16 de agosto 2024
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En la Diócesis de Matagalpa solo han quedado 13 de los 71 sacerdotes que cumplían su misión pastoral en el departamento norteño, reveló la abogada e investigadora, Martha Patricia Molina, quien apunta a la “saña” y “persecución” de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo como los motivos de esa situación.
Los 13 sacerdotes han tenido que apoyarse en nueve religiosos de otras diócesis para atender a unos “615 685 files bautizados, que se encuentran distribuidos en 6804 kilómetros cuadrados”, destacó Molina, que este jueves presentó la quinta entrega del informe “Nicaragua: ¿Una Iglesia perseguida?”.
La investigadora señaló que en el clero católico hay temor de ser enviados a esta diócesis porque saben que “podrían ser arbitrariamente detenidos únicamente por llegar a esta diócesis a apoyar la labor pastoral que en este momento ha sido extremadamente afectada”.
La saña en contra de la Iglesia católica ha provocado que un sinnúmero de parroquias estén cerradas o sean dirigidas por laicos ante la falta de sacerdotes. Sin embargo, estos también están sufriendo represión.
“En este momento se está prohibiendo a los delegados de la palabra que celebren la palabra, porque como no hay sacerdote en la zona, son los laicos quienes están asumiendo ciertos roles, como celebrar la palabra o visitar a los enfermos para entregarles la comunión”, detalló.
Además, los sacerdotes que permanecen en el país están bajo vigilancia extrema de la Policía Nacional. En lo que va de 2024, hubo “al menos 15 profanaciones, pero las parroquias han decidido no reportarlas por temor a la Policía, que siempre llega a amenazar porque no quieren que se publique nada”, afirmó la abogada penalista.
La Arquidiócesis de Managua, que incluye los departamentos de Managua, Masaya y Carazo, es la que más hostilidades por parte de la dictadura ha recibido, con un total de 294.
En segundo lugar, se encuentra la Diócesis de Matagalpa con 162 agresiones y la de Estelí con 72. Ambas diócesis están a cargo del obispo Rolando José Álvarez, desterrado al Vaticano en enero de 2024 después de permanecer más de un año como preso político de la dictadura.
Asfixia económica contra la Iglesia católica
Las pérdidas económicas que ha dejado la represión contra la Iglesia católica es incalculable, dijo Molina. Estas incluyen las confiscaciones de propiedades, el congelamiento de cuentas bancarias y también el fondo del seguro sacerdotal.
La dictadura ordenó el congelamiento de cuentas a la Iglesia católica desde mayo de 2023, cuando abrió una investigación por un supuesto caso de lavado de activos.
“Está el aporte que entregan las más de 400 parroquias que existen en Nicaragua. También, las donaciones de nosotros los laicos, las donaciones que se dan en los días especiales. Es un valor incalculable y tampoco la Iglesia ha expresado qué cantidad de dinero tenía guardado”, detalló.
La asfixia económica, según la investigadora, provocará que algunas instituciones, como las casas de formación sacerdotal, desaparezcan. “Los seminaristas viven en las casas de formación, allí se alimentan, y si no hay un movimiento de efectivo en algún momento no van a tener ni para pagar los servicios básicos”, advirtió.
Subrayó que no solo los fieles católicos son afectados, ya que la Iglesia tiene obras y proyectos sociales para toda la población, como comedores y lugares de formación infantil.
Obispos cercanos al régimen niegan cartas a desterrados
De acuerdo con el informe, unos 245 religiosos han sido expulsados de Nicaragua en los últimos dos años. De estos, 154 son hombres, entre ellos un nuncio, tres obispos, tres diáconos, 11 seminaristas y 136 sacerdotes. Las 91 mujeres restantes son monjas o religiosas.
Más del 95 % de los religiosos exiliados continúan su misión pastoral en diferentes países que les han brindado su apoyo. Sin embargo, a varios de ellos se les ha dificultado ejercer su ministerio sacerdotal porque sus obispos se han negado a entregarles una carta para que sean aceptados en otras diócesis fuera de Nicaragua.
“El argumento es que se fueron sin autorización y que tenían que quedarse a pesar de que eran asediados y amenazados de muerte. Algunos sacerdotes han comentado en privado que esta negativa se debe a la cercanía de algunos obispos con la pareja dictatorial Ortega-Murillo”, denunció Molina.
Durante el primer semestre de 2024 se han documentado 41 exilios de sacerdotes y religiosos.
Crece el número de prohibiciones a actividades religiosas
Desde 2019, la dictadura Ortega-Murillo ha ordenado la prohibición de una 9688 procesiones y actividades religiosas. De 2019 a 2022 las restricciones fueron esporádicas. Sin embargo, de 2023 a la fecha son masivas.
“Los clérigos se han adaptado a esta nueva forma de represión de parte de la dictadura Ortega-Murillo y han cambiado la manera en que realizan las actividades haciendo un llamado a los laicos a que desarrollen las actividades a lo interno de los templos con recogimiento y oración”, sostuvo.
La autora también reveló que hay 14 congregaciones religiosas de monjas que han sido afectadas y vulneradas por la dictadura. “La mayoría de ellas fueron expulsadas de manera parcial o total de Nicaragua”, pero solo se conoce públicamente los casos de siete de ellas.
“Ellas se oponen a denunciar públicamente porque han sido las órdenes que han recibido de sus superioras. Esta actitud las deja en estado de vulnerabilidad”, indicó.
Alertó que los países, donde han ido a prestar sus servicios, les piden documentación que la dictadura les niega, por lo cual no pueden regularizar su estatus migratorio.
