4 de marzo 2021
El precio de las gasolinas súper y regular registran dos hechos inéditos esta semana: superan por primera vez el umbral de los 36 y 35 córdobas por litro, respectivamente, y llegan a las dieciséis semanas de aumentos constantes. Estas alzas en combustibles —sostienen expertos en hidrocarburos— no tienen ninguna “justificación técnica o económica”.
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Las alzas en las gasolinas se registran desde la segunda quincena de noviembre de 2020. La súper ha pasado de 28.25 córdobas a 36.23 córdobas por litro; mientras la regular se ha incrementado de 27.74 córdobas a 35.46 córdobas por litro, según un monitoreo de precios del Instituto Nicaragüense de Energía (INE).
Las estadísticas oficiales muestran que, en el caso del diésel —el combustible de mayor consumo a nivel nacional—, su precio ha pasado de 24.24 córdobas a 30.59 córdobas por litro. A diferencia de las gasolinas, este carburante bajó de precio en tres ocasiones.
Estos precios promedios corresponden a las estaciones de servicio en Managua, ya que en los otros departamentos y regiones del país se les tiene que sumar el costo de transporte y distribución, así como otros gastos.
Patricia Rodríguez, ingeniera experta en temas de energía e hidrocarburos, explicó que el petróleo no ha mostrado un gran incremento en las últimas semanas, como para justificar las constantes alzas en combustibles en Nicaragua. “No hay ninguna razón ni técnica ni económica para que las petroleras incrementen el precio de los combustibles”, aseguró.
En los últimos meses, el barril de petróleo de Texas o WTI —de referencia para Nicaragua— subió de precio hasta los 60 dólares. Hasta finales de octubre pasado, el precio promedio del WTI fue de 38.20 dólares por barril.
“Cuando bajó el precio del petróleo (por efectos de la pandemia), acá (en Nicaragua) solamente bajaron los precios (de los combustibles) dos meses. Fue poco tiempo y poca la disminución. Siempre se han mantenido precios altos”, subrayó Rodríguez.
Subidas y bajadas en los combustibles
El registro del INE muestra que, en abril de 2020, los combustibles se cotizaron a los precios promedios más bajos de todo el año. En el caso de la gasolina súper se vendió a 24.15 córdobas por litro; la regular a 23.60 córdobas y el diésel a 21.70 córdobas.
“En abril de 2020, el crudo estadounidense WTI bajó a un mínimo histórico y se negoció con un precio negativo por primera vez en toda la historia”, según el portal PrecioPetroleo.net.
El diario La Prensa ha informado que, en todo 2020, el precio de la gasolina súper registró unas 25 alzas y 28 bajas; el de la regular reportó unos 29 incrementos y 24 descensos; y el diésel, 30 subidas y 23 disminuciones.
Según las estadísticas oficiales, la última vez que los combustibles mostraron más de diez semanas consecutivas de incrementos fue en febrero, marzo y abril de 2019. En ese entonces, tras doce semanas seguidas de aumento, el precio máximo del litro de gasolina súper fue de 35.68 córdobas; el de la regular, 34.68 córdobas; y el del diésel, 30.17 córdobas. Ahora los precios están más altos y se han mantenido así por más tiempo.
Control del mercado en Nicaragua
Hasta diciembre de 2019, más del 65% del mercado de los combustibles en Nicaragua estaba dominado por dos empresas: Puma Energy y la Distribuidora Nicaragüense de Petróleo (DNP Petronic). Estas compañías eran las únicas con facilidades de importación de gasolinas y diésel, además disponían de redes de estaciones de servicio y distribución directa a nivel nacional.
César Arévalo Peugnet, especialista en hidrocarburos, explicó que la composición del mercado nicaragüense cambió a raíz de las sanciones estadounidenses a DNP Petronic, en diciembre de 2019. Las petroleras Puma y UNO han absorbido las ventas de Petronic.
DNP Petronic fue sancionada junto al hijo de la pareja presidencial, Rafael Ortega Murillo y también a la empresa de seguridad El Goliat e Inversiones Zanzíbar. Estados Unidos acusó a estas compañías de “lavado de dinero y apoyo a la corrupción”. Según investigaciones de medios locales, DNP Petronic fue financiada en 2009 con fondos de Albanisa y Alba Caruna.
Desde 2018, Arévalo ha insistido en que los consumidores nicaragüenses han pagado un sobreprecio en los combustibles, que hasta la fecha ya supera los 30 millones de dólares.
Este sobreprecio se obtiene a través de una política de congelamiento de precios de los combustibles en Nicaragua, cuando en el ámbito internacional los combustibles y el petróleo bajan.
Falta de regulación con precios
Para los expertos, la existencia de un ente regulador evitaría que las petroleras “impongan” sus precios. Desde 2000, al INE se le quitó la potestad de controlar el precio de los combustibles.
“Hace varios años había un control sobre los márgenes de las petroleras, pero eso se eliminó. Ahora las petroleras ponen el precio a como ellas les parece mejor”, subrayó Rodríguez.
“El problema que tenemos es que no podemos decir cuando se justifica o no un incremento (de los combustibles), porque no sabemos el margen que tienen la petrolera. Tenemos que establecer una ecuación, donde se diga que la renta de las petroleras no debe superar un porcentaje y en base a esa ecuación se definen los límites de los márgenes de las petroleras”, explicó la experta.
Consumidores “indefensos”
Esta falta de regulación, según los expertos, ha dejado en “indefensión” a los consumidores, ante la “imposición” de precios de las petroleras. A diferencia de sectores como la energía, el agua potable, la telefonía y el sector bancario, los usuarios no cuentan con un ente estatal para reclamar por el alza de los precios.
CONFIDENCIAL realizó un recorrido por diversas estaciones de servicio de Managua, en el que los conductores se mostraron resignados a las alzas de precios, y lamentaron que los combustibles suban “varios córdobas”, y disminuyan “solo centavos”.
“(Las alzas) nos impacta en la economía de la casa, porque antes invertíamos menos en combustible, y ahora solo para arriba, y cuando llega a bajar, solo son centavos”, dijo el conductor Francisco Parrales, quien comentó que analiza la posibilidad de usar su vehículo solo tres veces a la semana para trasladarse a su trabajo.
“Antes fuleaba (llenar el tanque) de combustible con 2000 córdobas, y ahora estoy gastando 3500 córdobas”, dijo Parrales.
La arquitecta Bianca Gómez indicó que recorre unos 100 kilómetros diarios por asuntos personales y del trabajo. “Por lo general, antes gastaba unos 200 córdobas (diarios), ahora gasto 300 o 400 córdobas”.
Para el cadete de taxi Juan Elías Zamora, los taxistas han sido los “peor parados” porque a los usuarios no les pueden subir el precio de la carrera. “Los pasajeros ya tienen más o menos estipulado el precio, y si uno les pide más, ellos no se van”.
“Ayer no pude sacar ni el turno del dueño del vehículo, le quedé restando 50 pesos, yo me fui sin nada”, se lamentó el cadete.