1 de julio 2024
El fracaso del presidente demócrata Joe Biden en el debate electoral con el expresidente Republicano Donald Trump, transmitido por CNN el pasado 27 de junio, impuso un antes y después en los escenarios electorales en Estados Unidos el 5 de noviembre.
El politólogo Michael Shifter, profesor de la universidad de Georgetown y expresidente del Diálogo Interamericano, considera que en una elección que previamente estaba muy cerrada y podría decidirse en tres Estados —Michigan, Wisconsin, y Pensilvania— el mal desempeño de Biden en el debate, en que se mostró “débil, confundido, y muy desorientado”, genera más dudas sobre su capacidad para ejercer la presidencia por otros cuatro años, y “va a erosionar el apoyo a Biden”.
En una entrevista con Esta Semana y CONFIDENCIAL, Shifter explicó que, si el presidente Biden renuncia a su candidatura y apoya a un sucesor o sucesora, como candidato, liberando a los delegados de la convención demócrata el 19 de agosto en Chicago a votar por su preferido, se abriría un escenario inédito de selección de un nuevo candidato. Sin embargo, “hasta ahora Biden no ha dado ninguna señal de que tenga planes de renunciar. Él cree que es el único que es capaz de derrotar a Donald Trump, en su mente, él piensa eso”, comentó Shifter.
El analista prevé una victoria de Trump en las elecciones de noviembre, si no hay un cambio de rumbo en la política demócrata: “La decisión al final es de Biden, si él no cambia su posición no va a pasar nada. Entonces, dado que las cosas siguen como están, yo creo que lo más probable es que Trump va a ser reelegido en noviembre”, advirtió Shifter.
“Pánico” entre los demócratas
La palabra más escuchada después del debate presidencial ha sido: “pánico”. Y varios líderes de opinión, entre ellos el Consejo Editorial de The New York Times, le han pedido al presidente Biden que se retire de la competencia electoral. ¿Cómo evalúas el impacto que ha tenido en el Partido Demócrata, en el electorado demócrata, el fracaso de Biden en el debate con Donald Trump?
Ha tenido un impacto muy fuerte, fue un shock para mucha gente. El tema de su edad y su capacidad mental no es nuevo, pero su performance en el debate ratificó las preocupaciones de mucha gente, de que realmente no tenía la capacidad de ejercer la función de presidente ahora, ni mucho menos, si es reelegido, en cuatro años.
Se vio muy débil y muy confundido, desorientado, muchas de sus respuestas fueron difíciles de comprender. Ya después de cinco minutos en el debate, no tomó mucho tiempo, estaban circulando muchos mensajes de altos funcionarios en el partido de mucho pánico.
En su primera reacción, un día después, vimos al presidente Biden recuperado, transformado. Él admitió que es una persona muy mayor, que ya no está bueno para los debates, pero insiste en que él está preparado para ser presidente en otro período. ¿Consideras que esta es una posición definitiva, está Biden aferrado a no retirarse?
Las indicaciones iniciales, las señales, son que él está cerrado, está comprometido. Él cree que es el único que es capaz de derrotar a Donald Trump, en su mente, él piensa eso. Entonces, por el momento, parece que él va a seguir y no hay ninguna manera que lo saquen. La decisión, al final, es de él, si él no cambia su posición no va a pasar nada.
Él va a seguir siendo el candidato del Partido Demócrata, porque los 3000 delegados, están leales a él, y él ganó las primarias en una competencia, entonces él va a ser el candidato.
Él tiene buenos días y malos días, y obviamente el debate fue muy malo. Si él tiene otro incidente en la campaña, si sigue estando desorientado, confundido y tiene problemas para articular su posición, yo creo que esto va a ser muy significativo y puede cambiar su posición. Pero, por el momento, todo indica que él va a seguir en la lucha.
El escenario de la sucesión de Biden
Entiendo que esta es una situación que podría ser inédita en Estados Unidos, pero ¿cuál sería el procedimiento para sustituir al presidente como candidato? ¿Biden tendría que renunciar a su candidatura y nominar a un sustituto o proponer un procedimiento de selección? ¿Esa es una opción?
Sí, él puede tomar la decisión de renunciar a su candidatura y liberar a sus delegados que están comprometidos con él. Puede después apoyar a un candidato, un sucesor, una sucesora. Puede ser su vicepresidente o puede ser otra persona. Pero esos delegados no están comprometidos a hacer lo que él quiere. O sea, él puede apoyar, pero ellos tienen libertad para elegir y apoyar otros candidatos. Entonces, eso generaría un proceso de competencia, me imagino con la vicepresidenta, pero no me extrañaría si otros candidatos también entran en competencia, varios gobernadores. Hay talento en el Partido Demócrata, gente más joven, otra generación que yo creo que estaría muy interesada en entrar en esta campaña y después en la convención en agosto, se puede votar y decidir el candidato del partido, pero él tiene que tomar la decisión de renunciar a su candidatura primero, y esto no está muy cerca de pasar, en este momento.
¿En caso de que él no renuncie y se llega a esa convención en Chicago el 19 de agosto, los delegados tendrían que decidir entre mantener su apoyo o eventualmente quitarle el apoyo y votar por otro candidato, si es que se abre una competencia?
Si él va a seguir como candidato, si no renuncia a su candidatura, esos delegados tienen que estar con él, tienen que apoyarle, y él va a ser el candidato. Si él decide no presentarse de nuevo como candidato, por razones de salud o cualquier otro motivo, esos delegados están liberados para apoyar la candidatura de otros candidatos que les interesan y van a tomar en cuenta, por cierto, a quién apoya al presidente Biden, porque muchos de esos están ligados o son muy leales al presidente Biden y si él no es candidato, van a tomar muy en serio quién él quiere que sea el candidato del partido. Si es que él decide apoyar un candidato o una candidata para reemplazarlo.
Varios de los líderes que han sido mencionados como posibles sucesores de Biden si él se retira, la vicepresidenta Kamala Harris, el gobernador de California, la gobernadora de Michigan. Pero todos ellos hasta hoy, se han mantenido en silencio o respaldando discretamente a Biden. Es decir, no ha empezado, no existe una campaña de sucesión o de selección de otro candidato.
No, para nada. Hay una deferencia al presidente Biden porque es un presidente en ejercicio, es un incumbent, y los incumbent tienen derecho si quieren presentarse para la reelección, tienen derecho a hacerlo. Y no han hecho campaña porque es un tema delicado, porque se corre el riesgo de fracturar el partido, debilitar el partido más, en una elección donde hay tanto en juego con la posible reelección de (Donald) Trump y su regreso a la Casa Blanca y por eso se han mantenido bastante discretos.
Las candidaturas están ahí, tal vez el que tiene más perfil, el más visible ha sido el gobernador de California, Gavin Newsom, él respeta a Biden y no lo está desafiando. Pero él está ahí, él habla mucho, habló la noche del debate. Entonces, todo mundo tiene muy claro que ambición y interés no le falta, si es que Biden decide retirarse de su candidatura.
La victoria de Trump en noviembre
La opinión general que se captó, a partir de algunas encuestas sobre este debate, que parece ser sobre el carácter o el performance de los candidatos y no sobre sus ideas o propuestas, le da un respaldo mayoritario a Trump. La gente dice, Trump ganó el debate por barrida. Pero ¿qué impacto tiene esto en los Estados donde se va a decidir esta elección?
Han hecho varios grupos focales de opinión en tres estados claves, Michigan, Wisconsin y Pensilvania. Y de acuerdo a esas consultas —Trump y Biden están empatados en estos Estados—, el efecto del debate es fuerte, de acuerdo con los focus groups, porque mucha gente que apoyaba a Biden y estaban inclinados a apoyar a Biden en su segunda elección ya tiene dudas, dicen que no pueden votar por un señor que está totalmente perdido, que se ve muy débil y con la gran interrogante de si tiene capacidad de ejercer su función. Y no hablemos de 2024, hablamos del 2028, es un mandato de cuatro años.
La gente tiene difícil de imaginar que en tres, cuatro años más, si va a ser capaz. Entonces, con esa gente, creo que no es que van a votar por Trump, yo no esperaría que los números para Trump van a subir gracias a ese debate, pero lo que sí creo —y los focus groups confirman— es que habrá una erosión de apoyo para Biden en esos tres estados. Y esto es muy significativo, y significa que va a perder la reelección, va a ser una derrota segura para Biden y Trump va para el segundo mandato.
¿Cómo ves los plazos políticos para que se pueda analizar esta situación?, la Convención es el 19 de agosto, en este momento Biden —y además parece que tiene el respaldo de su esposa— se mantiene firme en su candidatura, y no se han presentado tampoco el posible sucesor para ver qué impacto tendría en unificar el Partido Demócrata. ¿Hay tiempo para una sucesión?
Sí, yo creo que hay tiempo, sobre todo si hay una competencia de distintos candidatos antes de la Convención que es el 19 de agosto y estamos casi en julio. Sí en tres semanas él decide retirarse de su candidatura, el mejor escenario es que haya competencia. Que varios candidatos se presenten, que salgan en los medios y redes sociales y lleguen a la Convención para ver si hay algún impulso para otro candidato, o Kamala Harris o quien sea, y se decide en la Convención. Eso dejaría algunos meses antes de la elección del 5 de noviembre.
Yo creo que sería inédito, nunca estuvimos en esa situación. Eligieron candidatos en Estados Unidos en convenciones antes del 68, pero a partir de 1968 siempre las primarias y los delegados deciden, pero en este caso sería volver a la tensión que había antes de finales de los 60 y principios de los 70, cuando cambió el sistema en Estados Unidos. Pero yo creo que es factible. Es posible, pero es mucho más complicado y mucho más caótico, si se llega a la Convención sin haber tenido competencia previa de distintos candidatos presentándose al público.
¿Cuánto pesa para Estados Unidos esta situación que estamos viendo? El hecho de que, a nivel internacional, hay líderes que dicen —el futuro de este país está en manos de un mentiroso patológico y de un presidente que está perdiendo sus facultades— o ¿es un asunto meramente doméstico?
Es un tema que tiene grandes implicaciones internacionales. Los europeos, sobre todo, estaban preocupados antes y preparándose para el segundo mandato y pensando en estrategias de cómo lidiar con el regreso de Trump, que ha sido muy hostil a OTAN y a las alianzas tradicionales de Estados Unidos. Creo esa evaluación de los europeos se aceleró bastante después del debate del jueves y están pensando ¿qué hacer? Entonces, tiene enormes implicaciones en la guerra de Ucrania, en Medio Oriente también con Israel —lo que dijo Trump en el debate estaba muy claro— y obviamente en América Latina, sobre todo por el tema migratorio; pero también el tema de China en América Latina, en el que Trump tiene postura mucho más dura que Biden. Si a uno no le gusta la política de Biden, (la política de) Trump es mucho más dura, mucho más agresiva y eso genera mucha reacción en América Latina.
¿En el bando republicano, cuál ha sido el impacto del debate? Hay un respaldo incondicional a Trump, a pesar de toda la repetición de mentiras que presentó en este debate. Es decir, ¿Trump gana porque Biden se debilita, o porque su posición se fortalece?
Yo creo que ratifica lo que ellos siempre han dicho. Ellos se sienten reivindicados, confirmados, porque sostenían que Biden tiene realmente grandes problemas de capacidad mental y esto ratifica lo que ellos decían y que los demócratas negaban, diciendo que es muy agudo, es muy bueno, es muy capaz. Entonces, ellos sienten que ganaron y hay una sensación de triunfalismo dentro del Partido Republicano.
No creo que haya nadie que, después del debate, diga —Trump miente tanto y está loco que no vamos a apoyarlo. Sus mentiras son algo que ya sabíamos desde hace más de ocho años, cuando se presentó contra Hillary Clinton. No es nada nuevo. Entonces, esto no afecta el apoyo del Partido Republicano. Yo creo que cierran filas con él contra Biden. Y ratifican que Biden es mucho menos capaz de ejercer la función de presidente que el expresidente Trump, a pesar de sus locuras y mentiras constantes.
Si no hay un cambio de rumbo en la política demócrata de aquí a agosto o a los próximos meses, ¿Trump sería el próximo presidente de Estados Unidos?
Yo creo que eso es lo más probable. Salvo si Biden realmente de aquí adelante demuestra una capacidad de superar sus debilidades y mostrar energía y aparecer fuerte. Eso sería un cambio dramático de lo que todo el país, todo el mundo vio el jueves en la noche. Yo creo que eso no es muy probable. Pero si sigue como están las cosas ahora, las tendencias —que existían desde antes del debate— todos los pronósticos daban como 60% de probabilidad de que ganara Trump de todas maneras, en el voto electoral, en el Colegio Electoral, no el voto popular, y esto aumenta esas posibilidades. Entonces, dado que las cosas siguen como están, yo creo que lo más probable es que Trump va a ser reelegido en noviembre.