6 de junio 2024
La elección de Claudia Sheinbaum, como la primera mujer presidenta de México, representa la “continuidad de la política de no intervención” en asuntos de otros países, implementada por Andrés Manuel López Obrador (AMLO) frente a regímenes autoritarios como los de Nicaragua, Cuba y Venezuela.
La profesora de Historia y Asuntos Internacionales de la Universidad George Washington, doctora Gema Kloppe-Santamaría, explica que ese “continuismo” en la diplomacia mexicana tiene que ver con una tradición que antecede a López Obrador y que va más allá del proyecto político actual.
“México siempre ha mantenido un compromiso hacia la no intervención, con un discurso por defender la soberanía del país, pero también abogar por la soberanía de otros países”, advierte Kloppe-Santamaría en entrevista con el programa Esta Noche y CONFIDENCIAL.
Por lo anterior, el país azteca “es muy cauteloso al momento de pronunciarse en contra o a favor de regímenes políticos en otros lugares o incluso con conflictos internacionales”, agregó la profesora de Historia.
Además de una tradición diplomática, Kloppe-Santamaría recuerda que el Gobierno de México sigue ubicándose entre la izquierda de América Latina, al igual que el régimen de Daniel Ortega, en Nicaragua.
“Sabemos que Nicaragua dista mucho de ser un país que podría caracterizarse de izquierda y más bien tiene tintes autoritarios muy claros, pero hay que entender la cautela y la reserva que tiene México por esa tradición diplomática… aunada a cierta línea de identificarse como gobiernos de izquierda”, subrayó la profesora de Historia.
Aunque el próximo Gobierno de México siga evadiendo pronunciarse sobre los asuntos de otros Estados, la doctora Kloppe-Santamaría considera que al menos tendría un papel más activo en el ámbito multilateral en la condena de violaciones de derechos humanos.
Rumbo a la centralización de poder
Para la doctora Flavia Freidenberg, investigadora del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM y Directora Académica del Observatorio de Reformas Políticas en América Latina, Sheinbaum no sólo continuará con la política exterior de AMLO, sino que continuará con la mayoría de los proyectos del Gobierno actual.
Además, la mayoría calificada que obtuvo su partido en las elecciones, de dos tercios de la Cámara de Diputados y del Senado, le permitirá gobernar sin contrapesos.
Es un regreso: “del sistema hegemónico al sistema hegemónico”, advierte Freidenberg. Con esa mayoría absoluta, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y sus aliados, el Partido del Trabajo (PT) y el Verde Ecologista de México (PVEM), “tienen la llave del candado para abrir una serie de reformas” que ya fueron enviadas al Congreso por el presidente López Obrador.
Entre las reformas constitucionales que propuso López Obrador está la militarización de la Guardia Nacional, una modificación al sistema electoral y elegir por voto popular a jueces y miembros de la Suprema Corte.
Dichas reformas, señala Freidenberg, “van orientadas a la centralización del poder, a quitarle autonomía a los órganos autónomos, como el Instituto Nacional Electoral o el Instituto Nacional de Acceso a la Información (INAI); y también suponen una profunda transformación… del Poder Judicial de la República”.
Los grandes desafíos del nuevo Gobierno
Entre los grandes desafíos que enfrentará Claudia Sheinbaum destacan la inseguridad ciudadana, la violencia de género y el crimen organizado, debido a que el Gobierno de López Obrador cierra con uno de los periodos más violentos en la historia reciente de México.
“A pesar de que la tasa de homicidios ha disminuido relativamente en los últimos años, México sigue teniendo niveles históricos de homicidios dolosos. Estamos hablando de más de 30 000 homicidios al año… y aproximadamente 11 mujeres son asesinadas cada día en México”, enfatizó la doctora Kloppe-Santamaría.
Sin embargo, “Claudia Sheinbaum lo que ha presentado hasta el momento es una política que dice que va a continuar con las mismas estrategias del actual Gobierno, lo que significa reproducir alguna contradicciones”, continuó Kloppe-Santamaría.
Otro gran desafío que enfrentará el próximo Gobierno de México es la migración irregular, un tema en el que también habrá “continuidad” de las políticas de AMLO, como la militarización de las fronteras y las violaciones a los derechos humanos de los migrantes.