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CID Gallup: Simpatía para FSLN es 12% y solo el 9% respalda un régimen autoritario

José Peraza y Eliseo Núñez sobre “sucesión dinástica”: ante ausencia de Ortega, los mismos sandinistas saben que se necesita un cambio, una elección

Daniel Ortega en un acto del 19 de julio.

Daniel Ortega en el acto del 19 de julio. Foto: CCC

Carlos F. Chamorro

3 de septiembre 2024

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La sucesión dinástica que intentan imponer Daniel Ortega y Rosario Murillo no cuenta con el respaldo de la ciudadanía nicaragüense, que —además— rechaza la represión orquestada por el régimen en contra de la población considerada opositora, revela una encuesta de opinión realizada por la firma costarricense CID Gallup en Nicaragua en mayo de este año. 

La mayoría de la población, el 55% de los encuestados, “no sabe o no responde”, quien sería el sucesor de Daniel Ortega en el poder en caso de que estuviera imposibilitado de gobernar, y el 27% dice que sería Rosario Murillo. “Obviamente, Rosario Murillo tiene la mayor probabilidad de suceder a Ortega. No estamos hablando de simpatías, sino de probabilidades, porque es la persona que se ha empeñado en generar ese liderazgo gubernamental y, aunque sea muy impopular, porque lo es, ella es la que tiene las riendas del Estado”, considera el exdiputado y analista político Eliseo Núñez.

Según la encuesta, si se produce una ausencia de Ortega en el poder, el 23.5% de los mismos simpatizantes del FSLN afirman que habría nuevas elecciones con observación internacional. “Todo el mundo está claro que en el momento en que Ortega desaparezca se va a iniciar un proceso que no sabemos en que va a terminar, pero que va a haber el inicio de un proceso de transición política que sí va a generar cambios importantes en la conducción del país”, opina el politólogo José Antonio Peraza, directivo de la UNAB desterrado en Estados Unidos.

La encuesta de CID Gallup, auspiciada por la Fundación Sin Límites para el Desarrollo Humano (FSL), fue realizada entre el 3 y el 28 de mayo de 2024, entre 1215 ciudadanos de todo el país, mayores de 16 años y con teléfonos celulares activos, distribuidos en Managua el 26.9% y el 73.1% en el resto del país, y tiene un margen de error de + −2.5% y un nivel de confianza del 95%.


En una entrevista en el programa Esta Semana, José Antonio Peraza y Eliseo Núñez analizaron los resultados de la encuesta de CID Gallup, según la cual, el 80% de la población no tiene simpatía por ningún partido político, más del 50% rechaza las confiscaciones y la represión contra los opositores, y solamente el 9% apoya un régimen autoritario. 

A la pregunta ¿quién podría sustituir a Daniel Ortega en el Gobierno si este estuviera incapacitado? La mayoría, es decir, el 55% dice que no sabe o no responde la pregunta. El 27% de la población dice Rosario Murillo y el 4.5% , dice Laureano Ortega. Y cuando se analizan solamente los datos de los simpatizantes sandinistas, casi el 43% dice que no sabe. Y sobre Rosario Murillo, el 30%. ¿Cómo se pueden interpretar estas respuestas?

José Antonio Peraza: Para mí es evidente que los números iban a salir más o menos así, porque al final de cuentas la que está en el día a día, en la administración y en la gerencia del Estado, es Rosario Murillo, no es Laureano. Laureano es un outsider que a punta de fuerza y de voluntad lo quieren hacer caminar en una posición destacada, como un liderazgo político emergente. Sin embargo, no es así. 

La persona que está haciendo las cosas bien o mal, es la que va estar presente para la mayoría de la población, es Rosario Murillo, siempre he creído que la sucesora va a ser Rosario Murillo, nunca va a ser Laureano Ortega, porque ella ha invertido años de su vida en ese proceso de promover y proyectar su liderazgo. Por lo tanto, estos datos reflejan la realidad política del día a día en la gerencia del Estado.

Pero la mayoría de la gente, el 55% dice que “no sabe” quién sería el sucesor o sucesora, y Murillo obtiene el 27%. Es decir, Ortega la ha proclamado como copresidenta y mucha gente dice que es la que ejerce el poder, pero no hay una mayoría que esté respaldando su papel. 

José Antonio Peraza:  El liderazgo de Rosario Murillo no es portentoso.  Ella más que todo es un técnico administrando el Estado de una manera muy autoritaria y vertical, eso todos lo sabemos. Y también refleja que no hay líderes sustitutos en el Frente Sandinista, lo único que queda es Rosario Murillo, porque es la que está día a día en la administración del Estado. 

Eliseo Núñez: La pregunta es: ¿quién podría subir? No es ¿quién quiere usted que asuma? O sea, son dos cosas totalmente distintas. Y ¿quién podría asumir? obviamente, Rosario tiene la mayor de las probabilidades y la gente coincide en eso. Entonces, por eso es que apuntó un 27%. No estamos hablando de simpatías, sino de probabilidades y las probabilidades indican eso, porque es la persona que se ha empeñado en generar ese liderazgo gubernamental y, aunque sea muy impopular, porque lo es, ella es la que tiene las riendas del Estado. Es normal que aparezca con el porcentaje más alto, así como es normal también que la mayoría de la gente no quiere responder, porque no le gustan cómo están las cosas en su gran mayoría. 

Eliseo Núñez y José Antonio Peraza.

Sobre este mismo tema CID Gallup preguntó: ¿qué pasaría ante una eventual ausencia de Ortega?, y las respuestas se dividen por partes iguales entre los que dicen, “habría elecciones con observación internacional” el 22%, dicen “no habría ningún cambio en el Gobierno”, otro 22% y 23%, dice “se generarían protestas sociales” aunque otra vez un 27% “no sabe y no responde”. 

Eliseo Núñez: El 23.5% de los sandinistas dice que habría elecciones, ellos saben que no ha habido elecciones. Un cuarto de los sandinistas saben eso y es interesante también que un 15.9% de ellos dice que habría protestas sociales. Es decir, si sumas, tenés casi un 40% de los sandinistas que saben de que se tiene que generar algún tipo de cambio. Eso puede dar un indicio de que hay bastante inconformidad interna en el Frente Sandinista. 

José Antonio Peraza: El tema de la sucesión es bien complejo, y definitivamente la elección al final va a ser la solución para destrabar el país. Todo el mundo está claro que en el momento en que Ortega desaparezca se va a iniciar un proceso que no sabemos en que va a terminar, pero que va a haber el inicio de un proceso de transición política que puede ser abortado, eso no cabe la menor duda, pero que sí va a generar cambios importantes en la forma y en la conducción del país, en lo que hemos visto en en los últimos 17 años. 

El rechazo a las confiscaciones

La encuesta también pregunta sobre las medidas de represión que el régimen ha adoptado contra opositores y ciudadanos. Los despojos de nacionalidad, los destierros, las confiscaciones que tienen un rechazo hasta del 55% de la población y un apoyo mínimo del 16%. Pero estas son las mismas políticas que ahora Ortega y Murillo quieren masificar con las reformas al Código Penal. 

Eliseo Núñez: Sí, Ortega sabe algo que ha  remarcado con sus acciones desde el 2018, él no necesita ser popular para gobernar. Él necesita 10 000 hombres o mujeres que quieran y estén dispuestos a morir y a matar por él, y eso es la Policía, el Ejército, esa gente que reprime y tortura. Entonces, este tipo de leyes, aunque no sean populares, es la manera de control social que tiene y ahora las está ocupando para meter también en miedo a su propia gente. 

Ortega está en un estado paranoico, pretende con esto reprimir a quienes estamos en el extranjero, pero también con esto pretende tener sujetos a quienes son opositores adentro de Nicaragua y a quienes son opositores en su propio partido. El ya tomó la decisión que la represión es su herramienta y lo que necesita es la fuerza. Él no necesita ni legitimidad ni legalidad alguna.

José Antonio Peraza: Ortega está en función de la sobrevivencia en el poder, no le interesa tener una buena imagen internacional, porque sabe que la perdió hace muchísimo tiempo.

Lo que llama profundamente la atención es que, un 55% dijo que no estaba de acuerdo con las confiscaciones y un 50% también estuvo en profundo desacuerdo con la desnacionalización, esos son dos elementos que para los nicaragüenses son bastante escandalosos. El tema de la propiedad privada mete una angustia tremenda a cualquier sector del país, esa inestabilidad y esa falta de confianza en las propiedad. Y un elemento muy importante es el tema de la desnacionalización.

Esos dos elementos, la gente no los acepta, son los que crean mayor angustia en la población nicaragüense con el modelo represivo que ha venido desarrollando Ortega para mantenerse en el poder. 

¿Cómo ven las opiniones de la población sobre los partidos políticos? El 80% dice que no tiene simpatía con ningún partido político y eso se ha mantenido así ya por un período prolongado. Y por el otro lado, el Frente Sandinista tiene una simpatía que está entre el 11 y el 12%. Sin embargo, ese vacío no lo llena ninguna fuerza política opositora. 

Eliseo Núñez: Es que no tenés lucha política dentro del país. Y a eso tenés que sumarle el desprestigio que se gana el Frente Sandinista día a día, y  también el hecho de que el partido sandinista como tal ha dejado de existir, lo que existe es la familia Ortega-Murillo.

En el caso de la oposición, está presente en Nicaragua en un grado muy tenue, y las organizaciones se mueven casi que en catacumbas. Sin embargo, existe la posibilidad de que surja un liderazgo que sea fuerte y que pueda y regarse dentro del sistema social nicaragüense. Pero eso no está ahí. Yo no miro eso como una posibilidad inmediata, pero evidentemente es algo en lo que se tiene que trabajar para poder empujar a Ortega hacia afuera. 

Jose Antonio Peraza: Algo interesante es el deterioro profundo que tiene la población sobre los partidos políticos a partir del 2016, y es lógico porque en el 2016 fue por primera vez que prácticamente de manera "legal" desaparecieron a la oposición y no le permitieron que se presentara y eliminaron la observación electoral. Eso demuestra que hay un vacío opositor porque está en el exilio y porque no tiene una fuerza política coherente. 

Yo estoy seguro que en la medida en que haya la conformación de una fuerza, un sujeto político que pueda representar a los descontentos, que posiblemente son más del 80%, esa fuerza política con un liderazgo medianamente aceptable tomaría una fuerza importante y podría perfilarse como un sujeto político que le dispute el poder a Ortega.

Lo que sí queda claro es la decadencia política en que está el partido Frente tres figuras: Daniel Ortega, Rosario Murillo, tomando una preponderancia importantísima por la ausencia de Ortega; y ahora Laureano Ortega, que está siendo promovido de manera intensa para que adquiera un liderazgo político que por propia irrigación no lo tiene. 

Cae el apoyo al FSLN

Esa simpatía por el Frente Sandinista entre un 11 y un 12% podría ser algo parecido a una especie de voto duro para el Frente Sandinista, pero tiende a crecer y llegar hasta cerca de un tercio del electorado cuando le preguntan a la gente si vamos por el camino correcto, 30% dice que sí, 32% aprueba la presidencia de Ortega, y ese mismo porcentaje tienen cierto optimismo en la situación económica para sus familias. 

Eliseo Núñez: Es normal que el partido esté por debajo de los liderazgos, eso suele suceder con mucha regularidad. Sin embargo, aquí hay un componente adicional y es que el partido en sí mismo ya no es el centro de la política, sino un clan familiar, y arrastra siempre a este porcentaje de población. Ese porcentaje de población, antes llegaba cerca del 40, y ahora se coloca alrededor del 30. 

Es decir,  si hay una pérdida neta del sandinismo en su conjunto, yo la miro como del 10% o el 12%.

Según esta encuesta, la preocupación dominante de la población está enfocada en torno a los problemas económicos, a la falta de empleo y al costo de la vida, a las afectaciones que todo esto tiene para las familias que no tienen optimismo en el futuro. 

José Antonio Peraza: Es evidente que hay un estancamiento de las posibilidades de la gente de sentir que en Nicaragua pueden desarrollar su vida, y eso se refleja en la cantidad de personas que te está diciendo que quiere emigrar, a pesar de que Nicaragua ha tenido un flujo de emigración en los últimos años, como en ningún momento de su historia, sin embargo, una cantidad importante de personas que quieren salir al ver que no tiene posibilidad de cambiar su realidad. 

Casi la mitad de la población en algún momento de los últimos tres meses o ha comido una sola vez en el día, o no ha comido. Eso demuestra una situación económica de desestímulo a seguir luchando dentro de Nicaragua que le presenta a la mayoría de los nicaragüenses un panorama verdaderamente oscuro para los próximos meses y años. Porque cuando el 50% de la población te dice que en los últimos tres meses alguien de su familia no comió durante un día, eso muestra unas condiciones terriblemente dramáticas. Y además hay otro dato importantísimo, en los últimos tres meses el deterioro en esa condición de no tener alimentación ha aumentado más de un 11% en menos de tres meses. 

¿Cómo valoran lo que dice la gente sobre la seguridad ciudadana? No aparece como uno de los principales problemas a la par de la situación socioeconómica y la corrupción política del Gobierno. Pero la mayoría de la gente dice que si ha sido víctima de un asalto en los últimos meses y esto viene incrementando. 

Eliseo Núñez: Sí, lo que pasa es que cuando vos lo ves en las encuestas no es un problema para la gente, pero cuando se le pregunta si ha sido víctima de un asalto, el porcentaje sale más alto. Y es que hay factores que han disparado eso, uno de ellos es la situación económica, cuando hay una situación económica desesperante también aumenta la delincuencia. Lo otro que lo ha aumentado son los 35.000 reos comunes que han mandado a la calle. Eso definitivamente va a aumentar la delincuencia. Ortega tiene una enorme responsabilidad en las bajas cifras de seguridad que está sintiendo la población. 

Solo el 9% apoya salida autoritaria

Hay una pregunta sobre cultura política donde el 50% de la gente dice que le da lo mismo si existe un régimen democrático o no. Pero por el otro lado,  solamente el 9% apoya y dice en algunas circunstancias la existencia de un gobierno autoritario. 

José Antonio Peraza:  Esto muestra las contradicciones de la cultura política nicaragüense. La visión de que la democracia es necesaria para que Nicaragua salga adelante ha ido creciendo, porque antes era menor. Sin embargo, hoy un porcentaje importante de la población, prácticamente el 50% que te está diciendo que lo que a ellos le interesa en el fondo, es tener medios de vida como sobrevivir y tener oportunidades él y su familia.

Si bien es cierto a un porcentaje importante de la gente la democracia, en términos abstractos, no le interesa de manera significativa, está claro que un régimen autoritario no está entre las prioridades de los nicaragüenses. Menos del 10% está diciendo de que esta sería la salida para Nicaragua.

Pero pareciera que hay una desconexión entre la preocupación mayoritaria por los problemas económicos, por la falta de salida de oportunidades en el país. Y por el otro lado, el Gobierno, que simplemente está enfocado en la represión, en su sobrevivencia y el vacío de la falta de presencia de una fuerza política democrática. 

Eliseo Núñez: Nicaragua hoy está por debajo de la media latinoamericana, en el barómetro en febrero de este año sacó una cifra que arrojaba arriba de 50% de simpatía por la democracia. Pero hablar de democracia en el país y decir yo estoy de acuerdo con la democracia es también sinónimo de estar en contra de Ortega, porque Ortega es el antidemocrático por antonomasia. Ese 9%, que va por la vía autoritaria, probablemente sea la base más dura del Frente Sandinista. El resto de los sandinistas no estarían en eso, aunque aceptan algunas cosas de Ortega, como el encarcelamiento (de los opositores) y otros temas adicionales. Pero en el tema de un gobierno autoritario la cifra está por debajo del 10%. 

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Carlos F. Chamorro

Carlos F. Chamorro

Periodista nicaragüense, exiliado en Costa Rica. Fundador y director de Confidencial y Esta Semana. Miembro del Consejo Rector de la Fundación Gabo. Ha sido Knight Fellow en la Universidad de Stanford (1997-1998) y profesor visitante en la Maestría de Periodismo de la Universidad de Berkeley, California (1998-1999). En mayo 2009, obtuvo el Premio a la Libertad de Expresión en Iberoamérica, de Casa América Cataluña (España). En octubre de 2010 recibió el Premio Maria Moors Cabot de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia en Nueva York. En 2021 obtuvo el Premio Ortega y Gasset por su trayectoria periodística.

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