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Venezuela votará el 28J entre la esperanza del cambio y la campaña de miedo del chavismo

Maryhen Jiménez: Múltiples desafíos de la transición democrática: “consensos, coordinación, participación, no subestimar al adversario”

Simpatizantes de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD) asisten a un acto de campaña en Maracaibo, Venezuela. Foto: EFE/ Luis Carlos Sánchez

Carlos F. Chamorro

25 de julio 2024

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A cuatro días de las elecciones del domingo 28 de julio, los electores de Venezuela se debaten entre “la esperanza del cambio” que propone el candidato unitario de la oposición Edmundo González, y la campaña del “miedo” que promueve el presidente Nicolás Maduro quien vaticina que habrá “un baño de sangre”, si el chavismo no gana en las urnas de forma contundente.

Y aunque todas las encuestas presentan como favorito a González sobre Maduro, con un margen de ventaja entre 20 y 30 puntos, la atención de los observadores está centrada sobre las “trampas electorales” que promueve el chavismo, amparado en su control político del Consejo Nacional Electoral, para desestimular la participación ciudadana e incentivar el voto nulo.

La politóloga Maryhen Jiménez, investigadora de la Universidad de Oxford, experta en regímenes autoritarios, considera que “lo importante es la participación masiva de la sociedad venezolana, siempre y cuando la diferencia de votos, sea importante. y sobre todo, tener acta en mano, los testigos que puedan dar fe de lo que ocurrió y tener pruebas de la voluntad de la sociedad venezolana ese día”.

En caso de que se confirmen las proyecciones de las encuestas, Jiménez vaticina un proceso de transición democrática con múltiples desafíos para la oposición que se convertiría en Gobierno: “Construir consensos y acuerdos, promover la cooperación entre los actores políticos, reconocer en la transición la participación de la sociedad civil, y sobre todo no subestimar al adversario que continuará teniendo importantes cuotas de poder. Esos procesos son frágiles, y el mayor desafío del nuevo Gobierno será reducir la incertidumbre”, concluyó.


Hoy se cierra la campaña electoral en Venezuela y hasta este momento, a pesar de haber sido una campaña totalmente desequilibrada a favor del régimen, todas las encuestas le otorgan una ventaja considerable al candidato opositor Edmundo González sobre el presidente Nicolás Maduro. ¿Qué significan estas proyecciones electorales?

Ha sido una campaña desigual en un contexto autoritario. Es la campaña menos competitiva, desde 1999 en que la oposición se ha enfrentado a una serie de obstáculos. Por ejemplo, no ha tenido acceso a medios de comunicación, a radio, a televisión, tiene muy escasos recursos para desplazarse, para llegar a las comunidades. Hay mucho hostigamiento, pero han logrado sobreponerse a todos estos obstáculos, pasando también por la inhabilitación de la ganadora de la primaria que fue María Corina Machado, y ha logrado catapultar ese entusiasmo y traspasarlo a Edmundo González Urrutia, que ahora es el candidato de la Plataforma Unitaria.

La primera preferencia la tiene Edmundo González Urrutia, es por el deseo de cambio en Venezuela en todos los sectores. Incluso los chavistas descontentos, cuando vemos las encuestas serias en Venezuela indican que desean un cambio.

La incertidumbre también se vive con una esperanza de una de una posible transición hacia otro tipo de sistema político, con las posibilidades de una mejora en la calidad de vida y las posibilidades también del retorno de muchos familiares que se han visto forzados a migrar. Ese ha sido el fuerte de la campaña opositora, la oferta de mejoría, calidad de vida y también, el regreso de familiares (cuyo éxodo) ha generado grietas y un dolor muy fuerte en la sociedad venezolana. 

El candidato a la presidencia de Venezuela, Edmundo González (der.), y la líder opositora venezolana María Corina Machado, saludan a seguidores en un acto de campaña en Puerto La Cruz. Foto: EFE/ Miguel Gutiérrez

Sin embargo, también ha sido una gran sorpresa que el chavismo haya permitido el avance de esta campaña. A pesar de estas restricciones, en el bando del chavismo hay seguridad de que hay otros números según ellos, le favorecen a Nicolás Maduro y por ello han permitido que avance el proceso electoral. Pero según entendemos, esos números están basados en la estimación del número de personas que realmente van a votar el domingo 28, después del efecto que podrían tener en el voto opositor algunas de las trampas para impedir la votación, ¿se puede estimar cuál puede ser el impacto de estas “trampas electorales” para afectar la votación?

Hay un marco de negociación que si bien se ha incumplido y también ha estado en receso, es un marco, y por eso también se dieron las primarias. el año pasado como parte de esa negociación. Los actores internacionales han jugado un papel y se ha mantenido hasta hoy la candidatura de Edmundo González Urrutia en la casilla de la Mesa de la Unidad Democrática.

El Gobierno ha hecho una campaña y mantiene un discurso de victoria. Voceros del Gobierno sostienen que el pueblo venezolano va a celebrar la victoria junto al candidato del Gobierno, al mismo tiempo que todas las encuestas dicen lo contrario. De aquí a la elección, el Gobierno va a incrementar la intimidación en múltiples sentidos para provocar una posible abstención que pueda desfavorecer al candidato opositor, y tratar de intimidar a los testigos (fiscales) de la oposición. En la combinación de esos dos elementos piensa el Gobierno que eso puede tener un cambio en el destino de lo que han venido recogiendo las encuestas. 

Y por eso es tan importante el trabajo que ha venido haciendo la sociedad civil venezolana y el liderazgo opositor de redoblar los esfuerzos de los testigos, no solamente las personas que van a estar sentadas en las mesas, sino toda una red de apoyo a los testigos para que puedan pues estar presentes, tener hidratación, comida y también esa sensación de estar acompañados en ese día que va muy largo de tensión.

Sin embargo, las últimas encuestas más serias hablan de un margen de 24 a 26 puntos de diferencia, es una cifra realmente difícil de revertir. Pareciera que la sociedad venezolana está encaminada hacia el deseo de un cambio en todos los sectores, no solamente el votante opositor tradicional, sino también ese chavismo descontento que está padeciendo igualmente la crisis social, económica y política.

Participación electoral, testigos y observadores internacionales

¿Qué capacidad pueden tener los observadores internacionales del Centro Carter, que son los únicos observadores internacionales independientes, acreditados y estos testigos de la oposición, para detectar un fraude o anomalías? Para empezar, ¿cuántos testigos o fiscales de la oposición en este momento han sido acreditados?

La oposición en los últimos días ha hablado de tener cobertura en las mesas de un 99%, este sería el más alto porcentaje que habría logrado en todos los procesos electorales. Lo importante es que eso se materialice el día de la elección, es decir, que todos los testigos vayan a sus mesas y estén conscientes de cómo actuar. Ahí debería haber un manual de qué hacer, un protocolo de pasos a dar. La oposición ha hablado de que los centros no deben estar solos, sino que la gente debe salir a los centros para estar presente en el conteo de los votos.

Sobre el rol del Centro Carter, sabemos de la literatura existente que la observación internacional puede favorecer la participación, porque la gente tiene una percepción de que hay alguien que está observando. A mí me parece valioso que estén. Evidentemente, hubiese sido importante que también una misión de observación electoral de la Unión Europea hubiese asistido no para dar más fortaleza al proceso. Y lo más importante es esa articulación y comunicación con todos los actores, cuando venga la tensión. Es importante tener actores que hayan observado el proceso y que puedan dar fe sobre lo que lo que ocurrió. 

Si el chavismo tiene la seguridad de que va a ganar Nicolás Maduro, ¿cómo se deben interpretar entonces las amenazas de Maduro, de que habrá un “baño de sangre” o una “guerra civil” si pierden la elección? Estas declaraciones provocaron incluso una advertencia contra Maduro del presidente Lula, en el sentido de que debe estar preparado para aceptar el resultado electoral. 

Esa es una estrategia de tratar intimidar a los votantes opositores, y a un amplio margen de votantes que están convencidos de ir a votar. Hay un cambio importante en la sociedad venezolana que impone, de hecho, a sus élites la ruta electoral y pacífica, como mecanismo de transformación del conflicto que ha venido viviendo. La propia sociedad piensa que es agente de cambio, que es a través del voto y a través de ellos mismos que se pueda lograr el cambio. 

Entonces, un autócrata que ha venido perdiendo el apoyo popular, pues tiene que hacer todo lo contrario a esa voluntad de cambio. Y ese tipo de mensajes van dirigidos hacia esos sectores para que se desmovilicen, para que sientan incertidumbre. Vamos a saber si tuvo efecto o no el día de la elección, y vamos a saber también mediante el reporte que van a hacer periodistas, sociedad civil cómo ha sido la participación.

La campaña del Gobierno ha sido de miedo basado en el ataque del opositor. Mientras tanto, la campaña de la oposición ha sido de esperanza y expectativa de cambio. Es una lucha desigual, pero ya no es un Gobierno de masas, en algún momento (Hugo) Chávez tenía grandísimos apoyos, era un movimiento de masas. Hoy en día tratan de imponer la identidad chavista a chavistas descontentos, hay riesgos en obligar a alguien a ser chavista, que es lo que se ha intentado también en esta campaña para cerrar filas. Puede tener un back fire effect, puede ir en contra del mismo Gobierno porque puede que movilice a la oposición. 

El Ejército bolivariano, que a lo largo de todos estos años se ha convertido en una institución políticamente comprometida y alineada con el chavismo, en una situación de controversia por el resultado electoral ¿podrían apoyar un arbitraje imparcial o ya están totalmente alineados con Nicolás Maduro? 

Los mensajes públicos han sido para hacer ver que hay una cohesión, un apoyo indiscutible hacia el proyecto del Gobierno. Sin embargo, es posible también, aunque suene irreal, que también se reconozcan los resultados electorales si partimos también de otras realidades en otros países, eso también ha ocurrido en Chile (1988), y en Nicaragua (1990) también se respetó el resultado electoral. Entonces, lo importante es la participación masiva de la sociedad venezolana, siempre y cuando la brecha, la diferencia de votos, sea importante, y sobre todo, tener acta en mano, los testigos que puedan dar fe de lo que ocurrió y tener pruebas de la voluntad de la sociedad venezolana ese día. 

Los desafíos de la transición democrática

En caso de que la oposición logre acreditar una victoria electoral por ese margen, que estás mencionando, ¿cuáles serían los principales desafíos en una transición democrática para Edmundo González, candidato que sería el presidente, de una coalición electoral que lidera María Corina Machado? 

Vienen múltiples retos, son 25 años que la oposición ha estado fuera de Miraflores, tiene limitaciones en cuanto al conocimiento del estado real de las instituciones por dentro. Va a haber un espacio importante de aprendizaje y sobre todo la necesidad de reformas institucionales y políticas públicas. Para poder reinstitucionalizar al país y para poder aliviar la situación de la vida misma de la sociedad venezolana, se necesitan construir grandes consensos.

Y para eso es importante la coordinación de estos factores que hoy son oposición, pero ante una eventual victoria sería un nuevo Gobierno, para tratar de mantenerse coordinados. Y esto es importante porque los actores políticos están siempre en el dilema de competencia-coordinación. 

Es posible que algunas élites quieran una reconfiguración de actores inmediatos, pero resulta que si una sola fuerza logra imponerse sobre los demás, esos acuerdos pudieran no ser sostenibles en el tiempo. Entonces, es importante construir esos consensos. En segundo lugar, me parece importante que un nuevo Gobierno y quienes lo representan entiendan también los cambios en la propia sociedad venezolana. La última propuesta democrática que se hizo en 1958 vino de las élites hacia la sociedad, hoy en día la sociedad venezolana es distinta, tiene ocho millones de personas fuera, se ha socializado en otros contextos, ha estado expuesta a otras ideas, incluso la propia sociedad es partícipe, se ve como arquitecto de su propio destino, de hecho, ha llevado adelante esta campaña por sí sola, financiando su propio viaje para ver a María Corina y a Edmundo González, y lo mismo lo va a hacer el día de la elección. Entonces, en vez de hacer una nueva democracia tutelada, es importante tomar en cuenta y hacer partícipe a la propia sociedad de este proceso de transición.

Y un último punto, la no subestimación del adversario o del Gobierno (chavista) algunas personas pudieran pensar que si pierde la elección el chavismo estaría acabado de por vida. Hay que ser un poco más cautelosos, el Gobierno va a mantener la Asamblea Nacional por un tiempo, va a mantener alcaldías, gobernaciones, tiene control de otras instituciones. Entonces, pensar esas nuevas relaciones de poder, no subestimando el poder que pueden tener estos actores, también va a ser clave y sobre todo si se desea una nueva democracia sin reversión al autoritarismo. Estos procesos son frágiles, son de mucha incertidumbre, tratar de reducirla va a ser el trabajo más importante de un nuevo Gobierno. 

Vista de una valla con propaganda del presidente de Venezuela y candidato a la reelección, Nicolás Maduro. Foto: EFE/ Miguel Gutiérrez

Edmundo González sería el presidente de la república, pero María Corina Machado seguiría siendo la líder política de esta coalición y de esta transición. ¿Cómo es el equilibrio de poder entre ambos?

A ella le hicieron esa pregunta en una reciente entrevista y respondió: El presidente de Venezuela será Edmundo González Urrutia. Y ha dicho también que va a servir a Venezuela en el lugar que le corresponda. Es decir, ahí vemos un desprendimiento y un entendimiento de que un nuevo presidente es el nuevo Ejecutivo. Pienso que también que ella, como ahora tiene un apoyo popular muy importante, pues también puede tratar de tener influencia y debe tener una nueva influencia en un nuevo Gobierno. Lo logró a pulso y supongo que también trabajará en múltiples niveles para consolidar y tratar de que se legalice ese movimiento, y participar en nuevas elecciones. 

Si va a ser parte del Gobierno en una figura oficial, no te puedo decir. Lo que sí creo es que María Corina (Machado) entendió que puede ganar elecciones, que puede mover la fibra de la sociedad venezolana. Imagino que irá hacia la institucionalización de esos vínculos que construyó con la sociedad desde su victoria en la primaria el año pasado. 

Por último, veamos la otra cara de la moneda, en caso de que se imponga una victoria amañada del chavismo, ¿qué impacto tendría esto en en el futuro de Venezuela? ¿se estabiliza el régimen de Nicolás Maduro? ¿continuaría el éxodo, puede haber alguna otra forma de transición?

Si el Gobierno logra imponerse de entrada, es una mala señal para la sociedad venezolana que tiene ese deseo de cambio y necesita mejorar su calidad de vida. El sufrimiento de un alto porcentaje de la población se va a alargar. Por otro lado, también va a aumentar o continuar la migración de una parte de la sociedad. Pudiéramos pensar que es insostenible imponerse con apoyos muy escasos.

También se pueden abrir en un futuro nuevas negociaciones, porque vienen nuevas elecciones en el año 2025 parlamentarias y regionales. Entonces, yo veo todavía posibilidades de presionar al Gobierno para que evite cerrarse más. Evidentemente, un mayor cierre siempre es posible. Ahora, es importante decir, en contraste con otras sociedades que no pudieron resistir ante la voluntad del autócrata de cerrarse por completo, que en Venezuela todavía la oposición tiene capacidades de enfrentarse y  ponerle un poco freno al autócrata.

Entonces, hay múltiples escenarios de los que hemos hablado, pero yo no descarto la posibilidad de que aún el Gobierno imponiéndose, puedan haber diferentes oportunidades para la oposición en un futuro próximo.

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Carlos F. Chamorro

Carlos F. Chamorro

Periodista nicaragüense, exiliado en Costa Rica. Fundador y director de Confidencial y Esta Semana. Miembro del Consejo Rector de la Fundación Gabo. Ha sido Knight Fellow en la Universidad de Stanford (1997-1998) y profesor visitante en la Maestría de Periodismo de la Universidad de Berkeley, California (1998-1999). En mayo 2009, obtuvo el Premio a la Libertad de Expresión en Iberoamérica, de Casa América Cataluña (España). En octubre de 2010 recibió el Premio Maria Moors Cabot de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia en Nueva York. En 2021 obtuvo el Premio Ortega y Gasset por su trayectoria periodística.

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