20 de agosto 2024
Nicaragua tiene previsto destinar en 2024 unos 22 508 millones de córdobas —casi 615 millones de dólares— para abonar a la deuda pública total del país, que sumaba 10 097 millones de dólares al cierre de 2023, según datos disponibles en los sitios web del Banco Central de Nicaragua (BCN), y del Ministerio de Hacienda y Crédito Público (MHCP).
La partida presupuestaria destinada a pagar intereses, comisiones, y abonar al principal de la deuda pública, es la segunda de mayor importancia para este año, después de los 23 356 millones de córdobas asignados el Ministerio de Salud, aunque sí supera al monto destinado al Ministerio de Educación (17 214 millones), así como al de Transporte e Infraestructura, al que se le asignaron 13 922 millones.
En la Ley de Presupuesto Anual enviada a la Asamblea Nacional para su aprobación, el MHCP declara que “en cuanto al servicio de amortización de la deuda pública, este proyecto de presupuesto 2024 contempla un monto de 22 507.6 millones de córdobas, de conformidad con los compromisos de cumplir oportunamente con las obligaciones contractuales tanto con los acreedores externos como internos”.
En el detalle se especifica que poco más de dos tercios de esa suma (15 241.2 millones de córdobas, equivalente a 416.2 millones de dólares) se destinarán para abonar a la deuda externa, “principalmente a organismos multilaterales”, mientras los restantes 7266.4 millones (unos 198.4 millones de dólares), se usarán para disminuir la deuda interna “en gran parte para pago de bonos de la República de Nicaragua”.
1418 millones de dólares en abonos
Dado que es normal que las economías en desarrollo contraten deuda para financiar sus gastos, el economista Juan Sebastián Chamorro señala que si bien es imposible analizar la eficiencia del gasto sin elementos técnicos, hay una cosa que no cambia, y es el hecho que “quien paga todo esto son las futuras generaciones”, lo que ilustra la importancia de que se fortalezca el Sistema Nacional de Inversiones Públicas, y que sus observaciones sean escuchadas.
Si bien la deuda pública total tuvo un crecimiento de 2927 millones de dólares (41%), entre 2019 y 2023, ese incremento es apenas significativo al medirlo como porcentaje del PIB: si en 2019, la deuda equivalía al 56.4% del producto interno bruto, la deuda registrada al cierre de 2023 solo representaba el 56.6% del PIB, gracias al crecimiento del mismo.
Mientras crecían los montos de la deuda pública nicaragüense, también lo hacía el monto de recursos que el Estado debía destinar para honrar esa deuda. El Informe de Deuda Pública del IV Trimestre 2023, elaborado por el Ministerio de Hacienda, muestra cómo en los primeros tres años de esta década, se han tenido que destinar 1418 millones de dólares para abonar a esa deuda.
Un poco más de 908 millones de dólares sirvieron para abonar al capital, pero los restantes 510 millones fueron las ganancias que obtuvieron los prestamistas en concepto de intereses y comisiones… y la cifra crece todos los años: si en 2021 hubo que abonar 259.3 millones de dólares al capital y se pagaron 116 millones en concepto de intereses y comisiones, ambas sumas subieron hasta los 354.3 y 251.7 millones (36.6% y 117% respectivamente).
Deuda pública de Nicaragua más cara
“El problema es que tuvimos que sustituir el financiamiento que conseguíamos con el BID y con el Banco Mundial a tasas preferenciales del 1% y el 2%, con los préstamos del BCIE, pautados con tasas del 6.5% anual”, dijo a CONFIDENCIAL el gerente de una empresa del sector alimenticio que opera en el país.
Al escuchar los discursos y leer los informes oficiales, concluye que “se le está dando la espalda a la cooperación de Estados Unidos y Europa Occidental, pero no han logrado sustituirla. Ni siquiera han podido sustituir la cooperación taiwanesa, mientras que lo que dan China y Rusia son préstamos. Los chinos no te regalan nada”, sentenció.
“China no se caracteriza por ser un prestamista de orden social. Ellos son muy extractivos. Lo más extractivo que hay”, indica Chamorro. El pragmatismo chino les lleva a concentrarse en garantizar el pago de los préstamos que, de todos modos, tienen tasas de interés más altas que las del Banco Mundial o el Banco Interamericano de Desarrollo, “pero eso es lo que le ha quedado a la dictadura”, explica.
El experto hace una observación adicional: la obligatoriedad de que los proyectos deban ser ejecutados por contratistas chinos sin que medie un proceso competitivo que permita elegir al mejor, buscando una ejecución más eficiente de la inversión pública, sino que “simplemente consiguen contratistas que trabajan para estos Estados, y parte del endeudamiento termina en los bolsillos de estos contratistas en general”.
Chamorro aclara que no aboga porque forzosamente tengan que ser contratistas nacionales los que hagan los proyectos, sino que debería haber un proceso competitivo que tabule la calidad y los costos de ejecución de la obra “y ahí sí pueden entrar consorcios nacionales y extranjeros, pero me parece un contrasentido que vengan las empresas ya seleccionadas, para ejecutar préstamos que tendrá que pagar Nicaragua”, indicó.
Al cierre del primer trimestre de 2024, a pesar que se habían pagado 164.4 millones de dólares a los prestamistas externos, la deuda pública total había subido hasta los 10 287 millones, según el Informe de Deuda Pública del primer trimestre de 2024. En ese mismo período “el Gobierno de Nicaragua contrató tres préstamos externos con proveedores por un monto total de US$429.0 millones”. Todos con China.