5 de junio 2024
La Embajada de Nicaragua en Cuba se ha convertido en una “trituradora” de diplomáticos nacionales: seis embajadores han sido nombrados —y cinco destituidos— entre finales de noviembre de 2021 y mayo de 2024. Esta situación genera “inestabilidad” en las relaciones de ambos países y revela la ausencia de una política exterior definida, según exdiplomáticos y expertos en relaciones internacionales.
El último cambio en la sede nicaragüense se oficializó este martes 4 de junio de 2024, cuando se publicó en el Diario Oficial La Gaceta el nombramiento de Guisell Socorro Morales Echaverry, como nueva embajadora en Cuba.
En la misma publicación se dio a conocer la destitución del embajador Orlando José Gómez Zamora, quien estaba en el cargo desde finales de septiembre de 2023.
“Algo falla en la embajada en Cuba, aunque en general fallan quienes designan a los representantes diplomáticos de Nicaragua. No entienden las repercusiones, tanto en las relaciones exteriores como en la gestión del embajador”, explicó un experto en relaciones internacionales que solicitó omitir su nombre.
“Lleva tiempo instalarse y empezar a trazar plan de trabajo, y eso se pierde con cada cambio”, añadió.
Dijo que los cambios constantes reflejan “la falta de profesionalidad del servicio diplomático”, ya que “se nombra sin valorar experiencia o estudios. Es un grave perjuicio para Nicaragua”.
Un exdiplomático que pidió el anonimato subrayó que las relaciones internacionales “son diseñadas y coordinadas” desde “El Carmen”, vivienda de la pareja presidencial Daniel Ortega y Rosario Murillo.
“No hay una política exterior detallada y a largo plazo o detallada, sino que es una diplomacia muy improvisada, con líneas generales y que muchas veces está cambiando”, continuó.
Varios cambios después de 14 años
La seguidilla de cambios en la Embajada de Nicaragua en Cuba arrancó con la salida del periodista argentino Luis Cabrera González —nacionalizado nicaragüense—, quien estuvo en el cargo por más de 14 años. El diplomático fue nombrado en febrero de 2007 y destituido el 25 de noviembre de 2021.
El mismo día de la cancelación de Cabrera, Ortega designó como embajador a Sidhartha Francisco Marín Aráuz, quien hasta entonces se desempeñaba como asesor presidencial para políticas y asuntos internacionales.
Marín Aráuz, que ha sido representante permanente de Nicaragua ante la ONU y embajador en Ecuador, duró once días como representante en La Habana.
El 7 de diciembre de 2021 fue nombrado embajador el coronel en retiro Reynaldo del Carmen Lacayo Centeno, quien fue jefe del Estado Mayor del IV Comando Militar y agregado militar en México.
El exmilitar fue destituido un mes después y reemplazado en enero 2022 por Wilfredo Jarquín Lang, un exdelegado regional de Gobernación en el Caribe Sur.
Jarquín Lang duró en el cargo cuatro meses, ya que fue destituido el 12 de mayo de 2022.
Períodos más largos en la embajada en Cuba
El nuevo hombre en La Habana fue el médico Alejandro José Solís Martínez, nombrado como embajador nicaragüense ante el Gobierno de Cuba en dos ocasiones en un año, a partir del 25 de mayo de 2022.
A pocos días de cumplir un año en el cargo, el 17 de mayo de 2023, Solís Martínez fue cancelado como embajador en Cuba. No obstante, un mes después, Ortega se arrepintió y volvió a nombrarlo como representante en La Habana. El médico mantiene una estrecha relación con el presidente de la Asamblea Nacional, Gustavo Porras, lo que le sirvió para pasar del Ministerio de Salud (Minsa) al Cuerpo Diplomático.
Pese a la cancelación y posterior restitución en el cargo, Solís Martínez es el diplomático que más tiempo ha durado en La Habana con un año y cuatro meses. Sin embargo, su período llegó a su fin el 26 de septiembre de 2023, cuando Ortega nombró a Orlando José Gómez Zamora como embajador en Cuba.
Gómez Zamora se había desempeñado como vicecanciller y embajador en Argentina, China, Rusia, Uruguay y Venezuela. Este diplomático duró ocho meses en La Habana.
La nueva representante nicaragüense en Cuba, Guisell Socorro Morales Echaverry, fue por varios años embajadora de Nicaragua ante el Reino Unido.
Además, ha representado a Nicaragua ante la Organización Internacional del Cacao, la Organización Internacional del Café y la Organización Marítima Internacional.
Una “anormalidad” en la embajada en Cuba
Seis embajadores en menos de dos años y medio es una “anormalidad” dentro del servicio exterior, afirmaron el exdiplomático y dos expertos en relaciones internacionales.
“No es normal tanto cambio en un país aliado y amigo del régimen. Sin embargo, la poca preparación y experiencia de los enviados puede ser uno de los motivos”, comentó uno de los expertos.
Otro de los especialistas explicó que la mayoría de servicios diplomáticos establecen rotaciones mínimas de tres años, al considerar que los embajadores tardan unos seis meses en arrancar con su plan de trabajo, después de presentar las cartas credenciales ante el Gobierno receptor.
“Hay que presentarse ante el Cuerpo Diplomático acreditado en el país, ante empresarios y otros sectores de la sociedad civil”, agregó.
Resaltó que, por los constantes nombramientos y cancelaciones, los diplomáticos “pierden” interlocución y capacidad de interacción con entidades gubernamentales, resto del Cuerpo Diplomático y sociedad civil en Cuba.
El exdiplomático señaló que los que embajadores no pueden “ejecutar” una “línea de política exterior”, porque un “día les dicen una cosa, luego otra, y cuando algo falla, la culpa no es de quien dicta las líneas, sino del embajador, y es ahí cuando lo destituyen”.
Indicó que la embajada en Cuba es una de las cinco principales para el régimen, junto a la de Venezuela, China, Rusia y Estados Unidos. “Estas cinco embajadas son manejadas directamente por la Presidencia, por lo que los embajadores tienen muy poca posibilidad de maniobra o trabajo. (Ortega y Murillo) todo lo manejan telefónicamente, hablando directamente con ciertas personas”.
“Muchas veces —prosiguió— los embajadores están en un país y no tienen idea de lo que está pasando, porque ya todo lo solucionaron vía telefónica desde Managua”.
Dijo que “el problema no es el funcionario, el problema es la manera en que se manejan las relaciones internacionales en Nicaragua”.
Para uno de los expertos, otro motivo de los cambios es que “Cuba quiere gente de peso dentro del sandinismo”, pero los que han sido enviados “no lo son”.