15 de abril 2021
La migrante nicaragüense Meylin Obregón Leiva apareció este miércoles 14 de abril, luego de que su hermano asegurara el pasado 8 de abril que traficantes de personas la tenían secuestrada en México.
Meylin es la madre del niño de diez años que "coyotes" abandonaron en la frontera sur de Estados Unidos, cerca del Río Bravo, en Texas tras haber ingresado de forma irregular a ese país. El caso del niño se volvió viral por un video que grabó el agente de una patrulla fronteriza que lo rescató en una zona desértica. "Yo venía en un grupo que venía ‘de entrega’ y al final me dejaron botado y venía aquí a pedir auxilio”, exclamó el pequeño llorando en el clip.
Misael Obregón, el hermano de Meylin residente en Miami, Florida, dijo a los medios de comunicación que el niño y su hermana habían sido secuestrados en México, luego de que les deportaran en su intento por entrar de forma irregular a Estados Unidos. Según Misael, los secuestradores le pidieron dinero, pero que solo pudo pagar por la liberación del niño.
Meylin habló con Univision este miércoles. "Después de todo lo que he pasado, todo el sufrimiento, ahora siento una alegría muy grande", aseguró.
- ¿Lo del secuestro cómo fue?, -le preguntó la periodista.
- Bueno, de eso no quiero hablar ahorita en estos momentos, quizá me voy a llevar un tiempo para poder hablar de eso- respondió.
Meylin dijo que liberaron a su hijo primero y que luego los supuestos secuestradores la liberaron en un punto fronterizo. “Sería por las noticias, no sé. No le podría explicar. Ellos solo me dijeron que me alistara, que no les convenía a ellos tenerme allí, me dijeron que me iban a ir a dejar a otro lugar, a una parte sola, abandonada ahí”, explicó. "Me dejaron en un lugar donde yo no conocía, no sabía dónde ir, entonces pedí ayuda, y ya me mandaron a una casa más segura", agregó.
Según el reporte, Meylin habló con la periodista por teléfono antes de entregarse a las autoridades fronterizas. Afirmó que había solicitó asilo y que logró hablar con su hijo, que se encuentra en un albergue de refugiados menores de edad en Brownsville, Texas.
“Hoy me pude comunicar con él. Estaba un poco preocupado por lo que lo querían pedir para atrás”, dijo Meylin, refiriéndose a las gestiones que realiza el Gobierno Ortega Murillo para repatriar a su hijo.
El conflicto por la repatriación del hijo de Meylin Obregón
En una nota de prensa, el Ministerio de Gobernación menciona que el niño “dijo sentirse alegre de saber que se le está ayudando para regresar a Nicaragua... que desea abrazar de nuevo a su papá y a su abuelita”.
Sin embargo en un video publicado por Misael Obregón de una llamada telefónica que tiene con el menor, él responde “con usted me quiero ir”, cuando le pregunta su tío si quiere regresar a Nicaragua o ir a Miami. “El Gobierno lo que quiere es utilizarlo y llevárselo con engaño para que siga sufriendo en Nicaragua”, le dice Misael por teléfono al pequeño.
El padre del niño, Lázaro Gutiérrez, firmó documentos para las gestiones de repatriación del niño, aunque también dijo que si el menor podía quedarse en Estados Unidos, "de mi parte estaba bien que se quedara porque había pasado todo el peligro", dijo.
En Nicaragua, Socorro Leiva, madre de Meylin, dijo sentirse aliviada al ver la noticia, aunque todavía no se comunica con ella. Otro hermano, Ismael, dijo no tener mayor información, pero confirmó que su hermana se encontraba bien de salud.
El Gobierno nicaragüense se pronunció sobre el caso del niño y la desaparición de la madre el 9 de abril. La vicepresidenta y vocera estatal Rosario Murillo dijo que solicitaron el apoyo de la Interpol y de las autoridades mexicanas y estadounidenses para localizar a Meylin.
Socorro contó que su hija salió de la comunidad Montes de Oro, en Muelle de los Bueyes, Región Autónoma del Caribe Sur, huyendo de la violencia psicológica ejercida por su cónyuge y padre del niño. Meylin y Lázaro tienen otro hijo, un niño de 12 años que vive con su padre. Lázaro había accedido a que Meylin se fuera del país con el menor de diez años.
El caso del niño rescatado en la frontera impactó fuera y dentro de Estados Unidos, ya que simbolizó la gravedad de la crisis humanitaria en la frontera entre México y Estados Unidos, donde casi 19 000 niños y adolescentes no acompañados ingresaron en marzo a suelo estadounidense, la mayoría centroamericanos.