21 de enero 2021
Al presidente de la Comisión de Justicia y Paz de la Arquidiócesis de Managua, monseñor Carlos Avilés, le resulta “muy atrevido” que en Nicaragua se esté debatiendo sobre las elecciones generales de noviembre cuando no existen garantías de que el proceso será justo y que los resultados representarán la voluntad de la mayoría de la población.
Participar en una elección sin garantías mínimas “sería hacer el juego” que el Gobierno de Daniel Ortega quiere y prestarse “a otro fraude electoral”, valora monseñor Avilés, quien representa al clero de la Arquidiócesis de Managua, aunque advierte que algunas de sus valoraciones son “muy personales”.
La Iglesia tiene claro que en Nicaragua se necesitan reformas profundas al sistema electoral, pero no cree que esos cambios sean impulsados por las personas que dirigen el Consejo Supremo Electoral (CSE). “Lo único que podemos hacer, es un llamado a la conciencia de quien ejerce una autoridad, una institución, a que haga bien las cosas”, subraya monseñor Avilés.
En esta entrevista con CONFIDENCIAL y Esta Noche, monseñor Avilés, quien también es vicario general de la Arquidiócesis, comenta sobre las dudas que existen alrededor del tridente de leyes punitivas aprobadas recientemente en la Asamblea Nacional y la imposición de la medida de casa por cárcel de facto a decenas personas opositoras al Gobierno, que también son feligreses de la Iglesia.
Monseñor, en su primer mensaje de este año, la Comisión de Justicia y Paz de la Arquidiócesis de Managua, habla de un país que se mueve entre la incertidumbre y la desesperanza, ¿cuál es la visión que tiene la Iglesia sobre la crisis nacional?
Más que la visión de la Iglesia es la visión de los sacerdotes que vemos la Comisión de Justicia y Paz. Ya son décadas en donde hay desempleo, falta de educación, no están las condiciones óptimas de desarrollo del país y eso ha llevado a estas protestas. Hoy esta situación está más agudizada por la pandemia. Si a nivel mundial hay problemas económicos, imagínese aquí (en Nicaragua) que ya veníamos arrastrando décadas de problemas económicos y de todo. Vemos un año difícil como los años anteriores.
¿Qué valoración tiene la Iglesia sobre el estado de las libertades democráticas en Nicaragua? ¿Hay libertad de reunión, de movilización, de prensa y expresión?
No. Lo hemos estado diciendo en los mismos mensajes de todo el año. Siempre hemos estado pidiendo irrestricta libertad de prensa y de manifestación o de movilización de las personas, porque no hay. Lo hemos estado repitiendo continuamente en los mensajes que damos a la gente, desde luego que no hay. Yo miro en los medios a los policías en las puertas, en lugares de personas civiles, eso no deja (que se realice) ninguna manifestación pública. No podemos pensar que hay libertad.
¿Puede celebrarse una elección democrática aunque no haya libertades o se debe suspender el estado policial?
Una opinión muy personal es que no, no puede haber elecciones. Ir a unas elecciones con condiciones mínimas, o con visiones fraccionadas, sería hacer el juego a otro fraude electoral de los que ya hemos visto en la historia de nuestra patria. Yo considero que es muy atrevido empezar a hablar de elecciones si no hay condiciones. Esas condiciones que implican desde: la reforma a las leyes electorales, cambio del Consejo Supremo Electoral, el que sea libre la repartición de cédulas y no parcializadas, que volvamos a la Constitución de Nicaragua que dice que no hay reelección y que para ganar hay que tener al menos el 50% de los votos... Sin esas condiciones hablar de elecciones es muy atrevido.
¿Qué cambios espera la Iglesia en el Consejo Supremo Electoral?
La Iglesia pone su esperanza en Cristo, del Consejo Supremo Electoral no sé. Le haremos un llamado a conversión, a cambio, a actuar bien, como lo hacemos con toda la gente… Del Consejo no sé, yo no les voy a mandar un mensaje, pero esperamos que como institución se transformen y sean apolíticos, que quienes estén ahí presentes sean personas que no militen en ningún partido, que no estén buscando cuotas de poder sino porque quieren hacer un trabajo metodológico, profesional y de servicio a la nación.
Además de 100 presos políticos en las cárceles y por lo menos 80 ciudadanos permanecen en un sistema de casa por cárcel de facto, ¿conoce la Conferencia Episcopal sobre estas violaciones a los derechos humanos
Por la Conferencia Episcopal yo no puedo hablar, pero, sí, en la Arquidiócesis tenemos testimonios de sacerdotes que me han dicho que hay familias que han llegado a ponerles quejas a ellos. Obviamente no se puede publicar porque les haríamos más daño a las personas, pero sí tenemos testimonios de personas en las parroquias que se han quejado de ello, porque ya no aguantan el asedio policial en sus casas.
Los comunicados de la Comisión de Justicia y Paz de la Arquidiócesis han sido muy claros en denunciar la represión y las violaciones a los derechos humanos. ¿Qué representa esta Comisión? ¿Esta es la voz del arzobispo?
Representa al clero de la Arquidiócesis de Managua. El año antepasado, en un retiro que tuvimos, un grupo de sacerdotes mayores pidió que se estuviera publicando mensualmente un mensaje que recogiera el sentir de las diversas parroquias o lo que la gente siente. Eso es lo que procuramos representar en cada uno de esos mensajes. Lo que está en el ambiente, lo que la gente está sintiendo, lo que la gente está viviendo, eso es lo que procuramos expresar ahí como un mensaje de una comisión de pastoral de la Arquidiócesis de Managua.
Desde 2014, los obispos han abogado por cambios en el sistema electoral que hasta ahora no se han realizado. ¿Espera la Iglesia algún cambio en 2021?
Es lo único que podemos hacer, un llamado a la conciencia de quien ejerce una autoridad, una institución, a que haga bien las cosas. Ese llamado en nombre de Jesucristo para que hagan bien el trabajo, porque de otra manera llevan al país al abismo de la falta de institucionalidad, de la pobreza. Entonces, quienes están en esas instituciones deben hacer lo correcto, pensar en el bien del país y no en el bienestar de sus partidos o sus grupos.
Los opositores dicen que el Gobierno pretende inhibir a partidos y candidatos utilizando leyes represivas. ¿Qué opinión tiene sobre las leyes de ciberdelitos, la Ley de Regulación de Agentes Extranjeros y la ley de cadena perpetua que se aprobó este lunes?
Estamos en una situación extraordinaria, con una pandemia, problemas económicos, problemas políticos y ponerse a legislar causa sospechas y dudas de ¿Por qué una ley? ¿Por qué en este momento? Lógicamente (los opositores) sacan conclusiones de que estas leyes están no para el bienestar del país sino están indicadas a ciertas áreas. En este caso meter en miedo a los opositores, es lo que la lógica dice. Si estuviéramos en paz, estaría bien legislar y discutir la bondad o no de una ley... pero en una crisis donde está puesta en duda la institución judicial, donde está en duda el Gobierno, hay problemas económicos, ponerte a legislar da mucho que pensar y se ve que es algo que tiene una finalidad.
¿El cardenal Leopoldo Brenes ha abogado para que no haya violencia en este año electoral, pero mucha gente dice que ya hay violencia, no hay libertad y mucha gente vive casa por cárcel?
La Iglesia siempre va hacer el llamado a la conciencia de quienes tienen una responsabilidad social, política, o económica. La Iglesia siempre va hacer un llamado y en este año que se avizora que puede radicalizarse más la violencia en Nicaragua, nuevamente hacemos el llamado a todos los sectores que por razones de elecciones no vaya a darse violencia. Es un nuevo llamado, una nueva oportunidad, un nuevo año, para hacer este llamado a todos los sectores ciertamente.
¿La Arquidiócesis de Managua tiene alguna orientación hacia la feligresía y los políticos en este año electoral?
Hasta el momento no, pero tenemos más de cincuenta años de magisterio… las diferentes cartas de la Iglesia hablan de las diversas situaciones del país entre ellos: la política, la participación en la política, las elecciones, la realidad de Nicaragua, todo. Ese magisterio es lo que vamos a repetirle al pueblo, sobre actuar moralmente bien, la responsabilidad social que tenemos todos de aportar al país con honestidad.
¿Respalda la Iglesia alguna opción política, ya sea de continuidad del sistema actual o de cambio?
No, no. La Iglesia no busca ninguna participación en política. Al contrario, mientras más independiente sea el Estado y la Iglesia, más libres somos para anunciar el Evangelio. Lo único que sí pedimos –no es político ni mucho menos– es justicia, verdad, libertad, el respeto a los derechos fundamentales de las personas. Cuando estas cuestiones se conculcan y se violan, entonces la Iglesia habla. No es para ser diputados o ministros, hablamos para defender a la persona, al ser humano y decir esta persona está sufriendo la violación de sus derechos, está sufriendo injusticias, a esta persona no le dicen la verdad porque no tiene medios de comunicación que le digan la verdad, todo eso hay que denunciarlo y eso es el Evangelio.
La Comisión de la Arquidiócesis se ha referido a la persecución contra los periodistas ¿Cuál es su opinión sobre la libertad de expresión y la censura?
Es condenable desde cualquier punto de vista. El pueblo tiene necesidad de conocer las verdades y ahí los medios de comunicación tienen una grave responsabilidad. La noticia debe presentar la verdad social, económica y política de un país, abrirle el abanico de opiniones a las personas. Entonces, en esa línea siempre que se coarte la libertad de prensa se está haciendo daño a la sociedad en que vivimos, por eso nosotros siempre hablamos de libertad de expresión y la libertad de prensa irrestricta. No hay que tener miedo a lo que puedan decir los medios.