7 de abril 2021
‘Rosa’ llegó a vacunarse al Centro de Salud “Francisco Morazán” un cuarto antes de las ocho de la mañana. La cita era a las nueve, pero pensó que al llegar con anticipación estaría de vuelta en su casa antes del almuerzo. Pero pasadas las 11:30 de la mañana, ella y cinco decenas más de ancianos —que aguardaban bajo toldos, sentados hombro a hombro, bajo el calor típico de abril— perdieron la poca esperanza que tenían minutos atrás.
— ¿Ustedes son los últimos?, — le pregunto, mientras la señora, de unos 70 años, se sienta a mi par.
— Que va a ser. Si apenas salió el primer grupo, — responde decepcionada, mientras toma un sorbo de un Hi-C Té que salió a comprar para refrescarse y engañar el hambre.
Sin dejarme tiempo para preguntarle algo más, se levanta un segundo y le hace señas a una vecina que también fue convocada para vacunarse hoy.
“Vengase para acá, que allí ya hicieron mucho molote y eso es peligroso”, le grita mientras señala una silla que se acaba de desocupar.
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La señora le da una mirada más a la mesa de registro, que en ese momento está rodeada por al menos diez personas que esperan turno, para que las encuentre en la lista de pacientes convocados para recibir la primera dosis de la vacuna contra la covid-19, y tras confirmar el aglomeramiento, decide moverse.
Ninguna de las dos le da importancia a que la ministra de salud, Martha Reyes y la ministra asesora, Carolina Dávila, se encuentren junto a esa mesa “supervisando” que el proceso de vacunación masiva, del que se sabe muy poco, marche bien. Pues en realidad, las ministras hacen muy poco para hacer más llevadera y rápida la espera.
“Yo no sé para qué citaron a todos los barrios de este sector, mejor hubieran comenzado solo con uno”, dice ‘Rosa’ mientras lanzan un vistazo a su alrededor.
La molestia es compartida. Tanto en los ancianos que esperan su turno afuera bajo los toldos, como en los que ya fueron vacunados y están dentro de una sala esperando cumplir el tiempo de observación post vacuna, para finalmente irse. “Hay que abrir las ventanas”, grita una enfermera desde adentro de la sala.
En las próximas cuatro semanas, recibirán la primera dosis de la vacuna Covishield o AstraZeneca, 165 750 nicaragüenses, según prometió este lunes, la vicepresidenta y vocera estatal, Rosario Murillo.
Sin embargo, este grupo estará integrado solo por pacientes con enfermedades crónicas (como diabetes e hipertensión), con cáncer y cardiopatías que están en seguimiento en los centros de salud y hospitales del país, y que previamente fueron convocados para acudir a vacunarse. Los que no estén en la lista tendrán que esperar.
Paciente con cáncer quiso vacunarse, pero no la dejaron
‘María’, quien padece cáncer, ha esperado la vacuna contra la covid-19 desde hace un tiempo. Así que cuando oyó en los medios oficialistas que desde este martes se ampliaría la inmunización, no lo pensó mucho y decidió ir muy temprano al Hospital Bertha Calderón para recibir su primera dosis. Pero al llegar, ni siquiera querían dejarla pasar.
“Cuando por fin me dejaron entrar al hospital y ya iba al lugar de la vacunación me detuvo un joven y me dice ‘madre dónde va’, le dije que a vacunarme voluntariamente y me respondió que no podía pasar”, asegura.
Al instante le explica que si no está en la lista de pacientes convocados no podrá recibir la primera dosis de la vacuna. ‘María’ reacciona confundida porque no recuerda haber escuchado de ninguna lista para vacunarse, lo único que ella leyó es que la inmunización sería voluntaria y como paciente con cáncer merece recibir la primera dosis.
“Esta lista viene de los distritos, pero no se preocupe madre, los compañeros del comité de barrio andan visitando casa a casa, seguro que ahí van a llegar y la anotan; cuando lo hagan usted puede venir a vacunarse”, le explican.
El Hospital Bertha Calderón fue uno de los lugares que habilitados para realizar la vacunación en Managua y según dijo un médico de esta unidad de salud a medios oficialistas, este martes planeaban inmunizar al menos a 600 pacientes.
Sin embargo, fue el único que tenía acceso restringido hacia el área de vacunación. Todos sus portones estaban cerrados y los guardas de seguridad pedían información para acceder, según confirmó un recorrido hecho por CONFIDENCIAL.
En el Hospital Alemán Nicaragüense y en los centros de salud “Francisco Buitrago” y “Francisco Morazán” había acceso al área de vacunación. Aunque no estaba permitido tomar fotografías o vídeos.
Vacunas tardaron en llegar a León
A casi 100 kilómetros de Managua, se vivió una situación parecida en el primer día de vacunación masiva. Los pacientes crónicos que días antes fueron convocados casa a casa, comenzaron a formarse antes de las siete de la mañana afuera de los cuatro puntos que habilitó el Ministerio de Salud en el departamento de León.
Las filas de ancianos se extendieron por horas, pues las vacunas tardaron en llegar a este departamento, según confirman algunos pacientes que acudieron a inmunizarse y tuvieron que esperar en la acera de las unidades de salud porque no alcanzaron adentro.
“Vine con mi papá desde las seis y ya son más de las diez y las vacunas aún no llegan de Managua. Hubo una anciana que se desmayó en la espera, traté de acercarme para grabarla y me empujaron”, cuenta un familiar de un anciano que acudió este martes para recibir su primera dosis.
📢#ReporteCiudadano | En medio de largas filas y sin distanciamiento. Así avanza la vacunación contra la covid-19 en el departamento de León. Imágenes cortesía pic.twitter.com/P5wm8p1CMn
— Confidencial Nicaragua (@confidencial_ni) April 6, 2021
Según se confirmó en los videos que lograron filmar algunos familiares, las filas se extendieron por varios metros, y llegaron tantos pacientes —algunos que no habían sido convocados— que tuvieron que esperar de pie, pues no hubo sillas para todos.
Los pacientes que fueron inmunizados tanto en Managua como en León tuvieron que esperar durante 30 minutos en observación para monitorear cualquier reacción adversa a la vacuna, según el protocolo de vacunación que implementa el Minsa.
También se les entregó una tarjeta de vacunación en la cual programan la aplicación de la siguiente dosis para dentro de nueve semanas. Y en las próximas se pretende ampliar a los 19 Silais del país. Pero aún se desconoce cuál es el plan de vacunación y cuándo será inmunizado el personal de salud.