23 de febrero 2021
El último acto de confiscación de la dictadura con la inauguración de una “casa materna” en las oficinas de CONFIDENCIAL, asaltadas y ocupadas ilegalmente en 2018, son un intento de Daniel Ortega y Rosario Murillo para “lavar su crimen, encubriendo el cierre de un medio de comunicación independiente como si se tratara de un acto loable de los servicios de salud”, afirma el director de CONFIDENCIAL, Carlos Fernando Chamorro, quien estima que con este acto “la dictadura ha erigido un monumento al crimen contra la libertad de expresión y de prensa” en Nicaragua.
“Como los narcotraficantes y delincuentes, Ortega y Murillo han intentado ‘lavar’ su crimen”, dijo Chamorro, tras agregar que, sin embargo, “los criminales dejaron su huella inconfundible”.
El régimen de Ortega y Murillo, en complicidad con el Ministerio de Salud, inauguró este 23 de febrero una supuesta casa materna en las oficinas ocupadas manu militari desde mediados de diciembre de 2018. Las oficinas de CONFIDENCIAL, Esta Semana, Esta Noche y Revista Niú, fueron asaltadas el 13 de diciembre de 2018, llevándose más de 35 computadoras y equipos de trabajo, además de papelería administrativa y contable. Al día siguiente, el 14 de diciembre, la Policía regresó al lugar a ocupar ilegalmente la oficina. Desde entonces, ha permanecido custodiada por policías armados.
Ahora, con los muebles y equipos que aún quedaban en las oficinas, el régimen inauguró la “casa materna”. Los muebles, según fotos oficiales, incluyen escritorios, sillas, un comedor de madera, gabinetes, repisas, uno de tres smart tv y la mesa del estudio de grabación de Esta Semana, que se había remodelado dos semanas antes del asalto.
"Monumento al crimen, pero no nos callarán"
“Donde antes se hacía periodismo en libertad, en la redacción de CONFIDENCIAL, ahora están la fotos gigantes de Ortega y Murillo con su color rosa chicha, simbolizando un nuevo monumento al crimen contra la libertad de prensa”, reiteró Chamorro.
El periodista agregó que Ortega intenta cerrar un medio de comunicación que está cumpliendo 25 años de hacer periodismo independiente, “pero nunca ha podido confiscar el periodismo, ni callar a CONFIDENCIAL.”
“La dictadura ha erigido un monumento al crimen de la libertad de prensa y expresión, en una redacción libre donde los periodistas producían información, análisis, comentarios, donde debatían ideas libres, hoy está el sello de la dictadura. Ahí impuso Ortega Murillo lo que no podían hacer y lo que no han podido hacer, que es confiscar las ideas, matar el periodismo, intentar hacerlo al ocupar físicamente esa redacción. Eso es un monumento al crimen contra la libertad de prensa y expresión”, sostuvo.
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El periodista afirmó que este último acto de la confiscación del régimen a CONFIDENCIAL le indigna, pero también motiva la resistencia y convicción “sobre cuál es nuestro oficio, a qué nos dedicamos, cuales son las ideas por las cuales hacemos periodismo”.
“Hacemos periodismo —añadió— por la libertad, para fiscalizar el poder y el poder está tratando de aplastarnos, pero al mismo tiempo yo lo leo con optimismo. Yo veo detrás de esto una derrota de la dictadura: la dictadura no puede confiscar el periodismo, no ha podido callar a CONFIDENCIAL desde el robo del 13 de diciembre de 2018. ¡Nunca! Aquí estamos haciendo periodismo”, destacó.
El director de CONFIDENCIAL también comentó que está convencido que “la resistencia del periodismo independiente es mucho más fuerte que la dictadura, porque nunca han podido callarnos”, y agregó que “la resistencia de los ciudadanos es más fuerte aún, porque en este país no han podido quebrar a un solo preso político. ¡Nunca! Y eso —estima—es lo que denota que Nicaragua ya cambió, que la fuerza de las armas, que la represión, que la fuerza de la dictadura no tiene futuro”.
Según Chamorro, la dictadura de Ortega y Murillo “se mantiene por la coerción, se mantiene por la presión de la Policía, pero ese estado policial también va a caer y se va a derrumbar y va a caer la dictadura”.
El robo a incluye: 35 computadoras, un estudio de televisión recién estrenado, siete cámaras de televisión, dos editoras de televisión, y decenas de accesorios de producción audiovisual, así como la documentación contable e institucional de tres empresas, e información privada. La redacción también fue convertida en un “cuartel policial”, donde día y noche han permanecido policías armados, incluso en la víspera de la inauguración de la supuesta casa materna.
El régimen selló la confiscación a CONFIDENCIAL asignando el edificio al Ministerio de Salud, en clara violación al artículo 44 de la Constitución Política que prohíbe la confiscación de bienes.