17 de febrero 2021
No recuerdan el rostro de sus agresores, pero entre las imágenes borrosas en sus memorias saben que un hombre (y en otros casos varios), les colocó “algo” en sus rostros, las secuestró y luego las dejó tiradas en una acera, en un camino o en un barranco de uno de los municipios del departamento de Matagalpa. Son tres mujeres distintas y en todas ellas se repite el mismo patrón de violencia sexual.
La Red de Mujeres contra la Violencia denunció que, en las últimas semanas, al menos tres mujeres del departamento de Matagalpa fueron secuestradas, violadas, posiblemente drogadas y golpeadas.
La organización hizo pública una alerta en la que advierten un nuevo patrón de violencia sexual que incluye a agresores que drogan a mujeres, las secuestran y actúan coordinados con taxistas o viajan en motocicletas.
Leonila Argüello, integrante del Colectivo de Mujeres de Matagalpa y de la Red de Mujeres Contra la Violencia, afirmó durante una entrevista con CONFIDENCIAL que, desde octubre de 2020 hasta lo que va de febrero de 2021, al menos diez mujeres, que llegaron hasta la organización en busca de ayuda, han denunciado que fueron víctimas de violaciones sexuales en condiciones “similares” a las expuestas por la Red.
“Las primeras situaciones se empezaron a registrar en octubre. En los primeros eventos eran hombres de a pie, que interceptaban a las mujeres en esquinas, en calles o caminos solos, pero desde noviembre ha ido incrementando hasta llegar a casos más coordinados, donde intervienen --según las víctimas-- taxistas y motorizados”, detalla.
Argüello indica que las mujeres víctimas de violación que han registrado como Colectivo tienen edades entre 18 a 45 años. Además, detalla que las violaciones contra ellas ocurrieron mientras regresaban de sus escuelas, universidades, trabajos o centros de recreación.
Los casos denunciados por la Red tenían en común que las mujeres regresaban o estaban en bares, donde fueron interceptadas por sus agresores.
Usan drogas para agredir a mujeres
La Red de Mujeres contra la Violencia especificó que en los tres casos que registraron en San Ramón, La Dalia y la cabecera de Matagalpa “presumen” que a las mujeres les “dieron la llamada droga de la violación, que produce vértigo, distorsión de los sentidos, ligero estado de embriaguez, pérdida de la coordinación y el equilibrio, confusión, entre otros”.
Argüello explica que la sospecha de que las víctimas de violencia sexual fueron drogadas incrementan no solo en los casos de la Red, sino en los que ha acumulado el Colectivo, porque ellas “no recuerdan lo que pasó, tienen lagunas mentales, nauseas, temblores en el cuerpo, dolores de cabeza y algunas alcanzan a recordar que los sujetos le pusieron algo en sus rostros”.
La activista apunta que, si bien las mujeres no se hicieron un examen toxicológico una vez ocurrió la violación, los síntomas que les sugieren y lo poco que recuerdan ayuda a confirmar que fueron “drogadas” previo a la violación.
Mujeres prefieren “no denunciar” violencia ante la Policía
Las agresiones registradas por el Colectivo y la Red también tienen en común que las mujeres han preferido no denunciar ante las autoridades policiales. Según Argüello, la razón es que “no confían en la institución” y “prefieren quedarse en silencio en sus casas, porque también temen ser estigmatizadas o asesinadas por sus agresores”.
Argüello advierte que algunas de las mujeres incluso “han dicho que hubieran preferido que las mataran, porque ahora tiene más miedo, miedo a salir de sus casas, miedo a que la vuelvan a interceptar, miedo porque saben que la conocen y sabe que cualquier cosa les puede pasar”.
Es por ello que recomienda a los familiares estar cercanos a las víctimas, mantenerse atentos a lo que necesitan, escucharlas, pero sin invadir el espacio que necesitan.
“Ayudar es una responsabilidad de todos”
Otra activista de la Red de Mujeres de Matagalpa que conversó con CONFIDENCIAL, bajo la condición que su identidad fuera protegida por seguridad, agregó que la alerta que emitieron como Red es un “llamado de atención para toda la sociedad, pero principalmente para el Estado, para que apliquen medidas, que hagan algo por las mujeres".
"No solo son las violaciones, también están los femicidios y desapariciones y esto tiene que ver con que no solamente tenemos que pensar en sanciones carcelarias para los delincuentes, sino que tiene que ver con trabajar en medidas de prevención a nivel estructural”, detalló.
La defensora invitó a los propietarios de centros de recreación, al personal, a los habitantes cercanos a estos sitios, taxistas y sociedad en general que ejerzan “su responsabilidad social, porque estos tres casos denunciados por la Red ocurrieron en contextos donde otros pudieron actuar para proteger a las mujeres”.