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La prioridad de Donald Trump será México, en América Latina, aseguran expertos en las relaciones entre Estados Unidos y la región.
El nombramiento del senador cubanoamericano Marco Rubio, un enemigo jurado de las dictaduras de Cuba, Venezuela y Nicaragua, no significa que el nuevo Gobierno del presidente Donald Trump, que tomará posesión el 20 de enero de 2025, colocará en primer plano de su política exterior el restablecimiento de la democracia en estos países.
En esta entrevista, los politólogos Eduardo Gamarra y Michael Shifter, expertos en las relaciones entre Estados Unidos y América Latina, consideran que, a pesar del “corazón” del próximo Secretario de Estado, sus prioridades seguirán ancladas en la guerra en Ucrania, el conflicto en Gaza, y la competencia con China. En el entorno latinoamericano, se impondrán los temas que Trump prometió en la campaña electoral: las deportaciones masivas, la seguridad y los aranceles a los productos provenientes de China.
“A Trump no le interesa la democracia, él es transaccional”, priorizará sus intereses personales, o lo que considera como intereses económicos de Estados Unidos, y bajo esa lógica su prioridad en la región será México, aunque, sería consistente con su política que busque una negociación con el dictador venezolano Nicolas Maduro”, advierte Shifter, ex presidente del Diálogo Interamericano y profesor de la Universidad de Georgetown en Washington.
Por su parte Eduardo Gamarra, profesor de la Universidad Internacional de la Florida (FIU) en Miami, donde también enseña el senador Rubio, insiste que aunque la agenda de Rubio estará condicionada por los intereses globales de la Administración Trump, su incidencia en Cuba, Venezuela y Nicaragua, “dependerá mucho de las personas, entiendo de origen cubanoamericano, que tienen un interés en la región”, y que podrían ser nombradas en cargos clave en el Departamento de Estado, la Casa Blanca, el Departamento de Defensa.
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