23 de agosto 2024
La decisión del régimen que encabezan Daniel Ortega y Rosario Murillo, de cancelar la personería jurídica de 151 organizaciones gremiales, degradará aún más el clima empresarial, y afectará la atracción de nueva inversión extranjera. El aumento del riesgo país deteriora la imagen de Nicaragua como un lugar propicio para hacer negocios, dijeron a CONFIDENCIAL cinco profesionales que pidieron mantenerse en el anonimato.
El 22 de agosto de 2024, el Ministerio del Interior publicó el Acuerdo Ministerial 39-2024-OSFL, publicado en el Diario Oficial La Gaceta, que cercenó lo que quedaba del ecosistema gremial del país, incluyendo varias cámaras empresariales binacionales (la estadounidense AmCham, así como la española, alemana, francesa, italiana, costarricense, uruguaya, mexicana y panameña), más decenas de entidades departamentales agrícolas, comerciales, industriales, forestales, ganaderas, etc.
Cerrar todas esas cámaras empresariales -en especial, las binacionales- “es un mensaje totalmente negativo para la inversión extranjera y la seguridad jurídica, porque ¿qué confianza va a tener un inversionista para invertir en un país donde ni siquiera se permite a los empresarios organizarse y asociarse para impulsar sus negocios? Es una señal totalmente contraria a la pretensión del Gobierno de captar inversión extranjera, a menos que solo quieran inversión china, rusa, iraní”, dijo la expresidenta de una cámara afiliada al extinto Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep)
“Lo que me sorprende es que hubieran esperado tanto desde que eliminaron las cámaras empresariales, y en especial, que tardaran tanto en prohibir las cámaras binacionales. ¡Es que las cerraron a toditas! Las europeas, las centroamericanas regionales…”, añadió.
“Van a acabar con toda forma de organización porque saben que es un medio de captar recursos que se escapan a su control. Van a erradicar todo resabio de lo que pueda significar autonomía, independencia, algún grado de libertad. Van a aniquilar cualquier posibilidad”, añadió la exdirectiva de otra cámara que también fue ilegalizada.
El tema del autoritarismo también está presente en la opinión que compartió un profesional que trabajaba para otra de esas cámaras empresariales, al señalar que “básicamente hay un mensaje bien claro, y es que el Gobierno no admite ningún espacio que escape a su control, aunque no sea de orden político, y eso se ha visto reflejado en las publicaciones más recientes, donde cierran cienes de organizaciones, desde religiosas hasta empresariales”.
Negocios, represión y coimas
Si de cara a la nación se reafirma una decisión de manejar las riendas del país consolidando el totalitarismo y la intolerancia que los nicaragüenses ya conocen, de cara a la comunidad de inversionistas se envía un mensaje equivocado que dice ‘si quieren hacer negocios, hablen conmigo’.
La exdirectiva opina que a partir de este jueves, cualquiera que quiera invertir en Nicaragua, pensará “ahí ni me meto, porque si no tengo argolla con el Gobierno, si no soy de los pocos privilegiados que tienen la venia para generar riqueza, no voy para ningún lado”. Lo dice asegurando que en el país se ha establecido un modelo en el que “al que está conmigo y me deja hacer como yo quiero, le garantizo generarse riqueza”.
De todos modos, advierte que tampoco es que la estabilidad esté garantizada, porque “si quieren, le meten un zarpazo con algún tema de impuestos, de bienes inmuebles, un reparo, etcétera”. Si bien lo define como un ‘comé y comamos’, valora que en ese círculo “solo caben sus aliados, y yo no creo que haya alguien tan valiente y tan irresponsable, que quiera perder su plata en ese sistema de compadrazgo y sometimiento”.
Al eliminar los últimos vestigios de asociatividad en el país, “probablemente veamos algunos grupos de empresarios sandinistas abriendo nuevas organizaciones acogiéndose a la legislación que están promoviendo, pero ahí habrá solo gente afín al régimen, dispuesta a hacer negocios al amparo de tráfico de influencias, corrupción, etcétera”, dijo la expresidenta.
La situación planteada incrementa el nivel de riesgo porque eleva la inseguridad jurídica, a la vez que “dificulta la posibilidad de converger en espacios de naturaleza empresarial en los cuales poder discutir responsablemente circunstancias o casos, y dificulta poder llevar mensajes en forma unificada a la sociedad y a las autoridades, que podrían usarlos como insumo no solamente técnico y estadístico, sino también para valorar la estabilidad que el país necesita”, dijo el profesional.
Su criterio es que independientemente de cómo se aborde la decisión de cerrar la Cámara Americana, el resultado es una afectación a la imagen del país, con todo lo que eso conlleva.
Ese daño es aún mayor, pues “esto es un retroceso de la organización de la sociedad civil. Están copiando el modelo chino, que busca desarrollo económico, con cero libertades”, dice la exejecutiva, añadiendo que ese modelo no es funcional, “porque la economía se desarrolla cuando hay libertad para contratar, para asociarse, para pensar, pero si seguimos así, vamos a quedar con ese modelo de ‘mucho para pocos’, amenazando con cortale la mano al que la levante para protestar, buscando garantizarse 65 años en el poder, como en Cuba”.
Deshilachando el tejido productivo
Un antiguo asesor de oenegés sectoriales opina desde el exilio que estas decisiones tendrán un efecto negativo sobre varios rubros de la economía, “porque no hay liderazgo” de parte de un Gobierno que ya era incapaz, “y peor ahora que las instituciones están tan politizadas”, reflexionó.
Explica que esa carencia de liderazgo que también se observó en Gobiernos pretéritos, incentivó el surgimiento y consolidación de muchas oenegés que suplían ese liderazgo cuando fomentaban actividades económicas, sociales, gremiales, “y eso tiene impacto en la producción”.
La Constitución concede al Gobierno el papel de institución rectora, encargada de liderar sectores productivos, sociales y económicos. “Lo que pasa es que estos ven todo político, ideológico, negativo... y piensan que las organizaciones pueden minar su capacidad de permanencia en el Gobierno”, contrastó.
Opina que al cesar la comunicación entre los líderes gremiales y las autoridades del Banco Central, el Ministerio de Hacienda, o de Agricultura, el Gobierno cayó en la tentación de “inventar cifras”, y “falsear la realidad”, aunque admite que esa falta de información “se puede suplir con encuestas que pueden encargar, pero no es lo mismo que contar con los datos de los gremios productivos”.
La comunicación existente entre entidades públicas y privadas permitía plantear los problemas, y esperar que hubiera buena voluntad para resolverlos. “Todos esos elementos ayudaron a atraer inversiones, sobre todo las de pequeña escala. La ausencia de liderazgo de los Gobiernos anteriores, y peor la de este Gobierno, afectará más la actividad económica de los sectores productivos”, valoró.
Al profundizar en el efecto de esas medidas opina que “tienen un efecto gravísimo en la sociedad y sobre todo en los sectores sociales y productivos del país”, porque al eliminar esos organismos se destruye el lazo de comunicación entre los sectores sociales y productivos (especialmente medianos y pequeños) con el Gobierno, que servían para mejorar y perfeccionar políticas sectoriales, ante las fallas de liderazgo de las instituciones oficiales.