17 de abril 2021
“Caminar, conversar, escuchar y convencer”, es la misión encomendada a los secretarios políticos del FSLN en la antesala del proceso electoral de 2021, según una comunicación sobre la estrategia electoral del partido, enviada a las bases rojinegras en la que, además, se especifica que “en este momento político donde está en juego el poder político” todo el sandinismo debe enfocarse en cuatro “grandes direcciones de trabajo”, que incluye atraer a los jóvenes.
El primer paso, dice el texto, es “conquistar el corazón de los jóvenes” porque “solo garantizamos la victoria el siete de noviembre si conquistamos el voto mayoritario de los jóvenes menores de 30 años y el de los jóvenes adultos entre 31 y 45 años. Estos dos grandes segmentos demográficos representan más del 60% de los electores”, agrega.
En este sentido, la orientación del partido es fortalecer la “presencia activa” de la Juventud Sandinista (JS) en los barrios y comunidades. Para ello los secretarios políticos deben disponer parte “de sus mejores militantes” y dedicar al menos la mitad de sus actividades hacia los jóvenes y “de esa dinámica nace la organización de JS”, dice el escrito.
Desde noviembre de 2020, el FSLN echó a andar la maquinaria que proyecta a Ortega como candidato en 2021, el único que ha tenido ese partido desde 1984. Las UVE fueron instaladas en ese mes, cuando se conmemoró el 44 aniversario del asesinato del fundador del FSLN, Carlos Fonseca Amador. Para lograr su cometido político, el oficialismo cuenta con un número de afiliados que rondaba hasta 2009 poco más de un millón de personas, una cifra no actualizada tras la represión estatal, cuyo número sigue en incógnita dada la incorporación por razones de conveniencia de algunos de sus miembros, reveló una investigación de CONFIDENCIAL.
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Además de fortalecer a la JS, el Frente Sandinista pretende ubicarse “a la cabeza de todo”. Cada político territorial debe garantizar que su Unidad de Victoria Electoral (UVE) sea la que dirija toda clase de trabajo en los barrios. “Es el Frente, y nadie más, el que promueve, organiza y moviliza brigadas de salud, seguridad ciudadana, brigadas de prevención, ferias de alegría y solidaridad”, enfatiza el texto enviado a las bases del partido el pasado 12 de abril.
Asimismo, las estructuras partidarias en los barrios pretenden “penetrar las venas de toda expresión organizada en la comunidad” y, advierte el escrito, “nunca perder de vista que vamos a pedir el voto cara a cara por el FSLN, por Daniel (Ortega), no por institución alguna. Todo es por el FSLN y el comandante”.
“Neutralizar el golpismo”, dice estrategia electoral
La estrategia partidaria también incluye “la reconciliación” con “el golpismo”, como el Frente Sandinista llama a las protestas cívicas de 2018. “Derrotamos el golpismo si atraemos al redil de la reconciliación, aún a aquellos golpistas que no queremos ni ver”, enfatiza el texto.
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El documento deja entrever que el FSLN tiene claro que la reconciliación no es tarea fácil, por eso orienta a los políticos territoriales hablar o negociar “con cualquier elemento beligerante del golpismo siempre que haya la posibilidad de neutralizarlo”.
Una circular enviada por la vicepresidenta y vocera del régimen Rosario Murillo a las bases del Frente Sandinista, el pasado 20 de marzo, ordena la preparación de “planes especiales” para la “grandiosa conmemoración de los triunfos” de su régimen entre abril y julio, en alusión al tercer aniversario de la represión y matanza orteguista contra la Rebelión de Abril y el 42 aniversario del triunfo de la Revolución Sandinista, según publicó CONFIDENCIAL.
El documento de marzo, que llevaba por título “Victorias para la gloria de Dios” constó de cuatro anexos sobre: Reuniones de las Unidades de Victorias Electorales (UVE) departamentales, sesiones de las UVE en los departamentos, efemérides sandinistas y 38 actividades culturales; que sus simpatizantes deben ejecutar a fin de “crecer en orgullo nacional”, el que –valora Murillo– no puede ser arrebatado por los “traidores a la patria”, como llama a quienes se oponen a su régimen.
El nuevo documento indica que en cada barrio o comunidad deben crearse “mecanismos de autodefensa colectiva”, porque, valoran, los militantes “van a sentirse seguros si saben que están acuerpados, si tienen claro (los) mecanismos de aviso y respuesta para actuar como un solo puño cuando algún golpista ose agredir o asediar a un sandinista”.
En la víspera del tercer aniversario de la Rebelión de Abril en Nicaragua, ha incrementado el estado policial de facto, con la persecución y asedio a los opositores, familiares de los asesinados y reos de conciencia y excarcelados políticos.
Pese al estado policial de facto, los miembros de la oposición han realizado protestas esporádicas que ha sido reprimidas abruptamente por miembros de la Policía, que además asedia las viviendas de opositores y realiza patrullaje en los distintos departamentos del país, con el objetivo de intimidar a la población.
Finalmente, el texto –que ya circula en algunos grupos de WhatsApp– insta a los secretarios políticos a fomentar una comunicación personal con la ciudadanía y acompañar el trabajo de las UVE para que con su ejemplo ir “ganando liderazgo”.
El político territorial “sabe que la garantía del triunfo en 2021 es la conquista del voto persona a persona, por afinidad. Comprende que la propaganda, la buena obra del Gobierno. El trabajo en las redes contribuye, pero lo determinante es hablar, convencer y movilizarse cara a cara”, concluye el texto.
La represión y matanza oficial contra la Rebelión de Abril en 2018, dejó 325 asesinados entre abril y septiembre; más de mil presos políticos, de los cuales más de un centenar aún continúa en prisión; decenas de heridos, algunos con lesiones de por vida; desaparecidos y miles de exiliados por la persecución política. El régimen orteguista ha sido señalado de cometer ejecuciones extrajudiciales y crímenes de lesa humanidad.
En septiembre de 2018, el régimen impuso un estado policial de facto, prohibiendo todo tipo de manifestaciones y asediando a los opositores, con decenas que tienen casa por cárcel, porque no pueden salir de sus viviendas ni siquiera por motivos de salud. La masacre orteguista también ha continuado en el campo y el Caribe, con más de treinta campesinos asesinados en el norte de Nicaragua y al menos 17 indígenas mayangnas y miskitos ejecutados por colonos que actúan con impunidad en la Región Autónoma de la Costa Caribe Norte (RACCN).