7 de junio 2024
El Ministerio de Salud (Minsa) no lo dice públicamente, pero los hospitales y centros de salud del país están en “alerta” ante una epidemia de dengue que afecta al continente americano. En Nicaragua, hasta finales de abril de 2024, se registraron 46 525 casos sospechosos, de acuerdo con cifras oficiales.
Doctores de centros estatales indicaron a CONFIDENCIAL que el Minsa ordenó a los directores de hospitales poner en “alerta” los centros y “vigilar” a todos los pacientes con fiebre.
“Estamos controlando a todos los pacientes que estén presentando fiebre, independiente que sean por otras causas, como resfriados o diarreas, que para esta época se aumentan los casos, pero que se pueden enmascarar un caso de dengue”, explicó un médico de la zona norte del país.
Detalló que, en todas las unidades de Salud, se habilitaron las Unidades de Atención de Febriles (UAF) para “vigilar”, por ocho horas, a todos los pacientes con fiebre para “identificar signos de peligro”.
Los médicos de estas unidades se coordinan con especialistas en pediatría, medicina interna y ginecoobstetras. Si el caso se complica, el Minsa designó unos “especialistas llamados ‘puntos focales nacionales’ y ellos te dicen qué hacer”, según el doctor.
Minsa oculta cifras del dengue
Esta semana la Organización Panamericana de la Salud (OPS) emitió una alerta epidemiológica por el dengue e indicó que se habían registrado más de 3600 muertes en el continente. La institución regional instó a los países de Centroamérica, México y el Caribe a que adopten medidas para detener la epidemia.
En México y algunos países centroamericanos los casos de dengue hasta el 24 de mayo de 2024 sumaban ya cifras entre 2.5 y 6 veces más altas que entre enero y mayo de 2023, en tanto en la región del Caribe los casos suman 5.7 veces los registrados en el mismo período de 2023.
La OPS maneja cifras atrasadas de Nicaragua, ya que el último reporte entregado por el Gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo corresponde a la quinta semana de 2024 —inicios de febrero—, cuando se registraban solo 17 339 casos sospechosos de dengue.
Hasta el 22 de abril de 2024, cuando el Minsa publicó el último boletín epidemiológico, había 46 525 casos sospechosos, un 62% más que los 28 883 registrados en ese mismo período de 2023.
Entre la semana diez y quince, el Minsa registró un promedio semanal de 2500 contagios de dengue. Con base en ese ritmo de transmisión, se puede calcular que, hasta la semana epidemiológica 22 —la última—, en Nicaragua hubo más de 64 000 casos sospechosos.
Esta posible cifra de casos representa un 69% más que los 44 414 casos sospechosos registrados en la semana epidemiológica 22 de 2023, según las cifras del Minsa.
Dictadura no puede frenar epidemia
Este aumento de contagios sin precedentes revela que el Gobierno no puede frenar la epidemia de dengue que se vive desde 2023, que ha sido ocultada y minimizada por el Minsa.
Según las estadísticas de la OPS, el año pasado Nicaragua tuvo la tasa más alta de contagios de dengue de América Latina al registrar 2070 casos por cada 100 000 habitantes.
2023 fue el segundo peor año de las dos últimas décadas, en total hubo 181 096 casos sospechosos y cuatro fallecidos. Una incidencia solo vista en 2019, cuando se superaron las 186 173 infecciones y 30 decesos, por lo que se declaró una alerta amarilla.
Fiel a su política de hermetismo y ocultamiento, el Minsa ya no reporta el número de contagios sospechosos en las notas epidemiológicas que, cada lunes, son compartidas en su sitio web y enviadas a la vicepresidenta y primera dama, Rosario Murillo, para que les dé lectura.
“Luego tenemos también menos contagios de malaria, neumonía y leptospirosis esta semana. Hemos circulado la nota. También ha concluido la campaña de vacunación contra la influenza”, fue lo único que dijo Murillo en su alocución del pasado lunes 3 de junio de 2024.
Ante un caso de dengue
El dengue es una enfermedad febril que se transmite por la picadura de un mosquito (Aedes aegypti) ampliamente distribuido en las Américas y que afecta a lactantes, niños y adultos.
Según la OPS, no hay una medicina específica para tratar el dengue cuya infección puede transcurrir sin síntomas, o puede evidenciarse con síntomas que van desde una fiebre moderada a una fiebre alta e incapacitante, dolores de cabeza, dolores musculares y sarpullidos.
La enfermedad puede tomar un curso grave que se caracteriza por choque, dificultad para respirar, sangrado grave y complicaciones de los órganos.
“Cuando se detecta un posible caso se evalúa con los especialistas. Si el caso es positivo y no tiene signos de alarma se da el alta y se reporta al Sistema de Vigilancia Epidemiológico de la región”, explicó un médico nicaragüense de la zona occidental.
“Ellos —continuó— le hacen una visita a la casa y ven cómo está el sistema de limpieza del hogar, les dan una charla y ponen abate en todo el hogar. Además, fumigan la manzana”.
“Si pasaste el sexto día y no te complicas entonces ya no te visitan”, concluyó el médico.
Subrayó que, cuando el caso “presenta signos de alarma”, el paciente es ingresado a un hospital, donde le administran “líquidos intravenosos durante 24 o 48 horas”. Además, un médico le toma los signos vitales cada hora hasta que sale de la fase crítica.
Según los datos de la OPS, Managua es el departamento que más casos reporta, seguido de León, Caribe Norte, Rivas y Matagalpa.
Involucrar a la población en la prevención
El dengue es una epidemia que no se puede erradicar, de acuerdo con la OPS. Sin embargo, sí puede controlarse y reducir su incidencia de casos a niveles bajos, por lo que epidemiólogos nicaragüenses han instado al Minsa a involucrar a la ciudadanía.
“Esta es una enfermedad de transmisión vectorial que necesita implicaciones comunitarias. Si la comunidad colabora eliminando los criaderos de mosquitos, con la sanitización, la prevención de nuevos criaderos de mosquitos puede ayudar a reducir significativamente la epidemia y el número de afectados a nivel nacional”, explicó el epidemiólogo Álvaro Ramírez, en una pasada entrevista a CONFIDENCIAL.
El epidemiólogo Leonel Argüello ha dicho que “la mayor lucha antivectorial o antimosquitos debe ser en el verano, si no se efectúan acciones en este tiempo, ingresamos al invierno con una gran cantidad de mosquitos y por tanto un mayor riesgo de la enfermedad”.
En Nicaragua, el Minsa reduce sus esfuerzos de contención a la abatización con BTI, una bacteria de origen natural que mata las larvas de los mosquitos antes de que puedan completar su ciclo de vida, y en las jornadas de fumigación. También, ejecuta algunas campañas informativas en los medios de comunicación oficialistas. No hay un mayor involucramiento de la población.
En los hospitales y centros de salud de Managua no hay información sobre la epidemia y sus formas de combatirla. De acuerdo con pobladores, en los murales de las unidades de salud, solo hay avisos acerca de campañas contra la influenza y el virus del papiloma humano (VPH).
Honduras en “emergencia sanitaria”
Honduras es el único país de Centroamérica que ha declarado una “emergencia sanitaria nacional” ante los disparados casos de dengue en el país, que superan los 20 500 y dejan 38 muertos, según el Gobierno.
“Estamos en una situación epidemiológica en alerta roja o máxima a nivel nacional”, dijo a medios locales el jefe de la Región Sanitaria Metropolitana del Distrito Central, Gilberto Ramírez.
Honduras puede afrontar este año una epidemia de dengue “más agresiva” que la de 2019, cuando hubo 180 muertos, por lo que médicos abogaron por reforzar las acciones de prevención y atención ante el incremento de casos.
“Lamentablemente ya tenemos una epidemia, un brote que se le llama brote epidémico, tenemos más de 100 pacientes hospitalizados (por dengue) y tuvimos tres fallecimientos de adolescentes este fin de semana”, dijo este lunes a EFE el médico Carlos Umaña.
En las Américas se han registrado este año más de 8.1 millones de casos de dengue en una epidemia sin precedentes que ha puesto a prueba los sistemas de salud, indicaron este jueves expertos convocados por la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
“Los expertos advierten que los grandes brotes de dengue podrían ser la norma en el futuro a medida que el cambio climático causa temporadas de lluvias más largas y cálidas”, dijo en una teleconferencia Beatriz García Nice, experta del Wilson Center.
Sylvain Aldighieri, director en la OPS del departamento de prevención de enfermedades contagiosas, dijo que “2024 corre un gran riesgo de ser el año del dengue con la cifra más alta de casos documentados hasta el momento”.
“En lo que va del año tenemos ya tres veces más de casos documentados que los casos registrados en el mismo período de 2023 que ya había sido un récord en la cifra de casos registrados”, agregó el funcionario.