprimir ese sentimiento de esperanza que debe haber entre todos los nicaragüenses.
Yo he estado más asociado al servicio público, al centro de pensamiento, que al sector empresarial mismo; aunque estoy convencido que el sector privado es el motor del desarrollo económico, por eso es que mi plan de gobierno tiene un elemento muy fuerte en el tema de generación de riqueza a través de la generación de empleo y el crecimiento económico, de tal manera que es una representación más amplia que esa.
El modelo de diálogo y consenso, como lo bautizaron el Gobierno y el Cosep, colapsó por las vías de hecho entre el 18 y el 19 de abril, cuando empezó la matanza. Sin embargo, de parte de liderazgo empresarial hubo poca autocrítica valorando lo que significó esa alianza corporativista para la consolidación de la dictadura. ¿Cuál es tu posición como precandidato presidencial sobre esa alianza Gobierno-empresarios?
Cuando ese modelo estaba dándose, como director ejecutivo de Funides, la organización en sí, y yo en lo personal, criticábamos el modelo, no en el sentido de que el Gobierno hable con el sector privado, el problema fue que se obvió el tema institucional; no se habló del tema de las elecciones, de la observación electoral, o se habló tímidamente. Entonces, ahí fue donde falló el modelo, no necesariamente hay que satanizar el hecho de tener pláticas, porque todo Estado tiene políticas, acciones que afectan positiva y negativamente al sector privado; entonces, yo no critico el hecho de que haya habido esa plática, como concepto, pero sí critico que no se pudo avanzar en el tema institucional y se quedó un poco en la parte trasera. Como decían ellos, “ustedes encárguense de la generación de empleos y crecimiento económico, y nosotros vemos la política”. Eso no funcionó. La falta de institucionalidad le pasó la factura al crecimiento económico.
¿Pero, hubo o no un intercambio de ventajas económicas para distintos grupos económicos del sector empresarial? Quienes hacían las leyes bancarias, la ley tributaria, eran prácticamente los empresarios y después eran endosadas por el Gobierno.
Bueno, yo no fui parte de ese diálogo, lo que conozco es lo que se ha comentado, pero no te podría dar más detalles de cuáles fueron la naturaleza de esos beneficios.
Pero insisto, creo yo que un gobierno como el mío, que va a ser en el futuro, tiene que hablar y dialogar con los distintos sectores políticos, económicos, sociales, sindicales del país, eso es parte de la función pública. Una de las cosas que estoy proponiendo es restablecer el Conpes (Consejo Nacional de Planificación Económico y Social), que está en la Constitución, y que sirva de caja de resonancia para poder tener un diálogo más fluido con distintos sectores que no vayan a estar en la Asamblea Nacional.
¿Cómo se puede sustituir ese modelo en un gobierno democrático, que al mismo tiempo tiene que enfrentar el tema de la fiscalidad en el país?
Como lo digo en el primer pilar de mi plan de gobierno, la institucionalidad tiene que restablecerse. Este no va a ser el trabajo de un solo presidente, esto va a ser un trabajo que va a tomar varias administraciones, pero comenzar con que se deben de quitar los privilegios, que (no) exista gente encima de la ley; la ley debe estar pareja para todos, incluyendo al presidente, los diputados, los magistrados. Entonces, igualdad ante la ley; independencia de los poderes del Estado; restituir la Contraloría General de la República para que sea un ente independiente y que fiscalice. Todos estos elementos los ha destruido completamente Ortega.
Cómo desmantelar la dictadura
¿Se puede desmantelar el poder de la dictadura, bajo el supuesto de que Ortega pierde una elección, pero preserva una cuota de poder? ¿Cómo se desmantelan las mafias, los paramilitares, el control que tiene el partido de Gobierno de toda la estructura del Estado desde abajo, y su poder económico?
Con la aplicación de las leyes. En realidad, la intervención del Frente Sandinista por el lado político, están bastante débiles, se ve una militancia más desgastada, eso se debe vencer con la unidad política y ganar de jonrón, en términos de votaciones; la parte económica también tiene que ser investigada, qué ha pasado con todos los fondos venidos de Venezuela, porque ahí hay un poder de Ortega muy fuerte, con todas esas mafias y empresas que se han hecho producto de la cooperación venezolana; y luego está la manipulación estatal de la estructura partidaria, esa gente se va ir, los secretarios, el Consejo de Liderazgo Sandinista, eso son los primeritos que se van a ir, porque son espías, operadores políticos que le han generado un enorme daño a la función pública. Los funcionarios que están haciendo su trabajo se van a quedar, independientemente de cómo piensen, pero los que están ahí para hacer trabajo político-partidario, esos se van a ir, y muchos de ellos van a tener que enfrentar la justicia porque son responsables de crímenes.
Tu propuesta programática insiste en el desarrollo económico, con atracción de inversión, y desarrollo social para salir de la pobreza. Pero, es lo mismo que propusieron y aplicaron los Gobiernos democráticos anteriores a Ortega, y no lograron reducir drásticamente la pobreza, ni ensanchar el crecimiento de los sectores medios en el país. ¿En qué fallaron?
Primero, no es lo mismo. Mi propuesta es diferente, la propuesta es movernos de un sistema de producción basado en pocos productos de exportación a que se promueva la inversión para la entrada de nuevos sectores, o la profundización y crecimiento de otros sectores que tengan complejidad económica, es decir, que el producto en vez de ser café a granel, por ejemplo, sea ya el café acabado, listo para ser puesto en una tienda de alto valor en Italia. Que el turismo, que es un sector que tiene interrelaciones con el transporte, con la educación, con la agricultura para la comida, con todos los demás sectores de las telecomunicaciones, de la economía, que este tipo de sectores puede incrementarse.
Que el sistema de zonas francas, que se hizo un enorme esfuerzo, y realmente en el Gobierno de Bolaños, con el CAFTA, se logró duplicar las exportaciones, ahora lo que tenemos que hacer es que estas maquilas, puedan producir artículos que tengan mayor valor agregado. Entonces, es distinto a lo que se ha venido haciendo antes.
¿Pero, el principal desafío del país es diseñar una nueva estrategia de desarrollo nacional, o es una cuestión de tipo político?
Bueno, es que todo está relacionado. Vos tenés que resolver el problema político primero, tenés que salir de Ortega, tenés que establecer la democracia como primer orden para que, efectivamente, el país vuelva a ser atractivo para los inversionistas que tengan estos intereses de traer empresas novedosas al país. Y, por el otro lado, en el tercer elemento, tenés que tener una población bien educada, con salud, con vivienda, y esos son los tres elementos que constituyen mi plan de gobierno.
¿Puede la oposición ganar, vos dijiste, con un jonrón, y obtener mayoría calificada en el Parlamento en las condiciones actuales que estamos hoy, que a menos de siete meses de la elección, ni siquiera existe un frente político unido, y un liderazgo definido?
Igual como hicimos el 30 de mayo, donde centenares de miles de nicaragüenses fuimos a marchar voluntariamente por la carretera a Masaya, que terminó en tragedia por los crímenes cometidos por paramilitares y policías, de esa misma manera, voluntariamente ir al centro votación más cercano y hacer una marcha silenciosa que vengo promoviendo desde hace ya casi un año. No va a haber forma que la dictadura pueda detener esa marcha silenciosa.
Además, lo que se puede hacer en revertir la contrarreforma (del FSLN); en asegurar la observación internacional irrestricta; de que pueda haber magistrados del Consejo Supremo Electoral que tengan probidad, y todos esos elementos de la reforma que la seguimos luchando.
Estás iniciando formalmente una competencia con otros nueve precandidatos presidenciales, ¿Qué harías distinto de ellos? ¿Qué propones, que debe llevar a que el electorado seleccione tu candidatura?
En primer lugar, es la responsabilidad de un precandidato inscribirse en una opción política, y hay que tomar acciones. Yo lo decía el día de la inscripción, e invitaba a los demás precandidatos a tomar este tipo de acciones, a inscribirse, a participar, a competir sanamente, respetuosamente, porque tenemos que movernos a la acción en conjunto.
Yo espero que en las próximas semanas se den los debates públicos, se puedan levantar encuestas, que podamos comunicarnos con la población sobre cuáles son nuestros planes de gobierno. Yo soy el único candidato que tiene un plan de gobierno y que lo ha consultado, por ocho semanas ya, con distintos sectores de la sociedad nicaragüense, y ha ido cambiando, incorporando, sobre todo, nuevas políticas de gobierno.
¿Podés salir de tu casa a hacer campaña?
No. Tengo Managua por cárcel. Trato de hacer cosas por internet, por Zoom, tengo un segmento de “Zoom con Juan” todos los miércoles a las seis de la tarde, que me ha resultado muy bueno porque la gente participa, interactúa con el candidato de una manera más directa. Donde voy me sigue la Policía, y evidentemente, esas no son condiciones para hacer política. Voy a seguir presionando para que este asedio, totalmente arbitrario, ilegal, no se convierta en una normalidad, sino que se convierta ya en un episodio del pasado, ya llevo siete meses en esto.
La herida más profunda que dejó en el país la represión de abril 2018 es la matanza, más de 320 personas asesinadas; miles de heridos y lesionados; 1600 detenidos políticos que demandan verdad y justicia, y piden “no a la impunidad”. ¿Qué les respondes?
Está ya en mi plan. Yo le mandé a la Asociación Madres de Abril (AMA), antes de la declaración que ellas dieron de la importancia que los candidatos nos pronunciemos sobre este tema. Nosotros asumimos las políticas, las acciones, los compromisos de la Asociación Madres de Abril, poner a la víctima de primero.
No puede haber impunidad, no por un sentido de revancha, sino para cortar el ciclo de la violencia. Los paramilitares que están ahorita libres tienen licencia de matar porque saben que pueden hacer lo que quieran y la justicia no está ahí. Va a haber justicia para que estas personas paguen por sus crímenes y demos ejemplo, como sociedad, que es totalmente aborrecible todos esos crímenes, y es condenable, y van a ser condenados para que ese ciclo de violencia, que Ortega volvió a reactivar, se rompa para siempre, para que nuestros hijos, nuestros nietos, no vuelvan a vivir la violencia.