18 de febrero 2021
La extensión de la actual crisis sociopolítica de Nicaragua “tendrá implicaciones para el resto de la región” centroamericana, considera el diplomático Ricardo Zúñiga, mencionado en Washington como posible encargado para Centroamérica en el Departamento de Estado del Gobierno de los Estados Unidos, quien advirtió –además– que la "situación de Nicaragua es uno de los grandes retos” de la Administración del presidente de Estados Unidos, Joe Biden.
El exfuncionario de la administración Obama, norteamericano de origen hondureño, participó en una presentación en línea realizada por el Diálogo Interamericano, en la que nueve exfuncionarios públicos del istmo, encabezados por la expresidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, exhortaron a la Administración estadounidense que incluya a Nicaragua en el “Plan de Biden para fortalecer la seguridad y la prosperidad con los pueblos de Centroamérica”, que actualmente aborda la cooperación con el Triángulo Norte, integrado por Guatemala, El Salvador y Honduras, en un intento de frenar la migración de estos países hacia el país anglosajón.
La situación en Nicaragua es “absolutamente emblemática –quizás– uno de los grandes retos que hemos visto en años recientes, que nos llama a unirnos en el compromiso de la defensa y la promoción de la democracia, es una buena razón que Nicaragua sea parte de todo”, dijo Zúñiga durante su intervención.
Nicaragua: “Un grave foco de contaminación”
La propuesta de los centroamericanos presentada por el Diálogo Interamericano señala que “la deriva dictatorial de Nicaragua es particularmente seria y debe abordarse con urgencia, dadas las elecciones que tendrán lugar el próximo noviembre”. También advierten que “el desprecio y vulneración de los derechos humanos y de las instituciones democráticas” en este país “representan un grave foco de contaminación” no sólo para Centroamérica sino para todo el continente.
“Preocupan los nuevos ímpetus autoritarios y populistas en otros países de la región, y la actitud de muchos de los partidos políticos de cerrar espacios a la participación ciudadana”, dice el documento presentado por: Laura Chinchilla, expresidenta de Costa Rica; Eduardo Stein, exvicepresidente de Guatemala; Isabel Saint Malo, exvicepresidenta de Panamá; María Eugenia Brizuela de Avila, exministra de Relaciones Exteriores de El Salvador; Fernando Carrera, exministro de Relaciones Exteriores de Guatemala; Edmundo Jarquín, exdiputado de Nicaragua; Eduardo Ulibarri, exembajador de Costa Rica ante las Naciones Unidas; Cristiana Chamorro, expresidenta del Diario La Prensa de Nicaragua y Gina Kawas, exdelegada de la Juventud ante las Naciones Unidas de Honduras.
A juicio de los autores de la presentación, el programa de cooperación con Centroamérica debería incorporar “la necesidad de promover la defensa de las libertades públicas, el impulso a la participación política, y al fortalecimiento de la sociedad civil como vías para el cambio pacífico, así como el combate decidido a la corrupción”. También debe enfocarse en temas de transparencia, “rendición de cuentas y garantías para el desempeño de los medios de comunicación”.
Régimen es “una amenaza para la región”
Cristiana Chamorro, a quien se ha mencionado como aspirante a la Presidencia de Nicaragua, señaló que el régimen de Daniel Ortega representa “una amenaza para la seguridad del continente americano” y explicó que en este país se vive bajo un estado de sitio de facto donde el solo hecho de “ondear una bandera nicaragüense en la calle conduciría a la cárcel”.
Asimismo, Chamorro recordó que el régimen de Ortega mantiene más de un centenar de presos políticos y una cantidad indeterminada de ciudadanos encerrados en sus propias casas. Al estado de sitio se suma “una crisis económica de tal magnitud que dos de cada tres jóvenes nicaragüenses quieren huir del país porque no ven empleo ni oportunidades”, precisó Chamorro.
Además, con la reciente aprobación de una serie de leyes punitivas el régimen de Ortega pretende “criminalizar los derechos humanos y todas las libertades públicas. Esperan inhibir a los líderes de la oposición en las próximas elecciones”, denunció Chamorro.
Chamorro recomendó a la Administración Biden “activar formas de multilateralismo y una misión de alto nivel para negociar con Ortega y entender que es lo que Ortega necesita en este momento. Esta misión debe ir acompañada por la OEA para reactivar las conversaciones que tuvieron en el pasado” sugirió.
“Estas son mis recomendaciones porque creo que estamos a tiempo para mayo y que la administración venga a Nicaragua para hablar con Ortega e iniciar profundas negociaciones para restaurar la democracia", comentó.
Preocupación por Nicaragua
Recientemente el Gobierno de Joe Biden aseguró que el régimen de Ortega está conduciendo al país “hacia la dictadura”, al rechazar la suspensión de operaciones a la Fundación Violeta Barrios de Chamorro y del capítulo local de la organización de escritores PEN Internacional.
“Estados Unidos está profundamente preocupado por la creciente represión del Gobierno del presidente Daniel Ortega en Nicaragua”, señaló entonces en un comunicado el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price.
“Estos hechos asfixian aún más a la sociedad civil nicaragüense y alejan al país de unas elecciones libres y justas en noviembre. Ortega está conduciendo a Nicaragua hacia la dictadura”, advirtió el Departamento de Estado.