31 de julio 2024
Son diez patrullas repletas de policías. Gritan, entran a la fuerza y me llevan llorando. Mi familia sin comprender qué hice me observa desesperada. Pero no. No es real. Es solo la terrible pesadilla que se repite desde hace casi tres años. Desde que tuve que dejar Nicaragua y exiliarme para evitar que la pesadilla se convirtiera en realidad.
Pero aún sueño. Aún temo. Aún me preocupo por quienes dejé atrás. Y aún debo lidiar con este latido acelerado cada vez que los periodistas o quienes un día ejercieron periodismo, son perseguidos, expulsados o encarcelados en Nicaragua.
— "Hice bien en irme"—, me digo cada vez.
Vivir en el exilio es un reto. Y seguir reportando lo que sucede en Nicaragua, desde afuera, es un reto aún más grande. Pero es la realidad en la que trabaja todo el equipo de CONFIDENCIAL. Haciendo lo posible por contactar fuentes dentro y fuera del territorio nicaragüense, que brinden información confiable y de primera mano, aún bajo temor. Para seguir haciendo periodismo independiente, a la vez que buscamos formas de sostenernos como un medio de comunicación en el exilio.
Al terminar el mes de julio, no puedo evitar sentirme cercana a la más reciente persecución del régimen. Porque hace tres años, también sentí de cerca la realidad que ahora viven muchos. Y en meses como este revivo sin querer aquel 7 de julio. Y vuelvo a recorrer el día que un “policía” llegó a "preguntar por mí" a la puerta de mi casa. Y siento otra vez el mismo miedo. Y me pregunto nuevamente: “qué hice”. Simplemente soñé con ver mi nombre impreso junto a un reporte escrito por mí. Solo deseé tener una profesión que me llenara de orgullo. Solo quise ser periodista. Y por ser periodista soy el "enemigo".
“Enemigos de la humanidad”
Ni siquiera tuve el “nombre” más notable. Y tampoco fueron muchas las “portadas” ni “grandes reportajes” que firmé. Pero hoy, tres años después que dejé mi patria y salí a la nada, Rosario Murillo repite la rutina del “mes de la Revolución”: Inicia con discursos amenazantes y termina con más periodistas expulsados, encarcelados o desaparecidos. Y no le basta. Julio de 2024 también termina con más sacerdotes perseguidos, más oenegés canceladas y más trabajadores del Estado del Poder Judicial, la Cancillería, Alcaldías e incluso altos mandos militares presos o "purgados".
Para el régimen los periodistas somos "enemigos de la humanidad". "Entre esos enemigos de la humanidad están los traidores y cobardes, los que le fallaron a su pueblo (….) los que vendieron a su patria", dijo Murillo en su discurso del mediodía, el 18 de julio de 2024. Y no solo se refiere a periodistas. Así ve ve Rosario Murillo a todos los que salimos al exilio escapando de su persecución o intentando seguir contando la verdad.
Pero “la esperanza es lo último que se pierde", me digo. O es lo último que deberíamos perder. Porque aunque vuelva a mí esa pesadilla recurrente en la que policías me encarcelan por ser periodista, también me esfuerzo por sostener el sueño de algún día volver. Y aunque mientras exista la dictadura ese sueño de volver se aleja, confío en que llegará el momento de ver renacer la democracia en Nicaragua.
Sé que para volver a ver una Nicaragua sin dictadura, debemos seguir reportando las arbitrariedades, los crímenes y el alto estado de terror que los Ortega-Murillo tienen impuesto. Por eso sigo trabajando en CONFIDENCIAL, aún en el exilio. Y por eso intento hacerle ver a quien puedo lo importante que es el aporte de nuestros lectores. Que ahora son una de las pocas formas que nos quedan para que el periodismo independiente siga existiendo.
*Oficial de Fidelización de Audiencias de CONFIDENCIAL.